tag:blogger.com,1999:blog-70387515356907223702024-03-18T19:57:16.573-07:00La Historia Verdadera del PerúUnknownnoreply@blogger.comBlogger20125tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-1142993846236006412011-04-29T17:52:00.000-07:002011-04-29T17:54:42.172-07:00“Nos sentimos orgullosos de los incas pero no tanto de los indios”<br />
<h1 class="impreso_noticias_titular" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #b41b09; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 18px; height: auto; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-transform: none;">
<a href="http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20100228/24/node/252504/total/%252Fpagina">La República</a></h1>
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<b>28 de febrero de 2010</b></div>
<span class="Apple-style-span" style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;"><br /></span><div class="noticia_cuerpo" style="line-height: 18px;">
<div style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<span class="Apple-style-span" style="color: #0b5394; font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>¿La época colonial fue buena o mala? ¿Cuánto apoyo popular tuvo la causa de la Independencia? ¿Qué debemos rescatar de Alfonso Ugarte? Las respuestas correctas no son, probablemente, las que nos enseñaron en la escuela. El historiador Joseph Dager remueve este tema en un libro de reciente publicación que está despertando inusitado interés en medios académicos: “Historiografía y Nación en el Perú del siglo XIX” (PUCP, 2009). Según el autor, hay un conjunto de mitos y falacias que hoy es necesario revisar. Hay, advierte, historias que no provoca escuchar, que no generan orgullo, pero que es necesario volver sobre ellas porque solo es posible la reconciliación a partir de un pasado veraz. </i></span><br /><br /><u style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">Por <b>Elizabeth Cavero</b></u></div>
<div style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<u style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;"><b><br /></b></u><br /><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">El Perú nace como nación en 1821 y sin embargo hoy entendemos que la “historia del Perú” comienza antes de los incas. ¿Cómo se explica?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Quizá podemos partir diciendo que el siglo XIX es un momento en el que la burguesía asciende al poder y construye un nuevo modelo político, el Estado-Nación. Este es un fenómeno mundial, que empieza en los Estados Unidos, en Europa y en Hispanoamérica. Lo que este modelo pretende, en primer lugar, es que los habitantes del Estado-Nación se reconozcan como miembros de una misma comunidad, con una misma cultura y sobre todo con un mismo pasado. Y, mientras más antigua era la nación, más legítima y con mayor derecho a autogobernarse.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Entonces mientras los franceses buscaban sus raíces en los galos, los ingleses en los sajones, los alemanes en los germanos... los peruanos buscaban sus raíces en los incas.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Sí, aunque no hay que olvidar que ya Garcilaso de la Vega y Guamán Poma (cronistas del siglo XVI) hablaban de los incas. La diferencia es que en el siglo XIX los que historian la antigua grandeza de los incas eran “criollos” o sus descendientes. Ellos “peruanizan” a los incas. Y tuvieron tanto éxito, que hoy seguimos considerando a los incas como peruanos.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–¿Esta construcción de nuestra historia nacional comienza en 1821?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–O bien a partir de 1824, con la derrota de las tropas realistas. Entonces, lo primero que se hace es crear símbolos distintivos: bandera, escudo e himno. Estos incorporan elementos andinos –como la quina y la vicuña– con los cuales las mayorías indígenas pudieran identificarse. De la misma forma, se necesitaba una historia común, una historia nacional. Esos historiadores no se inventaron una historia, la “confeccionaron” con insumos que estaban ahí y con su propia creatividad. La historiografía peruana fue una confección porque el elemento “creativo” y la historicidad del momento subrayaron o descuidaron un sinnúmero de aspectos, pero ello no debe asociarse con lo conscientemente “fraguado”.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–¿Por qué interesaba a la burguesía construir la nación?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Para gobernar mejor. No se trataba de una nación democrática, ni igualitaria. Era una nación como se definía en el siglo XIX, en la cual el Estado contribuye a crear a los connacionales. La élite confecciona eso que llamamos “peruano” y trata de difundirlo. Lo que yo confirmo al analizar la obra de los historiadores del siglo XIX –como lo han hecho otros historiadores estudiando el pensamiento, las fortunas o las modas de la burguesía– es que sí existieron proyectos nacionales, sí hubo una experiencia burguesa. Digo esto porque durante mucho tiempo se ha repetido que el Perú no tuvo clase dirigente, sino clase dominante; que no hubo burguesía, sino oligarquía; y que esa élite no fue capaz de crear un proyecto nacional ni de ofrecer una imagen de conjunto del pasado peruano.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–¿Esa crítica abarca a los historiadores del siglo XIX?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Sí. Alberto Flores Galindo sostenía que la historiografía (la producción histórica) nace en el siglo XX. Yo sostengo que ya desde antes, con Mariano Mendiburu, Mariano Felipe Paz-Soldán, Sebastián Lorente o Carlos Wiesse (historiadores del siglo XIX) el Perú estaba en la agenda ideológica. Si no había la intención de crear una nación, para qué crear una historia nacional.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Entonces, ¿cuáles son los mayores aportes de los historiadores del siglo XIX a la nación?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–El mayor aporte de los historiadores del siglo XIX es haber integrado a los incas al Perú. El segundo gran aporte es haber ofrecido una comprensión general del pasado peruano y del Perú: país de antigua grandeza, tiene la esperanza de ser un país de futura grandeza. Lo que no comprendieron, ni los historiadores ni los políticos del siglo XIX, fue que el Perú es un país mestizo y diverso. Para ellos la diversidad fue un obstáculo y por eso trataron de homogeneizar culturalmente y de imponer su modelo de progreso. </span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">Lugares comunes</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Existen lugares comunes en las críticas sobre el siglo XIX. Uno de ellos se refiere al despilfarro de la riqueza guanera. Sin embargo, usted nos dice que este dinero se usó también para financiar investigaciones históricas. </span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Sí. Los historiadores debemos hacer un mea culpa porque hemos sido muy severos con el siglo XIX, hemos tratado de encontrar en el siglo XIX el origen de casi todos nuestros males, y nos hemos conformado con echarle la culpa: el siglo de la anarquía militar, del guano que se despilfarró y de la derrota con Chile. Pero perdemos de vista que, junto con eso, en el siglo XIX pudimos construir un Estado. Entonces, por ejemplo, siempre repetimos que más del 50% del dinero del guano se usó en pagar sueldos de empleados públicos. ¡Pero claro! ¡Si había que construir un Estado! Se usó para pagar maestros, jueces, prefectos que antes no existían. Con el dinero del guano se fomentó también la actividad intelectual, la producción de obras históricas. Ojalá el Estado de hoy lo hiciera.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Estos historiadores del siglo XIX, sin embargo, tuvieron que enfrentar pronto el dilema de admirar a los incas, sintiendo a la vez desprecio por sus descendientes, los indígenas.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–En 1992, la historiadora Cecilia Méndez publicó un magnífico artículo titulado “Incas sí, indios no”. Ella afirma que es una característica del nacionalismo peruano del siglo XIX y del siglo XX decir yo siento orgullo por los incas, pero no tengo nada que ver con los indios. Méndez lo atribuye a que en el siglo XIX existió un nacionalismo criollo que no veía en ello una contradicción y que excluyó a la población andina.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–¿Coincide con ella?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Coincido en mucho. Pero creo también que precisamente la admiración hacia los incas impidió que la población andina fuese excluida del proyecto nacional. Los historiadores del siglo XIX dijeron: estos indios, descendientes degenerados de los incas, tienen una historia que demuestra lo que podrían llegar a ser si nosotros los regeneramos, los educamos. Gracias a esto, los indios fueron incorporados a la nación, aunque en un lugar secundario como grupos subalternos.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–No era posible mandar a los indígenas a vivir en reducciones.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–No, aquí la población indígena era tan numerosa y tan presente en todo el territorio que no se le podía confinar, como se hizo en Chile o EEUU. Entonces, se pensó en traer migrantes europeos para “mejorar la raza”. Pero, ¡cuántos hubieran tenido que venir! Luego se opta por imponer a aquella población un modelo cultural, burgués y occidental, para homogeneizar. Por supuesto, más inteligente hubiera sido que la élite, la minoría, aprendiera quechua como idioma oficial. Pero eso lo decimos hoy, 200 años después.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Durante el siglo XIX tuvimos dos enemigos: España y Chile. ¿Cómo se entiende que tengamos hacia esos dos países sentimientos tan diferentes?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Es que son dos historias diferentes. A España le ganamos dos veces, en 1824 y 1866. Además, la herencia cultural es evidente y por la necesidad de una continuidad histórica, dada la admiración por el pasado incaico, no pudimos negar el estudio del pasado colonial y encontrar en ese periodo personajes admirables y, qué duda cabe, fuimos un Virreinato muy importante. En cambio, Chile nos venció y nos duele porque siempre entendimos su pasado como inferior al nuestro. Nos duele doblemente porque nos ocuparon por varios años. Nos duele triplemente porque no solo se llevaron trofeos de guerra, se llevaron también libros, pinturas, estatuas… Y, además, Chile aún niega que haya materias pendientes, y no es poco frecuente que algunos de sus políticos exhiban hacia el Perú eso que José Rodríguez Elizondo, intelectual y ex diplomático chileno, ha llamado con magnífica expresión una “soberbia extravagante”.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Otro lugar común: ¿la Independencia fue una gesta nacional?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–No, hoy sabemos que la independencia no fue una gesta “popular”, fue un movimiento de la élite. Los historiadores del siglo XIX no lo comprendieron porque al estudiarla recurrieron a ciertos documentos, proclamas, que les hicieron pensar que la Independencia fue apoyada por las masas. Hoy sabemos que los indígenas, negros, mulatos, mestizos participaron, pero sin tener necesariamente conciencia de lo que estaba en juego.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">Herencia que pesa</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–¿Qué conservamos del siglo XIX?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Yo creo que una de las malas herencias del siglo XIX es la comprensión de la guerra con Chile. Los historiadores peruanos del siglo XIX comprendieron bien los abusos y supieron denunciarlos. La obra de Paz-Soldán, escrita casi en los mismos años de la guerra, es de una precisión documental y solidez impresionantes. Pero le faltó explicar mejor cuál era la situación previa en el Perú, que favoreció los abusos de los chilenos. Esto es algo que agrega Basadre.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Otro tema pendiente es la inclusión de la población indígena a la nación.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Sí, yo creo que esa debe ser la discusión. Porque hoy sigue presente el racismo, una herencia de los historiadores y políticos del siglo XIX. En buena cuenta seguimos sintiéndonos orgullosos de los incas y no tan orgullosos de los indios. Y a diferencia de otros países, en el Perú eso implica una especie de esquizofrenia: admiro y rechazo a la misma persona, a nosotros mismos. </span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–¿Qué debemos hacer?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–No imponer un único modelo de desarrollo, ni dejar que una minoría –económica o étnica– nos imponga el suyo. Respetar la diversidad cultural, no concebirla como algo inferior y tratar de pensar el Perú con modelos multiculturales. Afortunadamente, el Perú hoy no es el mismo de hace 50 años. Claro, hoy existe Asia (el balneario), unos cuantos que no dejan entrar a sus playas a mucha gente. Pero ellos no son el Perú. Más representativo del Perú es, por ejemplo, el Grupo 5. </span><br /><br /><strong style="color: #494949;">El ejemplo de Alfonso Ugarte</strong><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–¿Y seguimos necesitando héroes nacionales?</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Por supuesto. Como toda nación, seguimos necesitando héroes nacionales. Pero debemos repensar nuestra historia. Por ejemplo, hoy admiramos a Alfonso Ugarte “solo” porque no dejó caer la bandera peruana en manos de los chilenos. Tal vez fue cierto, pero en todo caso Alfonso Ugarte fue héroe por varias otras razones: tenía dinero y pudo irse, pero se quedó a luchar. Además, usó su fortuna para armar batallones. La historia del sacrificio fue publicada días después de ocurrido en el diario La Patria, pero los historiadores del siglo XIX no la incorporan. Los que sí lo hacen son los historiadores del siglo XX. </span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Sincerar nuestra historia sería una meta interesante para el bicentenario.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">–Ciertamente. Tenemos que preguntarnos sobre qué Perú vamos a seguir enseñando en las escuelas. Hoy ya no es una necesidad, como lo fue para los historiadores del siglo XIX, “olvidar” hechos incómodos del pasado en favor de la unión nacional. Ahora nos toca asumir nuestras verdades históricas, incluso las recientes, las que causan orgullo y las que preferiríamos no escuchar. Solo así podremos reconciliarnos y difundir un pasado veraz, al interior de una educación masiva de calidad. Es una deuda que aún tenemos.</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">Perfil</span><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">• Nombre: Joseph Dager Alva</span><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">• Edad: 39 años</span><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">• Lugar de nacimiento: Lima, Perú</span><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">• Estudios: Licenciado en Historia por la PUCP (1996), Doctor en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile (2008)</span><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">• Familia: casado con 2 hijos</span><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">• Cargo actual: Profesor del Departamento de Humanidades y de la Maestría en Historia de la PUCP. </span><br /><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;">• Otras publicaciones: Hipólito Unanue o el cambio en la continuidad (2000), Vida y obra de José Toribio Polo (2000), Conde de Superunda (1995); El Virrey Amat y su tiempo (codirector, 2004).</span></span></div>
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Unknownnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-26584092960101270742011-04-28T09:21:00.000-07:002011-04-28T09:21:44.501-07:00El ‘hallazgo’ de un farsante<h1 class="impreso_noticias_titular" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 18px; height: auto; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-transform: none;"><span class="Apple-style-span" style="color: #b41b09;">Machu Picchu | </span>Polémica.<span class="Apple-style-span" style="color: #b41b09; font-weight: normal;"> </span></h1><span class="Apple-style-span" style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;"><br />
</span><div class="noticia_cuerpo" style="color: #494949; line-height: 18px;"><div style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">La ‘noticia’ circuló meses atrás y algunos le dieron crédito: un alemán de nombre Augusto Berns había llegado a Machu Picchu mucho antes que Hiram Bingham. Imposible. La verdad es otra y aquí se la contamos. </span></div><div style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span lang="ES" style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;"><div align="left" style="font-size: 12px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: x-small;"><u>Por: <b>Daniel Buck</b></u></span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: large;"><u><b><a href="http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20080831/1/node/163348/todos/1558">La República</a></b></u></span></div><div align="left" style="font-size: 12px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: x-small;"><u><b>31 de agosto de 2008</b></u></span></div></span><span lang="ES"><div align="left" style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="font-size: x-small;"></span></div><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; text-align: right; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr style="text-align: right;"><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em; text-align: right;"> <img align="" alt="" height="200" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo310808/h1.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; margin-right: 4px; padding-left: 6px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr style="text-align: right;"><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em; text-align: right;"> </td></tr>
</tbody></table><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Algunas historias sugieren que Augusto Berns, un aventurero ingeniero alemán que vivió en el Perú por periodos durante la segunda mitad del siglo XIX, había saqueado Machu Picchu. Un reciente informe, reproducido en un prestigioso diario peruano, afirma que "Berns se había cargado en peso la mayoría de los vestigios arqueológicos de Machu Picchu". Este informe responde a las especulaciones de Paolo Greer, un investigador y explorador de Alaska que visita mucho el Perú.<br />
Dos son los problemas con los anuncios de Greer.</span><div style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Primero, no hay evidencia que respalde la tesis de que Berns conocía la existencia de Machu Picchu. Segundo, aún si hubiera visitado Machu Picchu al final de 1880, muchos otros lo precedieron. En todo caso, ya que no dejó pruebas, no reveló detalles ni hizo anuncios sobre tal visita, Berns no descubrió nada.</span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Los logros de Hiram Bingham fueron diferentes. A lo largo de las tres expediciones realizadas entre 1911 y 1915, excavó, fotografió, estudió y dio a conocer al mundo Machu Picchu. No existe duda posible de que Bingham es el descubridor científico del lugar, un honor otorgado por José Gabriel Cosío, un académico del Cusco y delegado oficial de la segunda expedición de Bingham.</span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">También es cierto que otros conocieron las ruinas antes que Bingham. Se podría decir que Machu Picchu nunca estuvo realmente perdido. Fue periódicamente conocido e ignorado, visitado, soslayado, habitado, cuidado e incluso comprado y vendido, desde el siglo XVI hasta que llegó Bingham. Prueba de ello es que al momento de la expedición de Bingham, las ruinas eran parte de la hacienda Sillique, propiedad de la familia Nadal.</span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; text-align: right; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr style="text-align: right;"><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em; text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> <img align="" alt="" height="185" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo310808/h2.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; margin-right: 4px; padding-left: 6px;" title="" width="320" /></span></td></tr>
<tr style="text-align: right;"><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em; text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> </span></td></tr>
</tbody></table><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En "Urubamba: Benemérita Ciudad y Provincia Arqueológica del Perú" (2007), Leandro Zans Candia resume citas coloniales y republicanas sobre Machu Picchu, compiladas por diversos historiadores peruanos. Pero la importancia del sitio arqueológico fue largamente ignorada y su belleza no apreciada. Cosío escribe en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima en 1912: "No es verdad que el doctor Bingham haya sido el descubridor de los restos; él les ha dado la vida de la fama y del interés arqueológico" .</span><div style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Bingham fue, sobre todo, un explorador decidido. Registró los archivos, entrevistó a académicos, coleccionó mapas y habló con pobladores locales. Él ya sabía de Machu Picchu antes de dirigirse al valle de Urubamba. Sí, es verdad que no siempre fue generoso en reconocer el aporte de quienes lo asistieron. Como muchos exploradores, Bingham tenía un gran ego, un deseo por la fama y una buena dosis de ambición.</span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><strong><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">UN MENTIROSO CONGÉNITO</span></strong></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; text-align: right; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr style="text-align: right;"><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em; text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> <img align="" alt="" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo310808/h3.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; margin-right: 4px; padding-left: 6px;" title="" width="320" /></span></td></tr>
<tr style="text-align: right;"><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em; text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> </span></td></tr>
</tbody></table><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Entonces, ¿quién es Augusto R. Berns y qué tiene que ver con Machu Picchu? Todo lo dicho sobre Berns tiene que ser antecedido por la palabra "aparentemente" porque era un mentiroso congénito, un Baron Munchausen, un fantasioso con un grado de ingeniero a su favor que es lo mismo que decir, "aparentemente con un grado de ingeniero". Dijo haber nacido en Alemania en 1842 y haber venido al Perú en 1860, también que trabajó con la Southern Peruvian Railway y luego para los militares peruanos. </span><div style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A principios del año 1880 dijo haber estado fuera del Perú, específicamente en los Estados Unidos.<br />
En 1881, viviendo en Michigan, organizó las primeras dos empresas que deberían ser llamadas más apropiadamente "estafas", "The Torontoy or Cercada-de-San Antonio Estate in Southern Peru" y "Huacas del Perú". Berns les mandó a inversionistas potenciales una carta, un mapa y proyectos, asegurando que su propiedad en el Valle Urubamba (frente al río del aún no descubierto Machu Picchu, en ese momento), estaba ubicada sobre un área que, de ser explotada, llegaría a ser "universalmente reconocida como la productora más grande de oro y plata ubicada en el centro del mundo". </span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Declaró que había oro por todo Torontoy diseminado en la tierra y la arena y en las venas de las rocas y la arcilla. Dijo también que había "un aparato antiguo de lavado de oro", cortado de rocas sólidas, llamado "Llamajcansha," que en la antigua lengua india significa "patio dorado". Es poco probable que sus lectores en Estados Unidos hablaran quechua, de lo contrario, hubieran supuesto o sabido que Llamajcansha significaba "patio o espacio de llamas". Berns estaba vendiendo una carga de excrementos de llama.</span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Asimismo, cerca de Llamajcansha, Berns insinuó la existencia de un túnel que "tenía razones para creer" era usado como tumba para acoger cuerpos embalsamados de incas con sus respectivos ornamentos. En su mapa, marcó el túnel "Huacas del Inca." </span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En una carta a inversionistas escrita desde Detroit, Michigan, Berns dijo que nada menos de "5 millones de dólares en efectivo puede ser adecuado" para desarrollar Torontoy. En moneda actual equivale a más de 100 millones de dólares. No se conoce qué pasó con su estafa, si se mantuvo así o si aumentó en cifras.</span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><strong><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A LO INDIANA JONES</span></strong></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; text-align: right; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr style="text-align: right;"><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em; text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> <img align="" alt="" height="400" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo310808/h4.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; margin-right: 4px; padding-left: 6px;" title="" width="400" /></span></td></tr>
<tr style="text-align: right;"><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em; text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> </span></td></tr>
</tbody></table><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En algún momento volvió al Perú y en 1887 organizó una compañía llamada "Huacas del Inca". El proyecto de 48 páginas de la compañía es charlatanería al estilo Indiana Jones ya que sugiere la existencia de tesoros inimaginables esperando ser descubiertos: "Las riquísimas y valiosísimas obras de arte" que "adornaban los templos y edificios públicos y reales de la metrópoli del imperio Incaico".</span><div style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Berns anunciaba que enviarían expediciones para buscar estos tesoros de los incas, aquella porción de fortuna de Atahualpa que se libró de los españoles. Además informó a sus inversionistas que la "mitad por lo menos fue llevada consigo por los indios, según lo consigna la historia, a las montañas inmediatas al Cusco, o sea las de Paucartambo, Lares y Santa Ana".</span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No se sabe qué pasó con "Huacas del Inca", pero en 1888 su vicepresidente renunció públicamente su puesto, acusando a Berns de haber malversado fondos para su uso personal y por no haber lanzado ninguna expedición. En ninguno de los materiales publicados acerca de Augusto R. Berns se encuentra evidencia de que haya conocido, visitado o intente aprovecharse de Machu Picchu. </span></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En una reciente columna del blog histórico científico Archaeorama, blogs.discovery.com, incluso Paolo Greer admite que no hay real evidencia de que Augusto Berns haya pisado las montañas de Machu Picchu. La verdad es que Greer es uno más en la larga cola de visitantes y "descubridores" de la ciudadela inca.</span></div></span></div>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-44510832622239275902011-04-28T08:33:00.000-07:002011-04-28T08:33:51.831-07:00Remember Crystal City<div id="barra_navegacion" style="font-family: Verdana; font-size: 11px; line-height: 18px;"><h1 class="titulo_noticia" style="color: #b41b09; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 22px; line-height: 28px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><a href="http://www.larepublica.com.pe/node/163026">La República</a></h1><h1 class="titulo_noticia" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 22px; line-height: 28px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="color: #b41b09;">Memoria |</span> Peruanos.<span class="Apple-style-span" style="color: #b41b09;"> </span></h1></div><div id="contenido" style="margin-left: 3px; margin-right: 3px;"><div class="node" id="node-163026" style="clear: both; font-family: Verdana; font-size: 11px; line-height: 18px;"><span class="submitted" style="font-size: 0.92em;"><span class="Apple-style-span" style="color: #898989;">Dom, </span><b>24/08/2008 </b></span></div><div class="node" id="node-163026" style="clear: both;"><span class="submitted" style="font-family: Verdana; line-height: 18px;"><b></b></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana; font-size: xx-small; line-height: 18px;"><b><br />
</b></span><div class="content"><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">Entre 1942 y 1945 cientos de familias de origen japonés que vivían en Perú fueron deportadas como resultado de un acuerdo entre el gobierno peruano y los EEUU. Todos fueron confinados en un campo de concentración de Texas. Ahora reclaman una indemnización por el oprobio que vivieron. </span></div><div style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span lang="ES"><span style="font-size: x-small;"><u><span style="font-family: 'Times New Roman';">Por:<b> Daniel Goya</b></span></u></span></span></div><div align="left" style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span lang="ES"><span style="font-size: x-small;"><u><span style="font-family: 'Times New Roman';"><b><br />
</b></span></u></span></span></div><div align="left" style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span lang="ES"></span><span lang="ES"><span lang="ES"><span style="font-size: x-small;"></span></span></span></div><span style="color: #494949; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n01.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Augusto Kague Castillo contaba con solo once años el día que la policía detuvo a su padre. Vivían en Jauja, Junín, donde su familia era dueña de un restaurante. Una mañana el pequeño Augusto salió a comprar arroz por encargo de Mantaro Kague, su padre, y no volvió a verlo más. Durante tres meses no tuvieron noticias de él. Sus seres queridos pensaban lo peor, hasta que llegó una carta. En el manuscrito el desaparecido Kague relataba que había sido desterrado y encerrado en una prisión en Estados Unidos. "La carta estaba llena de manchas que no nos permitía leer algunas palabras y hasta oraciones completas.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span lang="ES"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES"></span></span></span></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="261" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n02.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Estaba censurada", relató Augusto Kague Castillo, nacido el 6 de setiembre de 1930: "Nosotros contestamos sus cartas a mi padre y durante dos años estuvimos recibiendo sus respuestas censuradas. Mientras duró su ausencia el negocio de mi padre se fue a la quiebra. No había quien lo administrara y pronto empezamos a vivir en la miseria. Nos lanzaron de la casa que alquilábamos porque no pudimos pagar y comenzamos a vagar como gitanos en casas de amigos y familiares". La de Augusto Kague fue una de las casi mil familias que el gobierno de Manuel Prado Ugarteche entregó a su par de los Estados Unidos después del bombardeo japonés a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span lang="ES"><span lang="ES"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Todos fueron recluídos en el campo de concentración de la localidad de Crystal City, en el ardiente desierto del estado de Texas. Los peruanos eran parte de una población de 2 mil 200 japoneses y nikeis deportados por 13 países latinoamericanos aliados de Norteamérica. La situación de las familias cuyos padres o madres fueron detenidos y enviados forzosamente a los centros de internamiento norteamericanos, por el solo hecho de haber nacido en Japón o ser hijos de japoneses, se tornó desesperante y la comunidad en el Perú tuvo que buscar salidas para el reencuentro entre padres e hijos.</span></span></span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><strong><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">DEL SUEÑO A LA PESADILLA</span></strong></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n03.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En el caso de los Kague hubo algo de suerte. La esposa de Enrique Kague, Micaela, se encontró con una amiga cuyo marido también estaba en Crystal City. Le dijo que su consorte la estaba llamando a unirse con él en el campo de concentración, pero ella no quería por sus hijos. La amiga le ofreció a Micaela Kague viajar en su lugar y eso fue lo que hizo. Al poco tiempo partió a Texas desde el puerto de Talara.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">"Fue un viaje de veinte días", recordó Augusto Kague Castillo, cuya familia materna residía en Piura: "Los hombres viajaban en la parte de abajo del barco y las mujeres y los niños en la cubierta. Cada semana se les dejaba subir durante 15 o 20 minutos a los hombres para que caminen y fumen un poco. Algunos se ponían hasta tres cigarrillos en la boca al mismo tiempo y fumaban. Cuando llegamos a Nueva Órleans, los oficiales estadounidenses nos pidieron que nos quitáramos las ropas. Creímos que nos iban a matar ahí mismo. Pero nos rociaron con insecticidas y detergentes. Nos recibieron como si fuéramos animales infectados con algo".</span></div><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: -webkit-auto;"><span class="Apple-style-span" style="-webkit-border-horizontal-spacing: 1px; -webkit-border-vertical-spacing: 1px; border-collapse: collapse;">Antes de la deportación </span><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 18px;">masiva, el sentimiento antijaponés en el Perú era visible en distintos estratos. El presidente Prado no ocultaba su antipatía por los hijos del país del Sol Naciente y el Partido Aprista, por intermedio de su vocero oficial "La Tribuna", soltaba rumores sobre supuestos complots de los japoneses residentes para apoderarse del país. El 13 de mayo de 1940, dos años antes del inicio de las deportaciones, una turba compuesta por alumnos del colegio Guadalupe desembocó en la destrucción de 600 comercios de propietarios nipones y mató a diez ciudadanos del mismo origen. En una visita oficial que Prado hizo a Washington en mayo de 1942, sostuvo una reunión con el presidente Franklin D. Roosevelt y el general George C. Marshall, en la que le pidieron su colaboración para la deportación de un total de 17 mil 500 japoneses, sin diferenciar a los que habían nacido en el Perú o tenían la nacionalidad. Roosevelt y Marshall los consideraban enemigos potencialmente peligrosos. Prado aceptó y no tardó demasiado en satisfacer a sus anfitriones.</span></span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">El mismo día del ataque a Pearl Harbor, Germán Yaki Hishii tenía tan solo 10 años y paseaba junto a su papá Sentei y su mamá Ichi por las avenidas de Lima. De un momento a otro se dieron cuenta de que algo extraño sucedía. La gente los miraba con extrañeza. Era una coincidencia que cuadra tras cuadra las personas volteaban a verlos, algunos con recelo y otros asustados. Cuando llegaron a casa escucharon por radio que Japón había atacado Pearl Harbor.</div></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n05.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Un par de meses después, Germán Yaki jugaba en la calle cuando vio pasar un camión con muchos japoneses en su interior. Uno de ellos le arrojó un papel enrollado. Yaki lo abrió. Estaba escrito en japonés. Se lo llevó a su papá, Sentei Yaki, quien reconoció que era un mensaje de despedida de uno de los arrestados que no había podido hablar con su familia. Sentei cumplió con llevar el manuscrito a los seres queridos del deportado. Desde ese día Yaki dormía a sobresaltos creyendo que unos días le tocaría a su padre y se lo llevarían.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Pasaron unos pocos años hasta que la pesadilla se cumplió. Los uniformados fueron a buscar a su padre en su propia casa, el 12 de enero de 1943. Se lo llevaron sin explicaciones aunque Sentei Yaki ya suponía lo que le esperaba. La esposa le llevó algo de ropa a Sentei en el centro de detención y no lo volvió a ver. Seis meses después de angustia e incertidumbre, Germán y su madre recibieron una carta en la que se les concedía permiso para ir a vivir al campo de concentración de Crystal City. Los Yaki eran parte de los 17 mil 500 japoneses que el presidente Roosevelt y su amigo Prado querían mantener detenidos a toda costa. La lista negra la hicieron ambos.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La versión definitiva salió el 13 de setiembre de 1944 bajo el título: "La lista proclamada de ciertos nacionales bloqueados". En el caso de Roosevelt, quería más presos de origen japoneses para canjearlos por prisioneros estadounidenses. En la letra "H’ aparece: "Higashide, S. (de) Ica". Se trataba de Seiichi Higashide (1909-1997), natural de de Hokkaido, Japón, quien en 1931 emigró a Perú.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><strong><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">GENTE SIN PATRIA</span></strong></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n06.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Residió en Ica, constituyó un comercio y se convirtió en líder de su comunidad, hasta que lo secuestraron y deportaron a Crystal City, donde estuvo encerrado dos años. Al salir en libertad, prefirió quedarse en Estados Unidos para exigir al gobierno una reparación a quienes como él sufrieron violaciones de sus derechos humanos. Incluso en 1981 ofreció su testimonio ante el Congreso norteamericano.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Higashide, con ayuda de sus hijos, escribió "Adios to Tears: The Memoirs of a Japanese-Peruvian Internee in U.S. Concentration Camp" (Adiós a las lágrimas: Las memorias de japonés-peruano internado en un campo de concentración de los Estados Unidos), un relato revelador de un episodio de la historia que se conoce y virtualmente se mantiene en la oscuridad. Higashide murió en 1997 sin ser recompensado como se merecía por el gobierno estadounidense.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n07.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Los Yaki también estaban en la lista negra de Roosevelt y Prado, cuyos apellidos hoy adornan las principales calles de Lima. La vida en Crystal City estaba privada de libertad. Un alambrado rodeaba la zona y cortaba toda posibilidad de fugar. "Cada hora aparecían vaqueros con rifles y caballos que patrullaban el área para evitar los escapes", recordó Germán Yaki con memoria fotográfica. "Todas las casas eran prefabricadas de madera. Se trataba de pequeñas construcciones donde vivían los extranjeros detenidos. Aparte de nosotros había alemanes.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Los baños eran públicos y cada familia debía turnarse el uso de los servicios. En el extremo sur de Crystal City había un hospital y al noroeste un campo de béisbol. Al este se encontraban las casas prefabricadas. Al sureste se ubicaba el jardín de niños donde se enseñaba a hablar en inglés", describió Yaki: "Los recluidos trabajaban en el mantenimiento del campo de concentración. Todos ganaban lo mismo: 10 centavos de dólar la hora. Esto daba como resultado una ganancia de menos de un dólar al día".</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n08.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Germán Yaki señaló que en Crystal City había un solo tipo de moneda. Era con la única que los detenidos podían usar. Algunas de las monedas llevaban inscritas qué se podía comprar, para que los reclusos no intentaran adquirir algo que estuviera prohibido por los celadores estadounidenses. "No podíamos elegir nada", dijo con cierta tristeza Germán Yaki.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Una mañana sonó la alarma contra incendios. Los recluidos pensaron que se estaba quemando una casa, pero pronto entendieron qué sucedía. En inglés y japonés informaron por los parlantes que Japón se había rendido y que había perdido la guerra. Era el dos de setiembre de 1945. Algunos recibieron la noticia con alivio pensando en la pronta libertad. Otros se negaron a creer que Japón había sido derrotado y calificaron la noticia como una mentira norteamericana.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><strong><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">SIN PUEBLO Y SIN CASA</span></strong></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n09.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="243" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">De acuerdo con la organización no gubernamental norteamericana Nikkei for Civil Rights & Redress (Nikeis por Derechos Civiles y Reparación –entre cuyos fundadores se encontraba Seiichi Higashide–, de los 2,264 presos en los campos de concentración, una vez finalizada la guerra 945 japoneses-peruanos fueron deportados al destruido Japón, otros 300 se quedaron en Estados Unidos en condición de ilegales y lucharon por obtener la ciudadanía y alrededor de 100 regresaron a Perú. Miyotaro Shima, secuestrado junto a su esposa Hisae y sus hijos Tamotsu y Kuniko, fue canjeado por prisioneros norteamericanos y enviado al Japón. Shima era comerciante y vivía en Trujillo. Cuando lo deportaron, contaba con 51 años.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Entre los que se quedaron en Norteamérica se encuentra Art Shibayama, uno de los líderes del movimiento que busca un reconocimiento de derechos y una reivindicación justa. Cuando vivió en Perú se llamaba Isamu Carlos Arturo Shibayama y ahora en Chicago es simplemente Art Shibayama. "Nací en Lima. Mis padres eran importadores de telas y confeccionaban ropa que distribuían en las tiendas.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="320" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n10.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Mi abuela materna fue la primera secuestrada y deportada e intercambiada por otro prisionero norteamericano", relató a las autoridades norteamericanas al sustentar su demanda ante los tribunales: "Partimos del puerto del Callao en un barco de guerra norteamericano y nos llevaron hasta Cuba, donde nos quitaron los pasaportes. Yo sólo tenía 13 años y mi hermana 11. A mí me ubicaron con los hombres. No nos dejaron hablar con nuestros familiares mientras duró el viaje de 21 días hasta Nueva Órleans. Nos subieron en un tren hacia Crystal City. Mi hermana creyó que en el trayecto nos iban a matar".</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">"Después de dos años y medio, mi padre resolvió retornar a Perú pero no querían que volviéramos. Entonces mi padre aceptó que viviéramos bajo libertad condicional en las granjas de Seabrook, Nueva Jersey", dijo Shibayama. Allí los explotaban peor que en el campo de reclusión, hasta que tras años de espera lograron la residencia. Art Shibayama ahora es un líder reconocido por los japoneses latinoamericanos que durante más de cincuenta años exigen una indemnización. En 2002, recibió el Premio al Espíritu Combatiente, entregado por la organización Nikeis por los Derechos Civiles y Reparación (NCRR, por sus siglas en inglés). A pesar de que entre 1952 y 1964 Shibayama se incorporó al ejército estadounidense, recién en 1970 obtuvo la ciudadanía.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"></span><div style="margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="-webkit-border-horizontal-spacing: 1px; -webkit-border-vertical-spacing: 1px; border-collapse: collapse;">Tuvo suerte porque </span><span class="Apple-style-span" style="color: #494949;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 18px;">muchos fueron canjeados por prisioneros estadounidenses y llevados al devastado Japón. Según la misma fuente, Nikkei for Civil Rights & Redress, 68 bebés nacieron en el cautiverio de Crystal City. Entre ellos se encontraba Luis Kitsutani Ogata. Su madre, Margarita, estaba embarazada cuando se anunció que el encierro se había terminado, pero ella y su padre, Kosuke, prefirieron quedarse hasta que diera a luz mientras las demás familias salían del centro de reclusión.</span></span></span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">"Yo nací en el campo de concentración. Como no llevaron a mi mamá a un hospital, de eso se vale el gobierno de Estados Unidos para negarme una compensación justa como la que recibieron otras personas que estuvieron allí", dijo Luis Kitsutani.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" height="265" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n12.jpg" style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-style: initial; border-top-style: none; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" width="320" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El nació el 12 de enero de 1942.Los ex prisioneros que se quedaron en Estados Unidos organizaron un movimiento llamado "Campaña por la Justicia", que busca una compensación de US$ 20 mil por individuo como lo obtuvieron los japoneses norteamericanos que también fueron encerrados en centros de internamiento. A los latinoamericanos el gobierno estadounidense solo les ofreció US$ 5 mil.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">"Nosotros reclamamos que se nos repare de la misma forma que a los otros, pero no hemos tenido éxito. No hubo solidaridad y la mayoría de los que regresaron aceptaron ese dinero", explicó Germán Yaki: "Seguimos litigando, pero es difícil porque no tenemos un abogado allá. Ya tengo 77 años y creo que no veré un centavo". Muchas familias que se quedaron allá luego de ser liberadas fueron advertidas que se encontraban en condición de ilegales y por lo tanto serían expulsadas, así que les aconsejó salir del país y regresar de manera legal.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Fue una trampa. "Las familias que siguieron ese consejo fueron engañadas porque al momento de reclamar su indemnización se les dijo que ellos estaban en los Estados Unidos por voluntad propia y que no podían reclamar ninguna compensación", señaló Augusto Kague Castillo.</span></div><div align="left" style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></div><span style="color: #494949; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><table align="right" border="0" cellpadding="1" cellspacing="1" style="border-collapse: collapse; width: 200px;"><tbody style="clear: both; float: left;">
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> <img align="" alt="Memoria | Peruanos. Remember Crystal City" src="http://e.larepublica.pe/0/2008/agosto/domingo240808/n13.jpg" style="border-bottom-style: none; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-color: initial; border-left-style: none; border-left-width: 0px; border-right-style: none; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-style: none; border-top-width: 0px; border-width: initial; padding-right: 5px;" title="" /></td></tr>
<tr><td style="padding-bottom: 0.3em; padding-left: 0.5em; padding-right: 0.5em; padding-top: 0.3em;"> </td></tr>
</tbody></table></span><div style="color: #494949; line-height: 18px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0.6em; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Mientras que los que se quedaron en Estados Unidos, además de una indemnización, recibieron una carta de disculpa personal del presidente Bill Clinton, en la que reconoce "los errores del pasado y ofrecemos nuestro más profundo pesar a quienes sufrieron graves injusticias", los japoneses-peruanos simplemente fueron olvidados. Ni Yaki, ni Kague, ni Kitsutani ni ninguna otra víctima del funesto acuerdo entre los presidentes Roosevelt y Prado recibieron nada. Los que sufrieron en Crystal City sienten que sus vidas ni siquiera tienen el valor de una de las monedas que circuló en el campo de concentración.</span></div></div></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-75273131920548699802011-04-12T18:46:00.000-07:002011-04-12T18:46:42.403-07:00Perú, ocaso de la Oligarquía<div style="color: black;"><span style="font-size: small;"><b>Recopilado por Jorge Moreno Mattos </b></span></div><div style="color: black;"><span style="font-size: small;"><b>17 de febrero de 2010</b></span></div><div style="color: black;"><span style="font-size: small;"><b>Fuente <a href="http://www.reporterodelahistoria.com/2007/10/lecturas-per-ocaso-de-la-oligarqua.html">El Reportero de la Historia</a></b></span></div><span style="color: red; font-size: x-small;"><b><br />
</b></span><br />
<blockquote><div style="color: #073763;"><span style="color: #0b5394; font-size: large;"><b>Extracto del libro "Los amos de la guerra" de Clara Nieto </b></span></div></blockquote><blockquote><div style="color: #073763;"></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO-9C_7dFxsBOeouXg0pnvmca4TdIFtARazWz1obmztqQH7O4PYfw97CYThvtR2Z-r-mUwzKPmZpDp5xvRXBnc07FQPD7mwGeU9C0knwe_6TXQzW00Se8tOoep65nCc59f0gHZZh4deRFu/s1600-h/amosdelaguerra.jpg" style="color: #073763;"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5122150596533962178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO-9C_7dFxsBOeouXg0pnvmca4TdIFtARazWz1obmztqQH7O4PYfw97CYThvtR2Z-r-mUwzKPmZpDp5xvRXBnc07FQPD7mwGeU9C0knwe_6TXQzW00Se8tOoep65nCc59f0gHZZh4deRFu/s400/amosdelaguerra.jpg" style="cursor: pointer; float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt;" /></a><i><span style="color: #073763;">Preparando los materiales para la monografía del Taller de Investigación, me topé con este libro de una periodista y diplomática colombiana que, como su título indica, repasa la política intervencionista de los Estados Unidos en América Latina. Aunque es un libro bien escrito y se lee con holgura (ya haré la reseña respectiva), no deja de mostrar notorias deficiencias de fondo. Entre ellas, la de carecer de ideas propias. De él entresaco, como ejemplo de lo dicho, el capítulo referente al Perú, el mismo que constituye una muestra palpable de la habilidad para la síntesis de la que hacen gala muchos autores que publican, luego de haber digerido decenas de libros, obras como ésta (Si al menos tuvieran un ápice del enorme talento de Eduardo Galeano, al que parece que todos quisieran imitar, pero que definitivamente no logran igualar). Lo transcribo para poder discutir las ideas que me sugiere y que expondré en el siguiente post. </span><span class="summarypost" style="color: #073763;"></span><span class="fullpost" style="color: #073763;"></span></i><br />
<span class="fullpost"></span></blockquote><span class="fullpost"><br />
<br />
<b><span style="color: #073763; font-family: Georgia,"Times New Roman",serif; font-size: x-large;">Perú, ocaso de la oligarquía</span><br />
Por Clara Nieto</b><br />
<br />
<div align="justify">Perú entra en los años sesenta, bajo el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, en medio de una severa crisis económica y de extrema agitación política y social. El general Manuel Odría tuvo que celebrar elecciones y retirarse, debido a la presión popular.<br />
<br />
Prado enfrenta un país en ebullición. Han terminado las dictaduras militares de derecha y el país está en proceso de transformación. El pueblo ha luchado veinte años por la apertura política y la democratización del país. Sectores estudiantiles, populares y de la pequeña burguesía empobrecida se han radicalizado y crece un pujante movimiento popular sindical, estudiantil y campesino en demanda de cambios. Las huelgas, por cuestiones salariales, son constantes y los conflictos de tierra en la sierra se dan en dimensiones sin precedentes. Los más graves ocurren en 1959 y 1960 en Casa Grande y Paramonga, dos grandes ingenios azucareros, en propiedades de la compañía norteamericana Copper Corporation, y en la hacienda Torreblanca. Terminan en combates con la fuerza pública y en baños de sangre. Pero el gobierno ha estado del lado de los propietarios nacionales y empresas extranjeras.<br />
<br />
Prado llega al poder con una alianza con Haya de la Torre, jefe máximo del APRA, el partido más importante y de mayor arraigo popular. Esa alianza, que ellos llaman la «convivencia», es de mutuo beneficio. Haya de la Torre quiere su legalización y abrir canales para llegar al poder. El APRA ha oscilado entre la legalidad y la ilegalidad decretada por gobiernos militares y oligárquicos que lo persiguen por temor a su fuerza popular. Es una lucha constante, muchas veces sangrienta.<br />
<br />
Prado y el importante sector oligárquico que lo apoya creen necesario tener al APRA de su lado. Haya de la Torre se compromete a abandonar sus posiciones radicales a cambio de programas y medidas del gobierno que aseguren una distribución justa del ingreso y amplíen los beneficios sociales a los sectores populares.<br />
<br />
Haya de la Torre, nacionalista, no comunista, de extracción oligárquica, igual llega ad portas del poder que a la cárcel o el exilio. Igual obtiene el triunfo electoral –siempre frustrado por las oligarquías y los militares– o a la derrota con frecuencia fraudulenta. Miembros del APRA rechazan la alianza con Prado y con la oligarquía. Sectores estudiantiles y de la clase media se retiran del partido, crean el APRA Rebelde y luego el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), como grupo armado. Otros sectores se unen a Acción Popular –partido de Fernando Belaúnde Terry– a la Democracia Cristiana, al Movimiento Social Progresista y al Partido Comunista que ha resurgido. El APRA pierde fuerza y Haya de la Torre prestigio. No obstante sigue siendo la mayor fuerza política del país.<br />
<br />
Por primera vez las masas campesinas, populares y de barrios marginales entran en la arena política con banderas nacionalistas, antioligárquicas y de reivindicación social. Piden reforma agraria, vivienda, empleo, salarios justos, educación y salud. Son demandas justas que den a sus necesidades y son apoyados por sectores militares, estudiantiles y por la Iglesia.<br />
<br />
Sectores oligárquicos también están en proceso de cambio. «La presencia de de las barriadas pobres en la capital son motivo de preocupación para las clases pudientes y para las clases medias. Ven que esa miseria, que contrasta con el lujo limeño, es una amenaza latente. Los planes de asistencia social no son suficientes para cerrar esa brecha». Los grandes diarios, cuyos dueños o directores son de la oligarquía, por primera vez se ocupan de temas sociales y recomiendan cambios.<br />
<br />
Medidas del gobierno en favor de la transnacional petrolífera, International Petroleum Company (IPC), norteamericana, y el alza del precio de la gasolina provocan un agitado debate político en la Cámara de Representantes contra la IPC, por la nacionalización del petróleo defensa de la soberanía nacional. Manifestaciones populares y estudiantiles, con banderas antiimperialistas, la piden. Lo mismo hacen militares y de la Iglesia. Éste es el tema crucial de esa década.<br />
<br />
En las elecciones presidenciales de 1962 triunfa Raúl Haya de la Torre, candidato del APRA, por catorce mil votos. Belaúnde Terry, su contendiente, la oligarquía y los militares alegan fraude. A la semana- antes de que Prado entregue la presidencia- los militares dan el golpe.<br />
<br />
Toma el poder una Junta militar (1962-1963). Anuncia que pondrá orden a la agitación política y social que convulsiona al país y dará solución a los problemas derivados de esa sociedad injusta, pues presión no se acallará el malestar del pueblo. En efecto, la Junta importantes medidas de corte social: expide una ley de reforma agraria, legaliza la toma de tierras por los campesinos, les reconoce el «control de facto» de las tierras que han ocupado, pero exige que sean pagadas. Nunca lo hacen. No obstante, reprime a los campesinos en la sierra para mantener el orden público. En corto tiempo-como lo había prometido- celebra elecciones. Se retira con prestigio. Ha realizado reformas importantes y cumple con su palabra de entregar el poder.<br />
<br />
Fernando Belaúnde Terry (1963-1968) es elegido presidente. Derrota a Haya de la Torre. Belaúnde ofrece medidas reformistas, lleva gente nueva al gobierno y promete dar solución al problema con la IPC en noventa días. La nacionalización del petróleo ha sido uno de los temas centrales de su campaña.<br />
<br />
El pueblo ve en Belaúnde una promesa de renovación y de cambio. los primeros noventa días presenta una ley ejecutiva sobre reforma agraria pero el Congreso, dominado por una alianza mayoritaria del APRA y UNO (Unión Nacional Odriísta) la modifica para no afectar intereses de poderosos latifundistas nacionales y extranjeros. Sus propieda-des quedan intactas. La reforma sólo se aplica en zonas de conflicto en la sierra. Campesinos e indígenas esperan que Belaúnde cumpla con su pro-mesa de dar solución a los problemas de tierra. El gobierno envía a la sierra -comisiones de expertos en reforma agraria, cooperativas, préstamos estatales e investigadores sociales con el propósito de atender sus demandas. <br />
<br />
La cuestión no se arregla. A mediados de 1963 en todos los departamentos de la sierra -con excepción de Puno- ocurre una ola de tomas violentas de tierras con la consigna «Tierra o Muerte». En éstas parte cerca de trescientos mil campesinos, comuneros, colonos y trabajadores. Son reprimidas con violencia y algunas terminan en baños sangre. El movimiento campesino toma fuerza con el apoyo de estudiantes, de militares en retiro y de abogados que les ayudan a crear organizaciones comunitarias y sindicales.<br />
<br />
El gobierno de Belaúnde pierde apoyo y prestigio en amplios sectores. -Tiene al Congreso en contra. Sus medidas reformistas son bloqueadas por la la Alianza del APRA y UNO frustrando las esperanzas del pueblo. Reacciona con violencia cuando ocurre una inesperada devaluación de la moneda en un 44 por ciento -Belaúnde había asegurado que no se haría- y no ha resuelto el problema con IPC como prometía. En la el MIR y el ELN, grupos armados surgidos bajo su gobierno, están atizando el fuego. Belaúnde promete liquidados.<br />
<br />
La opinión pública se entera de que Belaúnde ha realizado negociaciones secretas con la IPC y que ha llegado a un acuerdo. Lo hace público. Dice que la IPC entregará pozos a cambio de condonarle una deuda de alrededor de doscientos millones de dólares (otros afirman que seiscientos millones) con el compromiso de ampliar y modernizar instalaciones. Continuaría con el monopolio de la gasolina por un periodo de cuarenta años. El gobierno le otorga en concesión un mi-llón de hectáreas para nuevas exploraciones de petróleo.<br />
<br />
Líderes políticos comprueban que tales acuerdos son lesivos de los intereses nacionales y que Belaúnde ha ocultado partes importantes. Acción Popular, su partido, le retira su apoyo, el APRA se lava las manos y el influyente diario El Comercio arremete contra el presidente y le pide al ejército hacerse cargo de la situación. <br />
<br />
El gobierno naufraga en una profunda crisis de legitimidad, envuelto en ese escándalo y en otro de contrabando, a gran escala, en el que aparecen implicados congresistas, altos funcionarios y miembros de las fuerzas armadas. Es la corrupción a alto nivel. El engaño de Belaúnde al país y el comportamiento de las mayorías del Congreso que por mezquinas razones políticas han bloqueado importantes reformas sociales y han manejado irresponsablemente los fondos públicos son intolerables para muchos y en especial para los militares. Comparten el clima antioligárquico que se afianza en el país y toman el poder para realizar el cambio. El 3 de octubre de 1968 el general Juan Velasco Alvarado derroca a Belaúnde y lo deporta a Buenos Aires.<br />
<br />
<span style="font-size: large;">La insurgencia de los años sesenta</span><br />
<br />
La situación de Perú, económica y social, es caldo de cultivo de la insurgencia y de la lucha armada revolucionaria. La Revolución cubana les sirve de estímulo. Es una sociedad semirrural en la que las mayorías, campesinas e indígenas -descendientes de los incas-, analfabetas, están sumidas en la miseria, en el total abandono y son explotadas como bestias por gamonales y terratenientes. Al otro lado de la escala social está la reducida clase aristocratizante y antidemocrática, dueña de extensos latifundios, que tiene control de los principales sectores económicos y de los grandes diarios y cuya enorme influencia juega un papel determinante en los destinos del país.<br />
<br />
Con el apoyo de estudiantes y de sectores de clase media y de la pequeña burguesía, los campesinos y los obreros continúan organizándose en sindicatos. La figura principal del movimiento campesino e indígena en la sierra es Hugo Blanco, un «disciplinado trotskista», que se instala allí para impulsarlo. Ayudados por abogados cuzqueños, comienzan a vincularse a la Federación de Trabajadores del Cuzco, dominada por el Partido Comunista.<br />
<br />
Blanco quiere que el Movimiento Sindical Campesino se convierta en una fuerza democrática que pueda enfrentarse al poder patronal, manejado por gamonales. No pretende alentar la lucha revolucionaria por el poder (así lo afirma en 1964 desde la cárcel), pues lo considera prematuro. Su objetivo es dar solución al problema de tierras, defender a los campesinos e indígenas en las ocupaciones de tierra e impedir que sean atropellados por el ejército, por gamonales y por terratenientes. Alarmados con los levantamientos campesinos y por la toma de tierras, los terratenientes, los gamonales y la prensa limeña -portavoz de la oligarquía- piden al gobierno reprimirlos e impedir que continúen organizándose. La prensa comienza a alertar sobre la labor de Hugo en la sierra.<br />
<br />
En 1963, en una gran ofensiva contra el movimiento campesino –bajo el gobierno de Belaúnde-, Blanco y casi toda la cúpula diri-gente campesina e indígena son detenidos. No obstante, la lucha continúa. -En las ciudades las corrientes populares toman impulso y ganan espacio político. La respuesta a esos conflictos, que más de una vez se originan en empresas transnacionales, es la violenta represión con sal-dos de muertos y de heridos.<br />
<br />
A pesar de la represión, las fuerzas populares, estudiantiles, intelectuales -y de Izquierda, cada día más radicalizadas, siguen luchando por la apertura política y democrática. La contienda ideológica chino-sovié-tica del momento produce las consabidas controversias político-ideoló-gicas y el fraccionamiento de los partidos de izquierda. De éstos surgen grupos armados. Del APRA surge el Comité de Defensa de los Prin-cipios Apristas y de la Democracia Interna, el APRA rebelde y más tarde el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y Vanguardia Re-volucionaria. Y el Frente de Izquierda Revolucionaria (FIR) y el Ejér-cito de Liberación Nacional (ELN), ambos dirigidos por cuadros que salen del Partido Comunista y de la juventud comunista.<br />
<br />
Al ELN, procastrista, lo conforman estudiantes, intelectuales, políticos, -obreros comunistas y algunos campesinos. Es de tendencia «foquis-ta» y su proyecto político es el gobierno popular, la expulsión de los monopolios extranjeros, la revolución agraria, la soberanía nacional y la amistad con todos los pueblos. El ELN es «infiltrado» y sufre desercio-nes y delaciones. De sus filas salen los mejores informantes del ejército y los peores enemigos de la guerrilla. En 1965 el ejército provoca un enfrentamiento con el ELN que es un desastre para la guerrilla.<br />
<br />
El MIR siempre está en convulsión, en polémicas, en pugnas y en luchas internas y con una estrategia errada según Héctor Béjar, uno de sus militantes. Pretende, sin hombres suficientes, crear tres frentes para obligar al ejército a dispersarse. Pero la superioridad numérica del ejército – tiene cincuenta mil hombres en armas- le permite llevar la guerrilla simultánea en varios frentes y lo golpea duramente. A pesar de las discrepancias conceptuales, políticas y estratégicas entre el ELN Y el FIR, hacen esfuerzos para unirse y coordinar la acción. No lo logran. Sin saberlo dan combates más o menos simultáneos contra el mismo objetivo. El MIR y Blanco tampoco logran superar sus discrepancias, que no eran insuperables, comenta Béjar.<br />
<br />
A nivel político la situación de la izquierda no es mejor. En 1961, Juan Pablo Chang y un grupo que no milita en ningún partido crean la Asociación para la Unificación de la Izquierda Revolucionaria (APUIR), cuyo objetivo es crear el Partido Único de la Revolución con las organizaciones y partidos de izquierda y dar un fuerte apoyo a la lucha campesina y a Hugo Blanco, que en 1961 aún está en la sierra sin soporte político. En 1963 el ejército lo captura. Los partidos ignoran ese llamado a la unidad y los pocos que apoyan a Blanco no le dan lo que más necesita en ese momento que es dinero, hombres y armas.<br />
<br />
Un factor negativo en la lucha insurreccional peruana es el comportamiento político de la «nueva izquierda». Está desunida, fraccionada, se atacan unos a otros públicamente y no tiene planteamiento ideológicos y políticos coherentes. No estudia a fondo la complejidad de la realidad peruana, escribe Béjar. Esa desunión y discordia política también se da en las organizaciones campesinas. Su lucha se debilita y es más vulnerable frente al ejército.<br />
<br />
En siete meses de intensos combates el ejército desarticula los movimientos armados, liquida sus frentes y encarcela a sus máximos dirigentes. Muchos guerrilleros se pasan al bando enemigo y facilitan su tarea. <br />
<br />
<span style="font-size: large;">Los «nasseristas» criollos</span><br />
<br />
El general Juan Velasco Alvarado (1968-1975) prepara el golpe contra Belaúnde con un grupo de oficiales sin consultar con nadie. Cuando toma el poder negocia con los altos mandos. Anuncia que el «gobierno revolucionario» - así lo denomina - será colectivo de las fuerzas armadas, liderado por una Junta Revolucionaria, integrada por los generales más antiguos y de más alto rango. Conforma el gabinete con la más alta jerarquía castrense. <br />
<br />
Los militares del gobierno revolucionario son progresistas, nacionalistas, antiimperialistas y antioligárquicos. Por esa tendencia – ajena a las dictaduras militares del continente - se les llama «nasseristas». El gobeirno no es represivo, pero mantiene el orden con la fuerza, no incluye los sectores populares en el gobierno pero les da participación política a través de cooperativas y de organizaciones comunales y sindicales. Da tierra a los campesinos y a los trabajadores rurales para explotarlas de forma asociativa. Los partidos políticos siguen funcionando pero ya no tienen peso frente al gobierno. No toca a la prensa, bastión de la oligarquía, pero en 1974 la estataliza.<br />
<br />
Este gobierno militar pone fin al largo período de la alianza de militares y las oligarquías que por primera vez carecen de fuerza política. Las nuevas fuerzas son las clases media y popular que entran a la escena política. Es un hecho revolucionario -escribe el historiador Pease García-, pues genera el cambio de clases. <br />
<br />
Los nasseristas son también una nueva clase militar, distinta a la que rige los destinos del país en los últimos veinte años. Comienzan a modernizarse, a depurarse y a prepararse profesionalmente en el Centro de Altos Estudios Militares (CAEM), creado en 1956. Allí los oficiales reciben preparación científica y analizan y estudian los problemas nacioles. El objetivo del centro es la formación de cuadros para la ejecución de planes nacionales de desarrollo y de política exterior, de modernización del país y del fortalecimiento de Perú en la arena internacional. <br />
<br />
La mayoría de la oficialidad, de clase media, es conciente de la situación de desigualdad de la sociedad peruana, de la pobreza del pueblo y del abandono de las masas populares y campesinas por parte de los gobiernos. Entiende que tal situación es la causa del malestar general y de la insurgencia. Entiende que la represión, sin tratar de dar solución a los problemas que originaban el malestar social, es errada y un camino peligroso. <br />
<br />
Su diagnóstico sobre la situación del país es pesimista: el subdesarrollo peruano es más agudo que el de los países vecinos, el poder real está en manos de latifundistas, agroexportadores, banqueros y empresas extranjeras - la mayoría norteamericanas - cuyos intereses en general no son los del pueblo ni los del país. El desarrollo debe ser planificado. <br />
<br />
En 1969 la poderosa prensa tiene el primer choque frontal con el gobierno cuando intenta controlarla. Sus directores acusan a Velasco de comunista, de atentar contra la propiedad privada y hacen fuertes críticas a su reforma agraria. Cinco años después Velasco la estataliza.<br />
<br />
El gobierno monopoliza el manejo de la economía, de los latifundios agroindustriales, del comercio exterior y de la banca. En 1969 expide la Ley de Reforma Agraria para dar tierra a campesinos e indígenas y ampliar la producción de alimentos para cortar el drenaje de divisas. Expropia latifundios nacionales y extranjeros y con la Ley de Reforma Industrial «peruaniza» las empresas privadas, las convierte en empresas mixtas y ensaya el sistema de cogestión obrera siguiendo el modelo yugoslavo.<br />
<br />
La expropiación a manu militari - a los seis días del golpe - del complejo petrolífero de la IPC, la nacionalización de plantas industriales, de ingenios azucareros, de plantas de productos químicos, de papel - pertenecientes a la W. R. Grace - y de la Corporación Cerro de Pasco – norteamericana -, con sus grandes reservas de cobre, estaño, oro y plata, son aplaudidas por el país. Tal respaldo le da una sustantiva legitimidad al gobierno y le permite avanzar en sus programas de cambio de la estructura económica para centralizar su manejo. La pequeña burguesía intelectual y política apoya al gobierno y algunos colaboran y ocupan cargos de significación.<br />
<br />
Tal política le reporta enormes tensiones con Estados Unidos. El gobierno teme que le aplique sanciones como lo hace con Cuba. Washington teme a su vez que un tratamiento semejante pueda llevar a la «cubanización» de Perú y actúa con cautela. Nixon envía un representante para tratar la cuestión de la IPC sin ningún éxito. Pero cuando la armada peruana captura barcos pesqueros norteamericanos en aguas territoriales, le corta la ayuda militar y le suspende la venta de armas. El gobierno peruano, en represalia, expulsa la misión militar de<br />
Estados Unidos y no permite que la Comisión Rockefeller, en gira por el continente por encargo de Nixon, entre en Perú.<br />
<br />
La política exterior de Velasco Alvarado es tercermundista, independiente y de apertura. Estrecha relaciones con los países comunistas. En 1971 reestablece relaciones con Cuba y lidera un movimiento regional para que la OEA levante las sanciones que le impuso en 1964. En 1974 Perú ingresa en el Movimiento de Países No Alineados.<br />
<br />
En 1975 comienza una grave crisis económica provocada por la recesión mundial, la caída de los precios de sus principales productos de exportación y la reducción de sus exportaciones. La deuda externa, el déficit fiscal y de la balanza de pagos y la inflación van en ascenso. En contra de su retórica tercermundista, Velasco se somete a las exigencias del Fondo Monetario Internacional.<br />
<br />
Esta crisis provoca movilizaciones populares, protestas sindicales y huelgas -el gobierno las «ilegaliza»-, una de la policía deja Lima sin control policial. Tal situación es aprovechada por miles de maleantes para saquear el comercio. Esta huelga es sofocada con máximo rigor. La tensión crece con conflictos fronterizos con Bolivia y Chile en julio y agosto de 1975.<br />
<br />
Los militares están descontentos con la situación y el 29 de agosto lo obligan a renunciar. Velasco sale solo del palacio presidencial, inadvertido para el pueblo limeño. Se va, pero deja un nuevo Perú, Le ha dado el vuelco. Ha favorecido a las masas y ha reducido el poder de las oligarquías. Pero las graves dificultades económicas, sociales y políticas que afectan a todo el país abren las puertas a la oposición, tanto de izquierda como de derecha. Todos están descontentos. El general Francisco Morales Bermúdez (1975-1980), su sucesor, entierra la Revolución nasserista y el país regresa a lo de antes. Es el final de una experiencia extraordinaria, manejada por militares progresistas, con conciencia social, que ha despertado grandes esperanzas en las masas peruanas y es admirada más allá de sus fronteras.<br />
<br />
<br />
<span style="color: #073763;">Tomado de: </span><b style="color: #073763;"> "Los amos de la guerra. El intervencionismo de Estados Unidos en América Latina. De Eisenhower a G. W. Bush"</b><span style="color: #073763;">. Barcelona: Debate, 2005, pág. 194-203.</span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-53285605785014186722011-04-06T17:07:00.000-07:002011-04-06T17:07:59.721-07:00Última rebelión del APRA<h1 class="titulo_noticia"><span style="font-size: small;">Fuente<a href="http://www.larepublica.pe/sucedio/24/12/2008/ultima-rebelion-del-apra"> LA REPUBLICA</a></span></h1><span class="submitted">Mié,<b> 24/12/2008</b></span><input id="edit-destination-5411" name="destination" type="hidden" value="node/5411" /> <input class="form-submit fivestar-submit" id="edit-fivestar-submit-5411" name="op" style="display: none;" type="submit" value="Rate" /> <input id="edit-fivestar-form-node-5411" name="form_id" type="hidden" value="fivestar_form_node_5411" /> <div id="content_top"><form accept-charset="UTF-8" action="/sucedio/24/12/2008/ultima-rebelion-del-apra" class="fivestar-widget" id="fivestar-form-node-5411" method="post"><div> </div></form></div><div class="content"> <u>Por <b>Antonio Zapata</b></u><br />
<br />
Este año se ha cumplido el 60 aniversario de la rebelión del 3 de octubre de 1948. Ese día se sublevó la armada y fallaron el ejército y la aviación, que originalmente habían estado complotados para derrocar al presidente José Luis Bustamante y Rivero. Los jefes de la sublevación no eran generales, sino oficiales de mando medio con apoyo de tropa. Todos tenían conexiones y simpatías con el APRA, que había alentado dos conspiraciones distintas. En primer lugar, la que efectivamente estalló esa madrugada, planeada para capturar el poder, como en Trujillo 1932; es decir, a través de una lucha necesariamente cruenta protagonizada por militantes civiles y oficiales rebeldes para capturar los cuarteles. En segundo lugar, el comando aprista había organizado otro plan, dirigido exclusivamente por generales, que tomarían el poder mansamente, depondrían al presidente y convocarían elecciones. Haya de la Torre había preferido este segundo y postergado el primero, sin cancelarlo completamente.Sucedió lo habitual.<br />
<br />
Los encargados del primer plan sintieron que su esfuerzo sería en vano si no se concretaba. Entonces, decidieron actuar sin autorización. Los marinos complotados, comandados por el comandante Águila Pardo, tomaron el BAP Grau y otros barcos de la armada, incluidos dos submarinos. Asimismo, capturaron el Arsenal Naval y el Real Felipe, donde participaron numerosos civiles apristas. Pero el batallón del ejército en el Callao resistió y, sobre todo en Lima, no se sublevaron ni la división blindada ni la base aérea de Las Palmas, que habían estado comprometidos.<br />
<br />
Armando Villanueva en “La Gran Persecución” cuenta que estaba en el diario La Tribuna y se enteró de la sublevación de El Callao. Los líderes apristas se reunieron de emergencia y al conocer la identidad de los sublevados decidieron ayudarlos. Haya de la Torre contactó con los generales que estaban tramando el segundo plan, incluyendo al general Marín, luego fundador del CAEM. Ellos contestaron negativamente, porque no podían sumarse a un movimiento iniciado por subalternos. Luego, los militantes del partido fueron contenidos de participar en una sublevación que en la dirigencia ya consideraban un aborto.<br />
<br />
Posteriormente menudearon las acusaciones de traición entre los participantes. El mayor Víctor Villanueva quien anteriormente había liderado a los defensistas apristas, denunció a la dirigencia por impedir que los militantes asalten los cuarteles del ejército. Por su parte, la versión aprista contraataca al mayor Villanueva, por haber dejado sin respaldo militar a los marinos sublevados. Otros protagonistas, como Luis Chanduvi, también han dejado memorias amargas y desengañadas. Pero los recuerdos más vívidos a este respecto corresponden al teniente Juan Manuel Ontaneda.<br />
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<img align="left" alt="Última rebelión del APRA" src="http://e.larepublica.pe/image/2008/diciembre/24/OPRE241208_19.jpg" /><br />
De acuerdo con Ontaneda, al regresar a la isla San Lorenzo, donde estuvo el último campamento de la rebelión, fue convocado por Águila Pardo para sostener una reunión, que se desarrolló en el BAP Palacios, donde los oficiales fueron rodeados por marineros que se habían sublevado con ellos. Se trataba de un grupo numeroso; luego de la derrota, fue arrestado el 16% del personal de la marina. En ese momento estaban nerviosos y arrepentidos. El combate había sido feroz y habían caído numerosos soldados, marineros y civiles. Dominaba el miedo. Se reunieron los oficiales para tomar una decisión. Águila Pardo quería una rendición con honores, pero ocurrió que mientras el comandante hablaba algunos marineros los apuntaron. A Ontaneda lo desarmaron por la espalda y cuando Águila Pardo sacó una pistola, le dispararon y cayó muerto. Ontaneda recibió un balazo en el hombro, y el dolor le hizo perder el conocimiento. Al despertar estaba solo; todos habían huido, no había nadie más que él y el cadáver del jefe de la rebelión. </div><div class="content"><br />
Los victimarios se habían entregado a la armada; asustados por sus actos, querían rendirse ante los almirantes a toda costa, mataron para ello y se espantaron de su propia violencia. La traición aparece entre quienes son arrastrados a la lucha sin conocer su propósito final. Por ello, es tan frecuente este tipo de acusación en la historia nacional. Corresponde a un país donde sólo las elites participan en la esfera política, sea en el gobierno o en la oposición. De este modo, si los protagonistas no están íntimamente convencidos, el cambio de bando se vuelve una actitud muy habitual en toda gran crisis.<br />
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-7711785801380971152011-04-06T16:58:00.000-07:002011-04-06T16:58:01.795-07:00El plebiscito de Tacna y Arica<h1 class="titulo_noticia"><span style="font-size: small;">Fuente <a href="http://www.larepublica.pe/01-03-2011/el-plebiscito-de-tacna-y-arica">La República</a></span></h1><span class="submitted">Mié, <b>02/03/2011</b></span><input id="edit-destination-331720" name="destination" type="hidden" value="node/331720" /> <input class="form-submit fivestar-submit" id="edit-fivestar-submit-331720" name="op" style="display: none;" type="submit" value="Rate" /> <input id="edit-fivestar-form-node-331720" name="form_id" type="hidden" value="fivestar_form_node_331720" /> <div id="content_top"><form accept-charset="UTF-8" action="/01-03-2011/el-plebiscito-de-tacna-y-arica" class="fivestar-widget" id="fivestar-form-node-331720" method="post"><div> </div></form></div><div class="content"> <u>Por <b>Antonio Zapata</b></u><br />
<br />
El 4 de marzo de 1925 el presidente de los EEUU, Calvin Coolidge, que era el árbitro nombrado conjuntamente por Chile y Perú, emitió su fallo, ordenando llevar adelante el plebiscito sobre el destino de <b>Tacna</b> y <b>Arica</b>. Estas provincias habían quedado en manos de Chile por diez años, a raíz del <b>Tratado de Ancón</b>, que en 1883 selló la derrota nacional en la Guerra del Pacífico. El plebiscito se debía haber realizado hacía mucho, pero Chile lo había impedido. Mientras tanto, practicaba una política de “chilenización”, que significaba hostilidad contra las familias peruanas y subvenciones a las chilenas que se asentaran en el territorio.<br />
<br />
Por ello el Perú había alegado que, pasados 40 años, el plebiscito era impracticable y que Chile debía devolver ambas provincias. Así, el fallo de Coolidge fue considerado una derrota, pero el gobierno peruano no se amilanó. Decidió enviar una delegación a Arica y encarar el nuevo contexto. Los EEUU nombraron al general Pershing, uno de los vencedores de la I Guerra Mundial, como su representante para ejecutar el plebiscito. Una vez en el terreno, iba a constatar los abusos practicados por las autoridades chilenas; como consecuencia, su parecer se inclinaría hacia la postura del Perú.<br />
<br />
En marzo del año siguiente, la delegación peruana se instaló en Arica, para lo cual propició un desfile de la bandera, llevada sobre todo por las mujeres peruanas. La manifestación fue multitudinaria y recibió una fuerte hostilidad de la población chilena. Pero las plebiscitarias mujeres fueron la vanguardia y supieron defender el pabellón, entre ellas destacó la señora Cristina Vildoso.<br />
<br />
En esos días, Tacna y Arica fueron escenario de constantes batallas callejeras y además de golpes, llovieron piedras, barro, orines sobre los peruanos. En medio de ese clima, los delgados norteamericanos plantearon condiciones democráticas para elaborar un padrón de votantes y desarrollar el plebiscito. El Perú apoyó a Pershing y Chile se opuso. Por ello, poco después, el representante de los EEUU se retiró dándole la razón al Perú, en el sentido de que el plebiscito era impracticable por la actitud de Chile.<br />
<br />
Fue una victoria moral, pero carecía de correlato político. En efecto, Chile estaba en posesión del territorio y no daba muestras de ceder. Por su parte, los EEUU no se comprometieron con la decisión de su delegado y más bien empezaron a plantear la partición del territorio. Después de muchas vueltas, el presidente Augusto B. Leguía aceptó esa fórmula que se tradujo en el Tratado de Lima de 1929, por el cual Tacna volvió al Perú y cedimos Arica a perpetuidad. En un protocolo complementario se estableció la famosa cláusula por la cual Chile no puede cederle a Bolivia un territorio que haya sido de la Arica peruana sin nuestro consentimiento.<br />
¿Por qué aceptó Leguía? Jorge Basadre recuerda que básicamente pensó que nada teníamos y que el paso del tiempo llevaba a perderlo todo. Luego, porque carecíamos de fuerza para inclinar la situación.<br />
<br />
Combatíamos con el peso de los tratados y la resistencia del pueblo, pero las armas estaban del otro lado. En esas circunstancias, Leguía pensó en forma pragmática que mejor era ganar una parte que perder el conjunto. <br />
La historia peruana ha asumido este tratado como una solución razonable. Cabe la pregunta sobre Chile.<br />
<br />
¿Por qué aceptó devolver un territorio que había ganado por las armas? Su razonamiento fue simple, para conservar eternamente lo obtenido en la guerra tenía que devolver parte de lo arrebatado al Perú. Lo importante es que retrocedió de buen grado. De cara a La Haya, es falso sostener que nunca ha cedido y que irá a la guerra si le toca perder algo por decisión de ese Alto Tribunal. <br />
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-65075315819554226382010-12-29T16:59:00.000-08:002011-04-06T17:26:01.897-07:00JOSÉ AGUSTÍN DE LA PUENTE: Una vida dedicada al estudio de lo peruano<div class="contenttitle"><h2>28/12/10</h2></div><div class="contentitem"><div class="contentitem1">Fuente:<b><a href="http://blog.pucp.edu.pe/item/120413/jose-agustin-de-la-puente-una-vida-dedicada-al-estudio-de-lo-peruano"> La Biblioteca Marquense</a></b></div><div class="contentitem1"><br />
</div><div class="contentitem5"></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img alt="null" height="478" src="http://blog.pucp.edu.pe/media/3729/20101228-IMG_6783.jpg" title="null" width="640" /></div><br />
<div class="contentbody"><div style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"></div><b>Por: Marco Gamarra Galindo</b><br />
<br />
La Biblioteca Marquense entrevista al ilustre y reconocido historiador José Agustín de la Puente Candamo, uno de los personajes que más ha estudiado los temas de la Independencia y la formación de la identidad peruana. En esta conversación, el Dr. de la Puente comenta los orígenes de su tan apasionada afición por la historia peruana, su identificación con el proceso de mestizaje y sus paseos diarios por el Centro de Lima. Asimismo, explica cómo el estudio de lo cotidiano es una fuente valiosa para conocer cómo nació el Perú. Confía, además, en que los jóvenes fomentarán la creencia en el Perú. El Dr. De la Puente recibió la Orden del Sol del Perú este año, la más alta distinción otorgada por el estado peruano.<br />
<br />
<b>¿Cómo surge su pasión por la historia del Perú?</b><br />
Yo diría que nació en mi vida de familia. Mi abuelo José de la Puente fue historiador y mi padre conservaba en la casa sus papeles y sus libros. Me acuerdo el entusiasmo que yo viví cuando descubrí los libros de Paz Soldan y de Manuel Mendiburu que él había conservado. Ese contacto con el abuelo y los recuerdos que mi padre contaba en la casa, además de los relatos que mi madre también compartía, alimentaron mucho a mi vocación por la historia. <br />
<br />
Los libros que su familia conservaba en casa permitieron que José Agustín de la Puente se sienta involucrado con los pasajes más anecdóticos de nuestra historia.<br />
<br />
<b>¿El hecho de haber tenido un entorno familiar dedicado al servicio del país influyó también en su interés por conocer la historia de lo peruano? Por ejemplo, su padre fue alcalde de Magdalena Vieja y su abuelo Manuel Candamo Iriarte, presidente dos veces del Perú.</b><br />
Es verdad. El ambiente de familia fue muy fuerte en mi caso, y diria que allí nació mi cariño por la historia. A mi abuelo presidente no lo pude alcanzar. Pero sí recuerdo vivamente las historias que mi abuela nos contaba sobre los tiempos de la guerra con Chile, de lo temas políticos. Tenía muy buena memoria. Cuando fui al colegio, a La Recoleta, habian unos muy buenos profesores de historia que despertaron más entusiasmo en los alumnos por la historia misma. En la universidad ya confirmé mi devoción por la historia a través del contacto con profesores importantes que fueron para mí un apoyo y un ejemplo.<br />
<br />
<b>Sus paseos cotidianos por la Casa Hacienda Orbea, propiedad suya en Pueblo Libre, permitieron que usted estuviera en contacto cercano con lo cultural y lo histórico, desde muy temprano.</b><br />
Claro que sí. Un poco de lo que nuestro padre nos decía, el cariño a la casa como parte de la vida. Sin duda, tiene su importancia. Como usualmente incentivo en las clases: cada alumno debería fomentar el conocimiento de su propia familia y conocerse. Recuerdo el ejemplo de una chica que quería hacer su tesis y no sabía que era bisnieta de un personaje de la guerra con Chile, y yo le explique que seguramente tenía los papeles en su casa, y sí los tenia pero la chica no les daba importancia. Por eso el conocerse a uno mismo y a su familia es fundamental para la historia. Ahí observa cómo uno no está solo en la vida, cómo uno esta acompañado por otras persona, por recuerdos y por memorias.<br />
<br />
<div style="text-align: center;"><img alt="null" height="479" src="http://blog.pucp.edu.pe/media/3729/20101228-IMG_7869.jpg" title="null" width="640" /></div><blockquote><b><i><span class="Apple-style-span" style="color: #0b5394;">José Agustín de la Puente solía compartir reuniones de materia con personalidades como Jorge Basadre y José de la Riva Agüero, a quienes recuerda con gratitud y agradecimiento por las amplias conversaciones de historia que mantuvieron.</span></i></b></blockquote><b>¿Qué debemos apreciar de la historia?</b><br />
La idea de continuidad, de cómo las cosas no comienzan con uno ni uno las ha inventado, sino que uno es parte de una continuidad histórica. El cariño y respeto al libro, a la carta y a la fotografía antiguas, eso lo viví desde chico. Me acuerdo que mi padre repetía una tesis de Riva Aguero: "que los papeles se deben romper solos", y cómo la propia historia personal es importante, de cómo la historia no es solo, pues, de Bolívar ni de Napoleón sino también de los comunes. Somos fruto de la historia y al mismo tiempo hacemos historia.<br />
<br />
<b>¿Con qué suceso de la historia del Perú se identifica más, qué hecho lo embarga más de interés y curiosidad?</b><br />
La pregunta es terrible, es difícil. Hay muchos, de distintos estilos. A mí me apasiona el tema del mestizaje: el encuentro del español, del negro y del andino, de cómo nacimos a pesar de que nadie se pusiera a pensar en cómo ibamos a crear el Perú, de cómo surgimos de la vida cotidiana y de lo espontáneo. El país, pues, nació en esa relación de culturas. Por ejemplo, me resulta apasionante lo que mencionó Garcilaso: "Soy mestizo y lo digo a boca llena, me honro con ello". Él era hijo de una ñusta imperial y de un conquistador español y aún así, une ambas herencias. Yo creo que es uno de los momentos más interesantes de la historia del Perú porque es como la partida de nacimiento del país.<br />
<br />
Cómo olvidaremos, cuando a puertas del salón L214, algunos alumnos eramos testigos de su caminar lento pero imponente, paciente pero firme. Lucía un elegante saco y era propietario de una amable presencia. Junto a él, siempre un par de libros. Para nosotros la escena advertía el momento de ingresar y escoger, muchas veces intempestivamente, las carpetas mejor posicionadas.<br />
<br />
<b>Una fuente valiosa para entender y conocer cómo se hizo el Perú es el estudio de lo cotidiano. Usted respalda mucha esa idea, podría comentarlo con nuestros lectores?</b><br />
Claro que sí. Yo diría que se ha vivido mucho la historia de lo político, de lo militar, de lo ideológico y se ha olvidado la historia de lo corriente. Yo siempre pienso que ese ha sido el meollo del nacimiento del Perú. Uno puede poner una serie de ejemplos: el encuentro del trigo con el maiz, el encuentro de la llama con la mula, el encuentro de las frutas europeas como la uva o la naranja con la papaya o la palta. Comó ese encuentro de mundos distintos generó un tercer mundo. Evidentemente los españoles eran los que lo gobernaban pero en la vida cotidiana no mandaba nadie. Ahí apareció la influencia del mundo andino, español y negro, y nació una sociedad que no era ninguna de ellas, sino peruana. Yo creo que lo cotidiano explica bien el surgimiento del Perú.<br />
<br />
<b>¿El resultado de esta convivencia de personajes se refleja claramente, por tomar un ejemplo que hoy está en boca de todos, en el tema de nuestra gastronomía?</b><br />
Exactamente. Otro tema que está de moda es la cocina nacional que es un signo del Perú. ¿Por qué la cocina española o la andina no es la cocina peruana en sí? Es porque se ha creado una sociedada distinta, sin que eso signifique necesariamente que todo fuese perfecto, pero hay algo que es la originalidad. Lo que, por ejemplo, dijo Bolívar: "no somos europeos, no somos aborígenes, somos una especie nueva". Eso es muy lindo.<br />
<br />
<b>Dr. De la Puente, usted siempre ha tenido una vision positiva de lo significa ser peruano ¿es una opinión que deberiamos respaldar todos y por qué?</b><br />
Yo creo que sí. El tener certeza de que tenemos un país legítimo, una sociedad que no es fruto de una guerra o de la imposición de un hombre. El Perú es fruto de una historia de miles de años que nos ha creado como somos hoy día. Nuestro país es consecuencia de cosas buenas, y de cosas negativas también, pero que todas forman el pasado peruano. El tener conciencia de que el Perú es un pais materialmente pequeño en el mundo pero es un país legítimo, no una nación inventada, sino es obra de la historia.<br />
<br />
<div style="text-align: center;"><img alt="null" height="358" src="http://blog.pucp.edu.pe/media/3729/20101228-IMG_7867.jpg" title="null" width="640" /></div><blockquote><b><i><span class="Apple-style-span" style="color: #0b5394;">El doctor José Agustín de la Puente Candamo tiene el orgullo de ser el catedrático con más años de docencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Inició en 1947.</span></i></b></blockquote><b>Una de las etapas más difíciles que tuvo que afrontar el Perú fue la guerra con Chile. ¿Es cierto que el Perú, después del conflicto, pudo desaparecer?</b><br />
Está muy bien formulada la pregunta. Después de la guerra no teníamos Ejército, no teníamos Marina, no teníamos economía: el Estado estaba desecho. El país se levanta por la voluntad de las persona, voluntad que les decía que querian seguir siendo peruanos. El Perú pudo desaparecer, las naciones no son eternas, pero no desaparece por su fuerza espiritual en el alma de su gente. Basadre es una figura muy bonita que lo explica muy bien: un peruano, al amanecer, comenzaba a trabajar porque quería seguir siendo peruano. Yo creo que es el momento mas interesante en la historia de la República, un momento terrible pero de gran fuerza espiritual al mismo tiempo. Piense que en aquel tiempo no había un órgano internacional, nadie moderaba el espíritu del vencedor. El Perú no tenía ningun apoyo de afuera, más que de su soledad, y nos levantamos con el trabajo.<br />
<br />
<b>En cuanto a Lima, nuestra capital ha dejado de ser la de antaño. ¿Cómo ha visto usted ese cambio? Muchos acontecimientos inéditos han sucedido en Lima como la expansión demográfica de la ciudad, por ejemplo.</b><br />
Veo positvo el cambio de Lima. Hay mucha gente contemporánea que no está de acuerdo y piensa que el cambio ha sido malo. Yo creo que hay algo muy interesante: podemos tener dificultades por los servicios, por la congestión de gente, pero hoy día Lima es una miniatura del Perú. Como dije alguna vez en clase: hoy Lima no es la ciudad criolla que miraba más al mar que a la sierra. Hoy día Lima es un muestrario del Perú. Todas las provincias están representadas en la capital, todas la urbanizaciones nuevas son interesantísimas porque son obra de esas personas que llegaron aquí. Lima, a principios del XX, tenia 100,000 habitantes y vivia de sí misma. Hoy tiene 8 millones y se abastece de Cañete o del Mantaro. Hoy los peruanos nos conocemos más. Yo lo veo con optimismo.<br />
<br />
<b>¿Le parece que la Lima que conoció en su juventud ha perdido mucho de sus costumbres? ¿Qué le gustaría que regresara?</b> <br />
No Lima específicamente sino el mundo ha perdido mucho en la crisis de la conversación. Muchas veces por el horario corrido una familia no se encuentra en el almuerzo ni en la cena. La vida de familia ha sufrido mucho por las exigencias materiales de nuestro tiempo. En mi generación, la conversación después de almorzar o de comer era un ingrediente de nuestra vida y de nuestra educación. Ahora una conversación así ya no se da. Inclusive en las fiestas la música es tan fuerte que no hay posibilidad de conversar. Recuerdo con nostalgia la conversación, pues se aprendía mucho de ella, del escuchar a los mayores. Por ahí viene un recuerdo que quisiese vivir ahora.<br />
<br />
<b>¿En sus épocas de estudiante, qué lugares tradicionales de Lima solía concurrir?</b><br />
El restaurante más concurrido era "La Cabaña", ubicado en la Exposicion, por el zanjón. Era un sitio que se iba con frecuencia a reuniones. Recuerdo también el bar "El Romano", por Colmena. Estaba, además, un restaurante simpático, el "Raymondi", que cruzaba La Merced y que se especializaba en comida criolla.<br />
<br />
<b>El Centro de Lima era el punto de reunión por excelencia. Muchas frases como <i>'El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert, soy yo'</i> inmortalizaron los sitios más emblemáticos del Centro. ¿Recuerda, por ejemplo, la expresión <i>'vamos a jironear'?</i></b><br />
El Centro de Lima era de la plaza San Martín a la Plaza de Armas. Era un poco el nucleo, la columna vertebral de Lima. Una señora, por ejemplo, salía sin necesidad de comprar alguna cosa, iba 'a jironear', y pues se vestía elegante, con sombrero, como era costumbre de la época, con un vestido bien puesto porque era como un encontrarse con otra gente. Lima era una ciudad chica. Yo no vivía en el Centro pero el colegio estaba ahí, y sí, el Centro era el lugar de reunión de todos. El que vivía en San Isidro, Miraflores o Pueblo Libre iba al Centro para cualquier cosa, ahí estaba todo. En esa época ir al Centro era como una necesidad vital. Era grato ese ambiente. Hoy en dia hay, pues, muchos 'Centros'. <br />
<br />
<b>Por cierto, Dr. de la Puente, usted ha dedicado más de sesenta años a la docencia como profesor de historia, ya sea peruana o universal, en la PUCP. ¿Recuerda con cariño el primer dia?</b><br />
Sí, lo recuerdo. Yo comencé a enseñar en el 47. En esa época el curso era anual, de abril a noviembre, inclusive hasta diciembre. El Padre Vargas Ugarte había sido mi profesror y, a fin del año anterior, me comentó que había tomado la decisión de retirarse y me preguntó si quería reemplazarlo. Fue como una noticia terrible pero grata, al mismo tiempo. Al principio sentía una mezcla de ilusión y de temor. A mi me preocupaban dos temas: la disciplina y el hecho de cómo saber que la materia que a preparar iba a alcanzar para la hora de clase, inquietud de la cual el Padre se reía. Una gran mayoría de mis alumnos eran amigos míos, de edad muy parecida. Por ello mi miedo también era la disciplina: qué iban a pensar ahora que yo era el profesor. Yo recuerdo algo que me dijo el Padre Vargas Ugarte y que nunca olvido: mantenga la autoridad desde el primer día porque si la pierde no la va recuperar. Me acuerdé de ese consejo y me fue bien. Poco a poco le tome cariño al tema. Recuerdo la clase, fue en la tarde, de 4 a 5.<br />
<br />
<a href="http://draft.blogger.com/post-edit.g?blogID=7038751535690722370&postID=6507531581955422638" name="more"></a><b>¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las generaciones que están en proceso de formación, a aquellos jóvenes que están empezando a tener conciencia de que el futuro del Perú recae en ellos?</b><br />
El fortalecer el conocimiento de la historia y de nosotros mismos. Servir al pais a través de nuestro trabajo profesional o personal bien hecho. El mejor servicio de un hombre a su país es, pues, trabajar bien y servir a través de él. Que cada uno sea fiel a su vocacion y fomentar siempre la creencia en el pais. Educarse en el orden moral, religioso, social, economico. Todo el tema actual de la corrupción, por ejemplo, es un problema moral, no un error de leyes sino de la conducta de las personas. La persona bien formada, aunque tenga la ley le permita tal abuso, no abusa por su formación personal. <br />
<br />
<div style="text-align: center;"></div><br />
<br />
<b><br />
</b></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-35387537389841706352010-07-28T17:18:00.000-07:002011-04-06T17:26:50.300-07:00La independencia y los ideales democráticos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVqd8MaNVnmFgBHRM_ktTRyl7h_C6kEkG0V1DZ7ZLXjl7LYH5Gmlip0faVaibrkp4Dx9ho0EcdIeQuIWggnxMWRbu7Tjv-PTkKwBvJMR3ERvMEVZSyMhfVbyMditHKsbWirr2w2xv4x9jG/s1600/independencia-peru-jose+de+san+martin.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" bx="true" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVqd8MaNVnmFgBHRM_ktTRyl7h_C6kEkG0V1DZ7ZLXjl7LYH5Gmlip0faVaibrkp4Dx9ho0EcdIeQuIWggnxMWRbu7Tjv-PTkKwBvJMR3ERvMEVZSyMhfVbyMditHKsbWirr2w2xv4x9jG/s640/independencia-peru-jose+de+san+martin.JPG" width="640" /></a></div><b><a href="http://elcomercio.pe/impresa/notas/independencia-ideales-democraticos/20100728/614912">El Comercio</a></b><br />
Por: <b>Francisco Miró Quesada Rada</b> Director<br />
<b>Miércoles 28 de Julio del 2010</b><br />
<br />
El Perú y las ex colonias españolas iniciaron y concluyeron su independencia inspirados en las nuevas ideas gestadas sobre todo a partir de la Revolución Francesa, que, además de tener un origen vinculado a la realidad de esta nación, formó parte de un proceso mundial que se inició con la revolución inglesa y sobre todo con la independencia de Estados Unidos.<br />
<br />
Desde el punto de vista político significó la caída de la monarquía absoluta como consecuencia de las ideas liberales predominantes en aquella época. El poder omnímodo del monarca, fue reemplazado por el poder del pueblo, fue la instalación de la democracia en donde predomina la teoría de la división de los poderes, el Estado de derecho, las libertades ciudadanas y la voluntad popular. El poder es del pueblo que debe autogobernarse, es decir, darse libremente su gobierno a través de las elecciones. Fue una revolución, porque la clase que tenía el poder, la aristocracia, fue reemplazada por otra “nueva clase”, conocida como burguesía que asumió el control y modificó el orden establecido por el “ancien régime”.<br />
<br />
Los ideales democráticos fueron incorporados en las constituciones de las nuevas repúblicas latinoamericanas. De los norteamericanos se adoptó el presidencialismo y de los franceses las libertades civiles, así como los principios de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.<br />
<br />
La evolución y el funcionamiento de la democracia, el constitucionalismo y el Estado de derecho en América Latina tuvieron un desarrollo desigual. En aquellas sociedades en donde el poder colonial estuvo menos concentrado, se dieron condiciones favorables para el surgimiento y funcionamiento de la democracia como sucedió en Uruguay, Chile y Costa Rica. No estamos diciendo que estas tres naciones no tuvieron que pasar por el tradicional conflicto militarismo-civilismo, pero lo que sucede es que en ellas estos conflictos fueron mejor resueltos.<br />
<br />
La gran contradicción autoritarismo-democracia se produce ahí en donde el poder colonial estuvo más concentrado, en sociedades en donde, luego de la independencia, los criollos tomaron el poder y se convirtieron en una “nueva aristocracia”, ahí en donde los virreyes son reemplazados por los caudillos militares y luego civiles, como sucedió en el Perú, Brasil, México, Argentina y Colombia, precisamente las cinco nuevas naciones que fueron centros virreinales. Los pueblos de estas naciones no fueron protagonistas en la construcción de la nueva sociedad, fueron un instrumento al servicio de los poderosos, y quedaron excluidos y marginados.<br />
<br />
La herencia autoritaria del virreinato fue una tendencia muy marcada en el ser político latinoamericano, ahora expresada en forma de caudillismo. Pero la herencia colonial y el caudillismo no constituyeron los únicos obstáculos para el desarrollo y la consolidación de los ideales democráticos, también se debe considerar la formación de un Estado oligárquico, los sucesivos gobiernos militares, con mayor rigor el denominado “péndulo del poder”, una sucesión de gobiernos militares y civiles en permanente conflicto y el clientelismo, consecuencia del Estado oligárquico y del caudillismo.<br />
<br />
Estos factores impidieron la consolidación del liberalismo democrático asumido por una élite que cuestionó la sociedad oligárquica y el militarismo. Esta élite, criolla se opuso al “orden establecido”.<br />
<br />
Una respuesta a este orden fue el indigenismo como teoría de autoafirmación de las naciones y culturas indígenas, las más marginadas, así como los movimientos nacionalistas, populistas en sus dos versiones: la militar y la civil.<br />
<br />
Se han cumplido 200 años de la independencia de Argentina, Venezuela y México. En el 2021, se cumplirán 200 años de nuestra independencia.<br />
<br />
Si los pueblos de América Latina y del Perú deben continuar por la meta de la democracia, entonces tendremos que superar las taras heredadas del siglo XIX y de gran parte del siglo XX como son: el autoritarismo, el militarismo, el caudillismo, el elitismo, la dominación y la exclusión de las mayorías en el ejercicio del poder.<br />
<br />
De esta manera se podrán ampliar los ideales y los valores del liberalismo democrático que nacieron en Europa y los Estados Unidos, porque la independencia de una nación no depende solo de la ruptura del antiguo poder virreinal, sino de la construcción real y efectiva de los ideales democráticos. Algo hemos avanzado pero todavía tenemos un camino por recorrer para quedar en paz con quienes lucharon y murieron por nuestra independencia.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-43016880013271689492010-05-16T20:12:00.000-07:002011-04-06T17:28:30.976-07:00El Combate del 2 de Mayo según España<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTd0W5vLqqpTPF75XRy_HgC-TH9EEEjywq0eT1sCb33zaWBIBD2-ktbxixJDIEkLWpD6go2Ct1ELoIiGw5An2F-6c2g-jWkqHBp9g-MNIPqnvfr7OCV93U-g_ZxYhYEt2xebUFIcebQPzD/s1600/Combate+Dos+de+Mayo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="323" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTd0W5vLqqpTPF75XRy_HgC-TH9EEEjywq0eT1sCb33zaWBIBD2-ktbxixJDIEkLWpD6go2Ct1ELoIiGw5An2F-6c2g-jWkqHBp9g-MNIPqnvfr7OCV93U-g_ZxYhYEt2xebUFIcebQPzD/s640/Combate+Dos+de+Mayo.jpg" width="640" wt="true" /></a></div><b><span style="color: #0b5394; font-size: xx-small;">HISTORIA</span></b><br />
<br />
<b><a href="http://elcomercio.pe/impresa/notas/combate-mayo-segun-espana/20100516/479181"><span style="color: #3d85c6;">El Comercio</span></a></b><br />
Por: <b>Rosa Garibaldi*</b><br />
<b>Domingo 16 de Mayo del 2010</b><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiovT411H2cv8Acf7SW2gy65KKEcTTHPJMMUcLPtaSkR3oc7Xao-CBajhQYQMaEDuaNEW2WgqipvFw7dxS9tn8SD8iHZAZ1bK1AmJIEAzONkBCozOx7FIXMogMLWHSZueVZCJTnlYPdg6R/s1600/manuel+ignacio+prado.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiovT411H2cv8Acf7SW2gy65KKEcTTHPJMMUcLPtaSkR3oc7Xao-CBajhQYQMaEDuaNEW2WgqipvFw7dxS9tn8SD8iHZAZ1bK1AmJIEAzONkBCozOx7FIXMogMLWHSZueVZCJTnlYPdg6R/s320/manuel+ignacio+prado.jpg" width="213" wt="true" /></a></div>Mariano Ignacio Prado (Huánuco, 1826-París, 1901), jefe supremo del Perú y presidente provisional, ingresó triunfalmente a Lima el 13 de mayo de 1866. Lo hizo en medio de ovaciones por la victoria en el Combate del 2 de Mayo. El hecho fue consignado en la edición del 1 de junio del diario “The New York Times”, en Estados Unidos.<br />
<br />
<b>Celebración continental</b><br />
<br />
Los aliados del Perú celebraron la jornada del 2 de mayo como un gran triunfo. El canciller de Chile, Álvaro Covarrubias Ortúzar (Santiago, 1824-1899) transmitió al canciller Toribio Pacheco y Rivero (Arequipa, 1828-Lima, 1868) la gran alegría chilena por la victoria peruana en la guerra hispano-sudamericana.<br />
<br />
<b>La otra historia</b><br />
<br />
A una semana del éxito peruano, el 9 de mayo, el comandante en jefe de la escuadra española Casto Méndez Núñez (1824-1869) dirigió al decano del cuerpo diplomático en Lima una misiva vanagloriándose de haber castigado con sus fuerzas navales al Gobierno Peruano con el “bombardeo del Callao”, y agregaba que “si el gobierno de la república ejecuta o tolera tropelías contra los súbditos españoles en ella residentes, las fuerzas navales de Su Majestad Católica vendrán otra vez a esta agua para vengarlas”.<br />
<br />
<b>Resistencia a la derrota</b><br />
<br />
Estados Unidos recibió como propia la victoria peruana en el Callao. Así lo hizo saber Federico Barreda, ministro plenipotenciario del Perú en Washington D.C., al canciller Toribio Pacheco. Denunció, además, que los españoles presentaban como triunfo su derrota y anexó la Gaceta Oficial de “La Habana”, del 5 de junio que decía: “Habiendo la escuadra de Su Majestad Católica castigado el insulto hecho al pabellón español por las repúblicas de Chile y del Perú, que motivó el bombardeo de Valparaíso y el glorioso combate del Callao, ha sido retirada del Pacífico y el Gobierno Supremo ha concentrado las fuerzas en cierto lugar donde deberán encontrarse y en el que el almirante recibirá nuevas instrucciones”. <br />
<br />
<b>Campaña desinformativa</b><br />
<br />
Agentes españoles lograron que la agencia telegráfica y de correspondencia “Havas Bullier” hiciera publicar, el 12 de junio, un despacho de similar contenido en un número considerable de diarios europeos de gran circulación. El diario “La Patrie“ proclamó “que la escuadra española victoriosa cesó el fuego al grito de “Viva la Reina”. Francisco de Rivero, ministro plenipotenciario del Perú en Francia y Gran Bretaña, desmintió oficialmente tal información y publicó una enérgica rectificación en la prensa europea. <br />
<br />
<b>Aparentes críticas hispanas</b><br />
<br />
Pedro De Novo y Colson (1846-1931) fue un historiador, poeta y marino español, autor de “Historia de la Guerra de España en el Pacífico” (1882). Contemporáneo de los integrantes de la escuadra de su país, fue un agudo crítico de la actuación hispana en el Pacífico. Censuró que el almirante Pinzón, en agresión “injustificada y arbitraria”, se hubiera apoderado de las islas de Chincha, sin autorización de su gobierno, y calificó de “loco” al agente español Eusebio Salazar y Mazarredo. Sin embargo se pregunta: “¿Pero de quién fue la victoria?”<br />
<br />
De Novo y Colson destaca la valentía de la marina española, en condiciones inferiores de combate. Dice que la escuadra española —compuesta de naves de madera a excepción de la blindada Numancia—, no contaba con un solo cañón de gran calibre para enfrentar a los doce cañones Armstrong, “de monstruoso y extraordinario alcance”, del Perú, que podían atravesar una nave blindada con planchas de 19 centímetros (la nave blindada Numancia tenía planchas de apenas 13 centímetros). Y, sin embargo, las bajas de la escuadra española fueron, según él, una décima parte de las peruanas.<br />
<br />
<b>Las justificaciones</b><br />
<br />
Con excepción de la Numancia —sostiene ese autor— los españoles se batieron en pésimas condiciones: los muros de madera de las naves fueron traspasados por las balas sin dificultad. Las fuerzas del Perú quedaron reducidas a una décima parte de lo que fueron al comenzar el combate mientras las españolas continuaron con el mismo número de buques. Las fragatas españolas, después de cinco horas de fuego a cortísima distancia de los fuertes de tierra con sus poderosos cañones, pudieron darse a la vela ocho días después, todas unidas, para atravesar 3.000 leguas de océano. <br />
<br />
<b>Jactancia peruana</b><br />
<br />
Según De Novo y Colson, el retiro de la escuadra española antes de apagar totalmente los fuegos enemigos permitió que en el Perú se jactasen por la victoria porque habían hecho retirar maltrechos a los buques. El autor justifica que los españoles no repitieran el ataque para confirmar su victoria. <br />
<br />
Según él, había una gran razón: la escasez de municiones de la escuadra tras el combate. Pero, luego, él mismo se contradice y afirma que “aún cuando la escuadra hubiese dispuesto de suficientes municiones, un segundo combate habría revestido peligros tan grandes como el primero, agujereados sus cascos, hambrientas y desfallecidas sus tripulaciones, invadidas por el terrible escorbuto, sin víveres casi, sin pertrechos, disponíanse para atravesar 3.000 leguas de océano, navegación que por sí sola constituía una larga campaña”. Concluye que los peruanos no pudieron negar el valor desplegado por la escuadra española ni los españoles pudieron dejar de reconocer la bravura que mostraron los defensores del Callao. <br />
<br />
<b>Ridícula versión</b><br />
<br />
En carta al canciller Toribio Pacheco, Federico Barreda hizo hincapié en que la circular del comandante español Méndez Núñez, que trató de convertir la batalla del 2 de mayo en triunfo español, solo sirvió para provocar la burla. <br />
<br />
Para aumentar el ridículo de esa tragedia, la legación de España en Washington D.C. hizo publicar la noticia de que las naves de la escuadra española quedaron averiadas por una tormenta, “en un país donde todo el mundo sabe que no hay tempestades en las costas”.<br />
<br />
(*) Historiadora y diplomática peruanaUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-65708529483919629482010-01-19T09:23:00.000-08:002011-04-06T17:29:07.161-07:00HERACLIO BONILLA Y LA HISTORIA DE LA POLÉMICA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgJnV0jq-NszRAnT_w05uoSVuhusoKcjpm4vn3rJgnyqbd3DxL_eAhbXyeNymXNxhD8hpP_Ok9f5K6VTebBQ79m9R40sw9VU9qO-33pdaj_NPnm-pOhmQmSRM-qxhIvMq2zS_A89FvEPaz/s1600-h/heraclio+bonilla-a%C3%B1os+70s-1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ps="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgJnV0jq-NszRAnT_w05uoSVuhusoKcjpm4vn3rJgnyqbd3DxL_eAhbXyeNymXNxhD8hpP_Ok9f5K6VTebBQ79m9R40sw9VU9qO-33pdaj_NPnm-pOhmQmSRM-qxhIvMq2zS_A89FvEPaz/s640/heraclio+bonilla-a%C3%B1os+70s-1.JPG" /></a></div><br />
<b><span style="color: #0b5394;">BORRACHERA NACIONALISTA Y DIÁLOGO DE SORDOS</span></b>.<br />
<br />
<b><i><span style="color: #3d85c6;">“Los libros que el mundo llama inmorales son los libros que muestran al mundo su propia vergüenza”.</span></i></b><br />
<b>(Oscar Wilde).</b><br />
Éste es un ensayo de <b>Luis Daniel Morán Ramos</b><br />
<a href="mailto:aedo27@hotmail.com">aedo27@hotmail.com</a><br />
<b><span style="font-size: x-small;">Universidad Nacional Mayor de San Marcos</span></b><br />
<br />
<b>INTRODUCCIÓN</b><br />
El estudio del proceso de independencia de Hispanoamérica ha sido un tema recurrente en la historiografía. Para la década del setenta Pierre Chaunu afirmaba que en los últimos diez años, de los 50,000 títulos registrados, le están consagrados del 30 al 35%. Aquel interés sería el resultado de las celebraciones por los 150 aniversarios de dicho acontecimiento. En el caso peruano, 1971 significó la apertura, publicación y difusión en serie de trabajos, artículos y libros al respecto.<br />
<br />
Incluso, el gobierno de turno, nombró una comisión especial para recopilar y publicar una inmensa colección documental sobre la independencia. El resultado final fue más de cien volúmenes de documentos impresos. Asimismo, el régimen militar proclamó haber iniciado la segunda emancipación del Perú. Eran los tiempos de oro de los historiadores. La historia cumplía en esos momentos un papel crucial en la creación de imágenes y discursos entorno al ideal del patriotismo nacional y la revolución. <br />
<br />
El Estado utilizaba a la historia como un instrumento efectivo para legitimarse en el poder. Así, 1821 y 1971 fueron asociados rápidamente. El pasado servía al presente, lo inconcluso ahora era llevado a su realización final; la “liberación” definitiva del pueblo peruano. Es en esa coyuntura que aparece el libro editado por I.E.P. La independencia en el Perú.<br />
<br />
Su tesis principal – la independencia fue concedida más que obtenida – causaría revuelo en el ambiente intelectual del país. A partir de entonces surge la confrontación de dos maneras de comprender e interpretar la época de la independencia, “una suerte de combate: historia contra historia”.<br />
<br />
Precisamente, la investigación que desarrollamos a continuación tiene el objetivo de exponer y explicar ese conflicto. Para ello, analizaremos al historiador, su obra y el contexto histórico en el cual escribe. Es decir, a Heraclio Bonilla, su libro La independencia en el Perú, y los acontecimientos que suceden entre las décadas de los 50 y 70. Se hará explícito los factores externos e internos del surgimiento de la Nueva Historia en el Perú. Bonilla es ubicado dentro de aquella tendencia historiográfica que marca una ruptura con la vieja historia hasta ese instante elaborada. Luego realizamos una aproximación a 1971 y la celebración del Sesquicentenario de la Independencia Nacional. Como consecuencia de lo anterior, reconstruimos la historia de una polémica entre la Nueva Historia y la tradicional. Finalmente, presentamos las principales tesis y argumentos de ambas historiografías en pugna.<br />
<br />
<b>EL HISTORIADOR Y EL CONTEXTO HISTÓRICO EN QUE ESCRIBE</b><br />
Edward. H. Carr considera que antes de estudiar historia se debe conocer al historiador,<br />
incluso agrega, antes de examinar al historiador debemos indagar su ambiente histórico y social.<br />
<br />
Aquí subyace la idea capital de estudiar al historiador en el contexto en que escribe, pues, él es producto de la historia y de la sociedad en que se desenvuelve. Además, “la historia cambia, se reconstruye de acuerdo a las necesidades de cada generación, se adapta a las urgencias de una época”. Así, los historiadores interrogan a la historia para tratar de encontrar una respuesta a su problemática actual. La interpretación que hacen de ella termina reflejando los dramas y las crisis de su propia sociedad. Sin embargo, aquello no quiere decir que el historiador traslade al pasado los rasgos características del presente, ni mucho menos, que todas las conclusiones a que llegue tenga por ello un carácter subjetivo.<br />
<br />
Al afirmar que el historiador, al investigar el pasado, parte de las necesidades del presente, nos referimos a que “el presente no hace más que plantear un problema al historiador. La respuesta a ese problema la da el estudio del pasado ”. En ese sentido, es de vital importante situar al historiador a través de la historia, entender que en su formación intelectual y a lo largo de su vida académica y, tal vez, política, él es configurado y nutrido por diversas imágenes y concepciones existentes de la realidad que pertenecen a un tiempo y espacio determinado. Por lo tanto, su producción historiográfica se verá influenciada de aquel entorno del cual forma parte.<br />
<br />
Hechas estas aclaraciones de principio, y en base a la premisa de que el historiador es<br />
hombre de su propio tiempo, pasamos a analizar el caso de Heraclio Bonilla y el surgimiento de la Nueva Historia enmarcado en las transformaciones que se venían generando en la sociedad peruana y el ámbito internacional.<br />
<br />
En palabras de Paulo Drinot: “Los 70 fueron una década de revolución en la historiografía peruana. En esa década, un puñado de investigadores repensó, reescribió y hasta cierto punto, reformularon mucho de la historia del Perú”.<br />
<br />
Aquella revolución historiográfica recibiría el nombre de la Nueva Historia. El contexto histórico en que ella surge ha sido sintetizado de la siguiente manera: “Tanto los factores globales como los factores locales pueden ayudarnos a dar cuenta de la emergencia de la Nueva Historia. Globalmente, la Guerra de Argelia, la Guerra de Vietnam, y sobre todo, la Revolución Cubana, radicalizó a los jóvenes de alrededor del mundo, especialmente a los estudiantes universitarios [...] En el Perú, el crecimiento de la clase media, la expansión de la educación universitaria en la década de los 50 y 60, la corta duración de los movimientos guerrilleros de mediados de los 60, y las reformas introducidas por el gobierno de Velasco son sólo algunos de los factores que contribuyeron al surgimiento de una generación de investigadores con nuevas perspectivas y agendas. Los nuevos historiadores fueron representativos de una sociedad que estaba pasando por profundos cambios”.<br />
<br />
Heráclio Bonilla junto a Manuel Burga, Alberto Flores Galindo, Wilfredo Kapsoli y Nélson<br />
Manrique son los miembros principales de la Nueva Historia. Todos ellos tuvieron que verse afectados por la coyuntura enunciada líneas arriba. Así, ingresarán a la investigación histórica con el objetivo de contribuir a una profunda transformación social. Los temas eran elegidos en conformidad a su importancia revolucionaria, combinando lo académico con la activa militancia política.<br />
<br />
Aquí no pretendemos analizar a cada uno de los miembros de esta generación y sus respectivos temas de investigación. Sólo nos interesa ahondar en la figura de Heraclio <br />
Bonilla.<br />
<br />
El historiador de La independencia en el Perú era provinciano, provenía de una modesta familia de la ciudad de Jauja. Su padre fue trabajador de uno de los centros mineros norteamericanos asentados en la zona. Recordando esa etapa de su vida, Bonilla nos dice: “pasé casi toda mi infancia en un centro minero donde mi padre trabajaba [...] y allí nació el deseo de comprender este mundo, de hacerlo comprensible a los demás y de contribuir a cambiarlo”.<br />
<br />
Entonces, las motivaciones fueron desde un principio el fiel reflejo de su propia realidad social que experimentaba. Aquellas serían luego afianzadas en la década del 60 cuando ingresa a estudiar en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos. Allí se graduó de Bachiller en 1965, presentado un trabajo sobre Las comunidades campesinas tradicionales del valle de Chancay.<br />
<br />
Inmediatamente, viaja a Europa y es en Francia en donde obtiene el doctorado en Historia por la Universidad de París con su tesis Aspects de L’Histoire Economique et Sociale du Pérou au XIX é Siécle (2 volúmenes, 1970). Así, después de permanecer por siete años en el exterior regresa al Perú. Bonilla venía con todo un bagaje académico actualizado. Es evidente la influencia de los Annales y, fundamentalmente, las enseñanzas de Ruggiero Romano, Pierre Vilar y el contacto cercano de Fernand Braudel, Pierre Chaunu y Francois Chevalier. También debe destacarse el importante aporte no solo en Bonilla, sino además en toda la Nueva Historia del marxismo althusseriano, la historia social inglesa (E.P. Thompson), la teoría de la dependencia y el estructuralismo. Asimismo, en el ámbito nacional es innegable el apoyo recibido por los trabajos de José Carlos Mariátegui (marxista convicto y confeso), Jorge Basadre y Pablo Macera. Este último ya más ligado a la Escuela Francesa.<br />
<br />
La temática de las investigaciones de la generación de Bonilla iban en dos direcciones: los<br />
estudios de historia económica, influidos por la llamada teoría de la dependencia, y los estudios sobre movimientos sociales que perseguían encontrar otros protagonistas de la historia.A todo ello, debemos incluir los acontecimientos políticos y sociales que se venían produciendo en el país a partir de 1968. El “Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada” en el Perú marcó el inicio del fin del predominio político de la oligarquía. Los militares “forjaron un plan de gobierno (el Plan Inca) que se proponía implantar las reformas que los partidos reformistas como el Apra y Acción Popular habían prometido pero no cumplido; y todavía más: poner en marcha una tercera vía, ni capitalista ni comunista”.<br />
<br />
Así, se tenía la convicción de crear un nuevo modelo de sociedad nacionalista, humanista y<br />
democrática.<br />
<br />
La historia del régimen militar es conocida en cierta forma. Lo central, en este ensayo, es advertir la enorme influencia de todos esos cambios en la mentalidad y la praxis académica y política de los jóvenes universitarios de entonces. Un ambiente en donde hablar de revolución, cambios estructurales, luchas sociales, liberación nacional, independencia económica, participación popular, etc., era cosa de todos los días. Leamos un extracto del mensaje a la Nación de Velasco a un año del 03 de octubre del 68: “Estamos viviendo una revolución. Ya es tiempo de que todos lo comprendan. Toda revolución genuina, sustituye un sistema político, social y económico, por otro, cualitativamente diferente [...] Esta revolución se inició para sacar al Perú de su marasmo y de su atraso. Se hizo para modificar radicalmente el ordenamiento tradicional de nuestra sociedad”.<br />
<br />
Así, los nuevos historiadores y científicos sociales, inmersos en el contexto de una revolución general, considerarán a la Nueva Historia como un paso hacia la revolución y una revolución en sí misma. Tendrán plena conciencia de la necesidad y la importancia de la transformación de su realidad existente. No se podía ser un intelectual comprometido si no se era revolucionario y no se era revolucionario si no se participaba de la vida política del momento.<br />
<br />
La historia, en definitiva, adquiría un valor excepcional. Servía para legitimar el poder establecido o para acabar con él. El gobierno militar lo entendió perfectamente, y la utilizó de acuerdo a sus planes e intereses.<br />
Aquel es el contexto histórico en que el historiador Heraclio Bonilla escribe su ya célebre artículo <b><i>“La Independencia en el Perú: las palabras y los hechos”</i></b>. No obstante, como él mismo lo reconoce, existió un hecho que fue, por decirlo así, como el detonante o el explosivo final: la celebración de los 150 años de la independencia. Entonces, su publicación fue una respuesta a la borrachera nacionalista que ocasionó dicho acontecimiento nacional así como por la urgencia de una revisión crítica de la historia del Perú.<br />
<br />
<b>1971 Y LA CELEBRACIÓN DEL SESQUICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ</b><br />
Es evidente, que a lo largo de la historia, los peruanos estuvimos y estamos acostumbrados a las grandes celebraciones. No falta por allí un motivo cualquiera para desatar todo un acontecimiento. Recordemos, por ejemplo, la fastuosidad desplegada en los recibimientos a los virreyes, en donde toda la ciudad se vestía de gala y mostraba su prestigio y poder.<br />
<br />
Asimismo, las autoridades eclesiásticas, en los tiempos coloniales, y aún ahora, promovían las festividades religiosas. Éstas constituían una ocasión especial para exponer el espíritu cristiano y devoto de los fieles. Tanto los espectáculos, rituales, fiestas y diversiones podemos entenderlos, también, como un instrumento- que utiliza la clase en el poder – para evitar algún desborde popular y mantener un equilibrado control social. Aquellas medidas adoptadas no serán extrañas en la época republicana. La herencia colonial se mantendrá todavía. Los nuevos y distintos gobiernos comprenderán que, para permanecer y legitimar el orden que ellos construyen, deben organizar el tiempo pasado y conformar su imagen en función de sus intereses políticos e ideológicos, es decir, ordenar el pasado a los intereses del presente. Esta premisa, así muchos lo quieran ocultar, es real y existe.<br />
<br />
En 1971, el país se preparaba para celebrar los 150 aniversarios de la independencia nacional. El régimen militar de entonces auspició, elaboró e hizo realidad un gigantesco plan con ese fin. Al respecto, es reveladora la consulta de la prensa escrita del período. Si hacemos una revisión de los periódicos solamente en el mes de julio de aquel año, tendremos una idea clara y llegaremos a afirmar lo que Bonilla llamó la borrachera nacionalista del Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Encontraremos muchas informaciones, trabajos, artículos, ensayos, reportajes y entrevistas directamente referidas a dicho evento. El gobierno mismo publicó un boletín informativo en donde daba cuenta de los preparativos, concursos, decretos y leyes, inauguraciones, fechas claves, agradecimientos, etc. No obstante, la empresa más espectacular fue la edición de la Colección Documental sobre la independencia, en más de 100 volúmenes.<br />
Además, de la realización en el Perú del V Congreso Internacional de Historia de América. Allí, se reunieron los más “destacados” intelectuales para debatir la problemática independentista.<br />
<br />
El Estado, por lo tanto, supo sacar provecho de la euforia nacionalista que él principalmente impulsaba. Así, la historia, y lo que el régimen quería, se transmitía en los colegios, las conmemoraciones y días festivos plasmado en el calendario cívico, los filmes, la televisión y la prensa, la Numismática, los monumentos, el nombre de calles, parques, plazas y avenidas. Se intentaba por ese medio la creación de una conciencia colectiva en concordancia con los ideales nacionales. La historia terminaría convertida en un instrumento del poder político. Y los militares llegarían a difundir la idea de estar realizando la segunda y definitiva emancipación del país.<br />
<br />
<b>LA HISTORIA DE UNA POLÉMICA</b><br />
En respuesta a la borrachera nacionalista de 1971, el <b>Instituto de Estudios Peruanos</b> recopiló y editó un conjunto de ensayos destinados a dar una visión actualizada y crítica del proceso de la emancipación. Aquella publicación originó una polémica encendida, en donde el insulto y la sátira, menos la crítica bien razonada, reinaron a la orden del día. Las principales tesis del libro eran totalmente contrarias a lo que hasta ese momento venía difundiendo la historiografía tradicional. De ahí la confrontación que se produjo. Así, nace la historia de una polémica que termina en un diálogo de sordos, sin la profundización o el desarrollo de investigaciones que refuten o amplíen lo argumentado por Bonilla y Spalding.<br />
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En apreciación de Pablo Macera- quien escribe un comentario al texto antes que se inicie el conflicto, pero que se publica luego de él : “después de la reciente contaminación ambiental producida por el Sesquicentenario de la Independencia (1821-1971), debemos agradecer que Heraclio Bonilla traiga voces diferentes y perturbadoras para interrumpir esa celebración.” No obstante, Macera advierte como anticipando lo que sucedería: “no basta con señalar un error y destruir una imagen convencional [...]. Esa es una tarea previa pero no suficiente [...] Es necesario por eso dotar a la sociedad peruana de un conocimiento sustitutorio científicamente válido a cerca de la Independencia [...] [Sino] todo lo dicho carecería de importancia y sólo sería un pleito de intelectuales”. La última idea que señala Macera se cumpliría. El pleito de intelectuales empezaría y llegaría hasta la prensa escrita.<br />
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La tormenta histórica tiene como fecha inicial el 3 de mayo de 1972, a partir del artículo que aparece en la editorial del diario El Comercio, La Interpretación Marxista de los hechos históricos del Perú. Sin embargo, opiniones divergentes y en rechazo a los postulados del libro La independencia en el Perú, se venía dando desde el mes de su publicación en febrero de aquel año.<br />
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Volviendo al editorial que presentó El Comercio, debemos indicar la crítica que se hace a los marxistas por restarle méritos a los peruanos que lucharon por la emancipación de 1821. Para El Comercio era necesario no permitir “que prosperen y se difundan esas interpretaciones marxistas de nuestra historia”. Dos días después, en el mismo periódico, se produce la denuncia del Doctor Alberto Tauro del Pino contra el texto del IEP. Aquel historiador concluye que “la influencia que el libro mencionado está destinado a ejercer es absolutamente negativa.” Además, expresa que los ensayos allí contenido son estudios provenientes de “extranjeros que miran la historia latinoamericana (y por ende peruana) desde una afectada superioridad; y no sólo no la entienden, sino que la deforman”.<br />
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Por su parte, El diario La Prensa en su Suplemento Dominical del 7 de mayo pone más leña al fuego. Califica de revisionistas a los historiadores que escriben sobre la incapacidad revolucionaria de los peruanos en 1821. Asimismo, critica la carencia de sustento documental y el carácter abiertamente dogmático y tendencioso de sus afirmaciones ligeramente formuladas. Así, termina afirmado que “ por donde se le observe, la visión marxista de la historia peruana, como en general la de cualquier otro país, conduce a conclusiones aberrantes, arbitrarias, carentes de sustentación desde todo punto de vista [...] [y] por más que se esfuercen, no podrán evitar que partiendo de premisas ridículas sólo puedan arribar a conclusiones ridículas”.<br />
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Las reacciones no se harán esperar. Los periódicos Expreso y La Nueva Crónica, cada uno a su manera, denunciarán la campaña de típico corte macartista que había iniciado El Comercio y La Prensa, a consecuencia de la publicación del libro La independencia en el Perú. Para el diario Expreso la posición asumida por El Comercio es reaccionaria, porque quiere aferrarse al pasado y eternizarlo no permitiendo una revisión crítica y científica de la historia nacional. La Nueva Crónica, por su parte, penetra un poco más en los verdaderos intereses que tiene El Comercio: “Esta campaña inquisitorial y macartista [...] dista mucho de ser solamente una cuestión de historia. Estamos, en realidad, ante una torva maniobra política de la familia propietaria”.<br />
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El fin esencial era poner al gobierno en un disparadero de censurar e incluso reprimir el libro. Sin embargo, “El Gobierno no toma posición, ni tiene por qué hacerlo, en un debate que debe ser científico”. Así, se critica duramente dichas maniobras de la prensa reaccionaria y oligárquica. Un título de la editorial de La Nueva Crónica lo demuestra claramente: “La historia:¿propiedad oligárquica?” En síntesis, tanto el diario Expreso como La Nueva Crónica defienden la libertad de pensamiento y expresión. La necesidad de una revisión crítica de nuestra historia y censuran todo intento represivo.<br />
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Una aclaración antes de seguir. Si analizamos la confrontación entre la prensa escrita, nos daremos cuenta que se trata realmente de una oposición entre clases sociales. Las cuales utilizan a la prensa y a la historia para defender sus intereses. Así, es explícito que El Comercio y La Prensa sean asociados a la oligarquía contrarevolucionaria, mientras que El Expreso y La Nueva Crónica apoyando al gobierno militar. Entonces, ¿no sería sólo un pretexto bien aprovechado por ambos bandos la publicación y las tesis del libro cuestionado? Treinta años después de aquel hecho las opiniones parecen confirmar que así fue.<br />
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Continuemos con la polémica. El historiador Heraclio Bonilla el 13 de mayo ofreció dos entrevistas. En ellas reafirmó sus argumentos vertidos en su investigación sobre la independencia.<br />
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Asimismo, hizo un llamado urgente a los jóvenes historiadores para revisar y corregir la Historia del Perú. Porque era imprescindible, a través de aquella revisión, la “elaboración de una lúcida conciencia histórica al servicio de la liberación del hombre, sin duda, la destrucción de una nacionalidad oligárquica”. Y, ante los ataques de los sacerdotes de la memoria histórica tradicional, Bonilla termina con esta frase: “critiquen pero no insulten”.<br />
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Una tercera entrevista, realizada por Cesar Hildebrandt en la revista Caretas, permite a Bonilla ahondar en sus explicaciones en torno al tema. Sólo me queda destacar el juicio que emite el periodista y que se resume en el mismo título del diálogo: “La herejía de Bonilla. Entrevista al responsable de un saludable escándalo”.<br />
Posteriormente, el propio autor de La Independencia en el Perú, en dos artículos publicados en la revista Sociedad y Política, hace un balance de lo sucedido. En el último de ellos concluye así:<br />
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“Este breve artículo no tuvo otro propósito que el de aportar algunos elementos a la discusión sobre la situación de la historia en nuestro medio, el de señalar la profunda debilidad teórica de los supuestos de la Historia reaccionaria y el probar que la necesidad de una revisión crítica de la historia peruana, no es pues el resultado de la obra de malos consejeros o de espíritus escépticos, sino que se funda en exigencias de inobjetable valor científico”.<br />
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Finalmente, en 1974, en la introducción de Guano y Burguesía en el Perú, Bonilla expresa -en clara alusión a la crítica que le hiciera dos años antes la CNSIP sobre la carencia de sustento documental en sus argumentaciones – “Estos estudios [los que hace en Guano y Burguersía] están basados fundamentalmente en los archivos [...] puedo decir que toda afirmación está sustentada por un documento. Espero que esto contente a quienes todavía creen que el oficio de historiador sólo se limita a desempolvar viejos papeles y no a manejar ideas”. Recordemos, que los historiadores que elaboraron la Colección Documental de la Independencia del Perú, se jactaban de ofrecer un inmenso material para la consulta de aquel proceso histórico. Incluso, llegarían a decir que: “no se pretende entregar una interpretación peruana de la Independencia, sólo se persigue publicar con el mayor rigor técnico posible, con la mayor exactitud, sin ocultamientos, ni retaceos, los más expresivos testimonios de la vida peruana durante la Emancipación. Ese es el contenido de la Colección Documental”.<br />
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Nadie duda del enorme aporte que significó los más de 100 volúmenes de documentos impresos. Sin embargo, deben entender estos historiadores que nuestro trabajo no se reduce a dar a conocer solo fuentes, sino el ofrecer una interpretación y explicación histórica. Porque los documentos por sí solos no dicen nada, tenemos que saber interrogarlos. Allí radica nuestra labor esencial. Entonces, no es saludable que los llamados historiadores tradicionales solamente se contentasen con editar documentos, repetir viejas tesis, negándose así a darnos una visión nueva y distinta sobre la independencia. Aquella actitud podría hacernos pensar que para ellos la Historia del Perú en su plan general y la emancipación en particular, ya estaba elaborada en gran parte. Y que sólo quedaba completar o sustentarla mejor. Es así, que las investigaciones de Heraclio Bonilla y de otros científicos sociales que vendrán después (sobre distintos temas), pusieron en cuidados intensivos a la historia tradicional peruana. La revisión científica y crítica se abrió paso y una nueva imagen se empezó a construir desde esos momentos.<br />
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A continuación, presentamos los principales argumentos tanto de la historia tradicional y la Nueva Historia. No obstante, debemos señalar que hemos agregado algunos aportes historiográficos recientes en la problemática que nos ocupa.<br />
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<b>TESIS PRINCIPALES EN CONFLICTO</b> *<br />
Para la historiografía oficial la independencia es un proceso nacional, es el resultado de una toma de conciencia colectiva. Lo cual demostraría la unidad y uniformidad de la población peruana, es decir, el Perú mestizo como el protagonista principal de la lucha emancipadora. Es un proceso nacional, nos dicen los tradicionalistas, porque abarca un período de tiempo en donde se inicia –con la rebelión de Túpac Amaru en 1780-, desarrolla, consolida y consigue nuestra liberación de España, que se extiende a lo largo del virreynato peruano. <br />
<br />
Así, queda implícito que todas las regiones del Perú buscaron la ruptura con el régimen colonial. Además, la toma de conciencia colectiva lleva a entender que tanto los criollos, mestizos, indígenas, negros y demás castas, hicieron suya la idea común de lograr su independencia. Los grandes desequilibrios sociales dejaron de existir y todos unidos -en la sociedad mestiza- con una sola meta, obtuvieron el triunfo.<br />
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La historia no oficial va a refutar aquellas tesis. La independencia fue un proceso pero no nacional. Las diferentes regiones del virreynato no tenían los mismos intereses ni deseaban la separación definitiva. Igualmente, es erróneo hablar de una toma de conciencia colectiva por la mayoría de peruanos así como la formación de un Perú mestizo. Porque no existió una unidad en la sociedad colonial. Ésta fue “altamente estratificada y diferenciada y sus líneas de separación y de oposición fueron trazadas a partir de criterios económicos, raciales, culturales y legales”. Es una sociedad heterogénea con un gran abismo social, en donde no es apropiado sustentar la existencia de una sociedad mestiza. Aquí, podemos darnos cuenta, claramente, la manipulación del pasado a las exigencias del presente. Para la historia oficial no es nada bueno difundir el conocimiento de las grandes fisuras sociales. Lo útil es su ocultación y dar la imagen de una sociedad armónica y cohesionada, cuando en verdad no fue así.<br />
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Por otra parte, la historia tradicional se equivoca al afirmar que la emancipación se inicia con la sublevación de Túpac Amaru en 1780. “Esta rebelión, a pesar de lo que corrientemente se afirma, no tuvo vinculación directa con la independencia [....] se produjo cuatro décadas antes y fracasó”. Incluso, la rebelión en vez de causar una propagación del descontento popular y la búsqueda de libertades, ocasionó la consolidación del orden colonial. Debido a que el gobierno virreinal llevó a cabo una represión brutal contra todos aquellos que habían participado en la insurgencia. Los criollos, que en un primer momento apoyaron la lucha del cacique de Tungasuca, pronto le dieron la espalda al ver la peligrosidad que causaba la movilización indígena. <br />
<br />
El mencionado hecho histórico demuestra, según la historia no oficial, la incesante persistencia en encontrar causas netamente internas en el proceso independentista. El contexto internacional en que estuvo inmersa la corona española es tomado como simples influencias. Sin embargo, hay que recordarles a los tradicionalistas, que la independencia del Perú y Sudamérica fue posible gracias a la crisis del Estado metropolitano. La invasión francesa a la península en 1808, motivó que el imperio español estuviera más preocupado en lograr su propia liberación, que en dedicarse a resolver los problemas de sus colonias en América. Entonces, si preguntamos por el inicio de la emancipación, el año de 1808 sería el establecido.<br />
<br />
La interrogante fundamental que debemos hacernos, en nuestras indagaciones, es sobre el significado histórico de la independencia peruana. El 28 de julio de 1821 y los hechos que suceden hasta la capitulación de Ayacucho, marcan el nacimiento del Estado Peruano independiente, la separación definitiva de España. Es, también, “la esperanza en una vida más justa y mejor, en la afirmación de la libertad del hombre [...] es el principio de la conducción del Perú por cabezas y manos nacidas en esta tierra [...] y es igualmente el principio de una promesa”. Pero, en palabras de Basadre, “lo tremendo es que aquí esa promesa no ha sido cumplida del todo”. En consecuencia, de qué clase de independencia estamos hablando.<br />
<br />
Para la historiografía tradicional la emancipación no es solamente una independencia política sino “es el paso de una era que concluye a un mundo que se contempla y se espera mejor”. En síntesis, “es un tránsito, un cambio, una transformación” en todo ámbito, pero “dentro de una continuidad de la vida peruana”. Por eso afirman que, “la independencia asume, incorpora a sus nuevos ideales e ilusiones al hombre virreinal y a la sociedad creada en ese tiempo”.<br />
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Desde una perspectiva distinta, la historia no oficial sustenta la tesis de una ruptura política mas no económica ni social. En lo político, la metrópoli española dejó de tener injerencia en el Perú, los virreyes desaparecieron. El mando del Estado quedó a cargo de los ciudadanos peruanos.<br />
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No obstante, aclaremos, que fue un grupo reducido quienes se convirtieron en la clase social dominante. De ahí que la independencia se considere eminentemente criolla. En el aspecto económico, pasamos del dominio colonial español a la supremacía comercial inglesa; subordinados exclusivamente a la nueva potencia del mundo. Socialmente siguió existiendo una sociedad heterogénea con un gran abismo social. Aquello se demostró con la exclusión de los indígenas como seres inútiles e incapaces que no podían manejar los destinos del país- y el predominio de los criollos. Realidad que pone en evidencia las grandes desigualdades sociales presentes en la época.<br />
<br />
“La estructura social queda efectivamente intacta”, más aún, nos dice Basadre, la condición de las masas populares “empeoró durante la república”. Recordemos, por ejemplo, el mantenimiento de la esclavitud y el tributo indígena hasta 1854, año de su abolición; el tardío reconocimiento de la existencia legal de las comunidades indígenas en 1920; y la presencia popular en el sistema electoral en 1980, después de 159 años de lograda nuestra liberación. En suma, la independencia “no significó en manera alguno la quiebra del ordenamiento económico y social de carácter colonial que continuó vigente hasta el ocaso del siglo XIX”.<br />
Si profundizamos un poco más, tendríamos que preguntarnos ¿Quiénes consiguen la ruptura política con España? <br />
<br />
Para la historia no oficial, fue lograda “por la decidida y eficaz intervención de los ejércitos del sur (San Martín) y del norte (Bolívar)”. Se trataría de una independencia traída de fuera y no conseguida por los peruanos. Es decir, “una independencia concedida más que obtenida” (Heráclio Bonilla). En cambio, la historiografía tradicional está convencida que la emancipación “es un proceso que se manifiesta y madura lentamente”, resultado de una serie de conspiraciones y rebeliones nacidas en nuestro territorio que sólo para la victoria final necesitó el apoyo de regiones vecinas. Es una independencia peruana y no imposición de extraños.<br />
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Todo lo expresado, anteriormente, conduce a indagar el papel de los actores históricos – la clase social dominante y los sectores populares – en el período independentista. La historiografía no oficial es contundente al afirmar que la clase dominante no deseaba la separación definitiva de España, sólo buscaba reformas dentro del mismo sistema colonial. “La elite prefería la seguridad al cambio y no estaba preparada para poner en peligro su predominio social por amor a la independencia”. El impase político y militar entre 1821 y 1824, constituye una de las pruebas de que los peruanos no habían optado por ser independientes. Al final, “la elite peruana no luchó por la independencia. Se conformó y se acomodó” a las circunstancias del tiempo. Aquí apreciamos el carácter dubitativo de aquella clase social.<br />
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La historia oficial va a entender aquel suceso, en un primer momento, como algo natural debido al ambiente cambiante de la época. Posteriormente, esa incertidumbre, según los tradicionalistas, terminó y se pasó de una fidelidad inicial a la corona al inevitable reconocimiento de separación.<br />
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Ahora, ¿Cuál es el punto de vista de la historia tradicional sobre las clases populares? Al revisar los textos podemos advertir la mayor importancia que se le da a los próceres, ideólogos y personajes ligados a la vida política. El pueblo es nombrado pero no con el verdadero valor que merece. No obstante, los oficialistas creen en la decidida participación del hombre peruano en la lucha por su liberación. En forma contraria, la historia no oficial, declara que existió una limitada colaboración popular que estuvo presente en ambos bandos en conflicto. Tanto patriotas como realistas utilizaron diversos mecanismos (por la fuerza o el engaño) para conseguir su adhesión.<br />
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Aun así las grandes mayorías no acudieron en forma masiva, pues, no veían que mejoraría sus condiciones de vida. Era una independencia “hecho por –y para- las capas altas de la sociedad colonial”. De ahí ese “gran silencio de las masas populares del Perú”.<br />
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En opinión personal, discrepo con ambas historiografías que se van al extremo de decir que fue una acción de todos o ausencia casi total. El problema radica en el no conocimiento cabal de la naturaleza de su colaboración. Consecuencia de la falta de investigaciones exhaustivas e integrales.<br />
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Sin embargo, los últimos trabajos de Charles Walker, Sarah Chambers, Gustavo Montoya y Marie Demélas nos abren perspectivas diferentes al respecto.<br />
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Finalmente, de todo lo expuesto hasta aquí, podemos afirmar que el artículo que escribieron<br />
<b>Bonilla y Spalding en 1972</b>, a pesar de su carácter ensayístico y aproximativo, permitió a partir de entonces repensar de historia de la independencia peruana.<br />
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<b>CONCLUSIONES</b><br />
<span style="color: #0b5394;">Al revisar un libro de historia no basta solamente en comprender su contenido. Se hace</span><br />
<span style="color: #0b5394;">necesario conocer al autor. Mas importante aún, indagar y ubicar el contexto histórico en el</span><br />
<span style="color: #0b5394;">cual escribió la investigación. Así, la premisa de que el historiador es hombre de su propio</span><br />
<span style="color: #0b5394;">tiempo es fundamental. Porque explicaría sus motivaciones, intereses y tendencias así como</span><br />
<span style="color: #0b5394;">su propia producción historiográfica.</span><br />
<span style="color: #0b5394;"><br />
</span><br />
<span style="color: #0b5394;">En base a esta idea, situamos a Bonilla y a toda la Nueva Historia dentro de los</span><br />
<span style="color: #0b5394;">acontecimientos y transformaciones que venía ocurriendo en la sociedad peruana y en el</span><br />
<span style="color: #0b5394;">ámbito internacional, entre las décadas del 50 y 70.</span><br />
<span style="color: #0b5394;"><br />
</span><br />
<span style="color: #0b5394;">Los factores internos y externos nos permiten apreciar que durante ese lapso de tiempo, los nuevos historiadores y científicos sociales, inmersos en el contexto de una revolución</span><br />
<span style="color: #0b5394;">general, considerarán a la historia como un paso hacia la revolución y una revolución en sí</span><br />
<span style="color: #0b5394;">misma. El gobierno militar no estuvo desligado a dicho pensamiento.</span><br />
<span style="color: #0b5394;"><br />
</span><br />
<span style="color: #0b5394;">En el caso de Heraclio Bonilla, debemos agregar la tremenda propaganda política y</span><br />
<span style="color: #0b5394;">nacionalista desatada por la celebración del Sesquicentenario de la Independencia. Aquel</span><br />
<span style="color: #0b5394;">hecho impulsó, a Bonilla junto con Spalding, a publicar el libro que daría inicio a una</span><br />
<span style="color: #0b5394;">polémica que terminó convirtiéndose en un diálogo de sordos.</span><br />
<span style="color: #0b5394;"><br />
</span><br />
<span style="color: #0b5394;">Nace así la historia de una polémica en donde se insulto y la sátira, menos la crítica bien</span><br />
<span style="color: #0b5394;">razonada, reinaron a la orden del día. La historia tradicional versus la Nueva Historia.</span><br />
<span style="color: #0b5394;">Incluso, esta confrontación al llegar a los medios de comunicación, mostró la oposición</span><br />
<span style="color: #0b5394;">entre clases sociales enfrentadas. Existió, por lo tanto, una relación entre historia, prensa</span><br />
<span style="color: #0b5394;">escrita, poder político y opinión pública.</span><br />
<span style="color: #0b5394;"><br />
</span><br />
<span style="color: #0b5394;">En síntesis, la historia tradicional volvería a repetir viejas tesis: la independencia como</span><br />
<span style="color: #0b5394;">proceso nacional, resultado de la toma de conciencia colectiva de todos los peruanos.</span><br />
<span style="color: #0b5394;">Mientras que la Nueva Historia, a través de una revisión crítica, señalaría: la independencia</span><br />
<span style="color: #0b5394;">fue traída de fuera y no conseguida por los peruanos. Es decir, una independencia</span><br />
<span style="color: #0b5394;">concedida más que obtenida.</span><br />
<span style="color: #0b5394;"><br />
</span><br />
<span style="color: #0b5394;">Al fin y al cabo, lo esencial que dejó esta tormenta histórica fue haber abierto una</span><br />
<span style="color: #0b5394;">perspectiva distinta para repensar el proceso independentista en el Perú.</span><br />
<br />
<b>PERIÓDICOS Y REVISTAS</b><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! El Peruano, 1969,1971-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! El Comercio, 1971-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! La Prensa, 1971-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Expreso, 1971-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! La Crónica y La Nueva Crónica, 1971-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Correo, 19741-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Extra, 1971-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Caretas, 1971-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Gente, 1972.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Textual,1972.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Rikchay Perú. 1970-72.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Sociedad y Política, 1972.</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><b>! Boletín Informativo de la CNSIP, 1970-74.</b></span><br />
<br />
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<b><span style="font-size: x-small;">Mapfre-F.C.E.</span></b><br />
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<b><span style="font-size: x-small;">1978 Revolución y contrarrevolución en México y el Perú. Liberalismo, realeza y separatismo</span></b><br />
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<b><span style="font-size: x-small;">LAZO, García y Javier TORD</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1980 Economía y Sociedad en el Perú Colonial. Movimiento Social. Colección Historia del</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">Perú, Tomo V. Lima: Editorial Mejía Baca.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">13</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">LYNCH, John</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1976 Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826. España: Editorial Ariel.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1984 “Los caudillos de la independencia: enemigos y agentes del Estado-Nación”. En</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">Problemas de la Formación del Estado y de la Nación en Hispanoamérica. Intenationes.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">Bonn.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1991 “Los orígenes de la Independencia Hispanoamericana”. En Leslie Bethell (ed):</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">Historia de América Latina. Barcelona : Editorial Crítica. Vol. 5.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">MORÁN RAMOS, Luis Daniel</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">2004 a “La independencia peruana, una polémica permanente. Reflexiones acerca de la historia</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">y los historiadores”. En Praxis en la Historia. Revista del Taller de Estudios Histórico –</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">Filosóficos. Año I. N° 2. UNMSM.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">2004 b “Un periódico radical mas no revolucionario. El Satélite del Peruano, 1812”. En Praxis</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">en la Historia. Revista del Taller de Estudios Histórico – Filosóficos. Año II N° 3.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">UNMSM.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">MONTOYA, Gustavo</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">2002 La independencia del Perú y el fantasma de la revolución. Lima: IEP – IFEA.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">O’PHELAN, Scarlett (compiladora).</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">2001 La independencia del Perú. De los Borbónes a Bolívar. Lima: Instituto Riva Agüero –</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">PUCP.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">PETRAS, James</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">s/f “La metamorfosis de los intelectuales en América Latina”.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">PORRAS BARRENECHEA, Raúl</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1974 Los ideólogos de la Emancipación. Lima: Editorial Milla Batres.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">PORTOCARRERO, Gonzalo y Patricia OLIART</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1989 El Perú desde la escuela. Lima: Instituto de Apoyo Agrario.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">PUENTE CANDAMO, José A. De la</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1970 Notas sobre la causa de la independencia del Perú. Lima: Librería Studium.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1992 La independencia del Perú. Madrid: Mapffre.</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">WALKER, Charles</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1999 De Túpac Amaru a Gamarra. Cusco y la Formación del Perú Republicano, 1780-</span></b><br />
<b><span style="font-size: x-small;">1840. Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las </span></b>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-73868540414330245082010-01-19T07:20:00.000-08:002011-04-06T17:30:54.909-07:00La Independencia en el Perú- Libro de Heráclio Bonilla y el IEP<object data="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf" height="500" id="doc_987609246568594" name="doc_987609246568594" style="outline: medium none;" type="application/x-shockwave-flash" width="450"> <param name="movie" value="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf"><param name="wmode" value="opaque"><param name="bgcolor" value="#ffffff"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowScriptAccess" value="always"><param name="FlashVars" value="document_id=7266488&access_key=key-19extlfrmhp1oj2rsow&page=1&viewMode=slideshow"></object>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-85788922221869742712010-01-19T07:10:00.000-08:002011-04-06T17:32:32.598-07:00Heraclio Bonilla. La experiencia del Perú con las juntas y la naturaleza de la participación política de la población nativa<a href="http://www.scribd.com/doc/15988790/Heraclio-Bonilla-La-experiencia-del-Peru-con-las-juntas-y-la-naturaleza-de-la-participacion-politica-de-la-poblacion-nativa" style="display: block; font: 14px Helvetica,Arial,Sans-serif; margin: 12px auto 6px; text-decoration: underline;" title="View Heraclio Bonilla. La experiencia del Perú con las juntas y la naturaleza de la participación política de la población nativa on Scribd">Heraclio Bonilla. La experiencia del Perú con las juntas y la naturaleza de la participación política de la...</a> <object align="middle" classid="clsid:d27cdb6e-ae6d-11cf-96b8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=9,0,0,0" height="500" id="doc_680282762499584" name="doc_680282762499584" width="100%"> <param name="movie" value="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf?document_id=15988790&access_key=key-2fma3csq8dlijqspj0k9&page=1&version=1&viewMode=list"><param name="quality" value="high"><param name="play" value="true"><param name="loop" value="true"><param name="scale" value="showall"><param name="wmode" value="opaque"><param name="devicefont" value="false"><param name="bgcolor" value="#ffffff"><param name="menu" value="true"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowScriptAccess" value="always"><param name="salign" value=""><param name="mode" value="list"><embed src="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf?document_id=15988790&access_key=key-2fma3csq8dlijqspj0k9&page=1&version=1&viewMode=list" quality="high" pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer" play="true" loop="true" scale="showall" wmode="opaque" devicefont="false" bgcolor="#ffffff" name="doc_680282762499584_object" menu="true" allowfullscreen="true" allowscriptaccess="always" salign="" type="application/x-shockwave-flash" align="middle" mode="list" height="500" width="100%"></embed> </object>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-92148195806213290702010-01-18T19:05:00.000-08:002011-04-06T17:35:14.715-07:00¡GLORIA A LOS HÉROES DE SAN JUAN Y MIRAFLORES, 13/15 de enero, 1881...!<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim4kyYOEj2JWVGiAAKPemxT7F1_z2fluddi2bqV_JeWaCegx0D0o6zBEwg19i5feWcUYy6MUP9h7KpWs_pGpteOavq8c_uyKKnIUeR3V3y9KpWTbonhHLTVqx6r9KYEjHQ_IwCmujxHpSA/s1600-h/guerra+del+pacifico-batalla+de+san+juan+y+miraflores.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="475" ps="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim4kyYOEj2JWVGiAAKPemxT7F1_z2fluddi2bqV_JeWaCegx0D0o6zBEwg19i5feWcUYy6MUP9h7KpWs_pGpteOavq8c_uyKKnIUeR3V3y9KpWTbonhHLTVqx6r9KYEjHQ_IwCmujxHpSA/s640/guerra+del+pacifico-batalla+de+san+juan+y+miraflores.jpg" width="640" /></a></div><br />
<b>12 de enero de 2010 </b><br />
<span style="font-size: x-small;">AUTOR</span>: <b>Herbert Mujica Rojas</b> <br />
<b><span style="color: #0b5394;"><blockquote><b><span style="color: #0b5394;"><i>Aprendamos a esperar siempre sin esperanza; es el secreto del heroísmo.</i></span></b><br />
<b><span style="color: black; font-size: x-small;">Maurice Maeterlinck (1862-1949) Escritor belga.</span></b></blockquote></span></b>Es casi seguro que por esa majadería pusilánime de las cuerdas separadas, fábrica de mediocres acostumbrados a regalar lo ajeno y a sentirse foráneos en su propio país –Perú- el gobierno, la diplomacia, el Congreso, las instituciones regionales, distritales y sociales, harán casos omisos de las efemérides del 13 y 15 de enero próximos. <br />
<br />
En San Juan y Miraflores, en aquellas fechas en 1881, Lima combatió al invasor chileno en una guerra de rapiña cuyo resultado se supo desde el comienzo. La improvisación, el amiguismo, el latrocinio, el divorcio entre la capital centralista y el resto del país, amén de una cáfila de líderes profundamente venales, hizo el resto. La disimulada, por historiadores a granel, torpeza criminal de Nicolás de Piérola, su elefantiásico ego, su miopía insólita, hizo de la conducción del país, un lampo negro de siniestros contornos. Lima fue arrasada, acribillados sus hijos, invadidos sus predios, enajenado el gobierno. <br />
<br />
Las improvisaciones se pagaron muy caro y hasta 1879 hubo una historia patria y a partir de aquel año, otra. Se desnudó la precariedad infame y lo tenue del tejido social de entonces y a partir de aquellos trágicos sucesos, pandillas de historiadores dedicaron su tiempo a cubrir la traición de sus parientes, los entreguismos enfermizos y las peores taras asolaron al Perú hasta hoy, hechos de los que no hemos podido sacudirnos de manera integral, radical, profunda. <br />
<br />
Pareciera la historia repetirse en nuestros días. Diplomáticos cobardes, gobernantes siempre bebedores de la pócima de la cobardía infame, políticos orgullosos de su ignorancia, traficantes sociales que viven de la pobreza, declinan afrontar un tema que encuentra una posibilidad extraordinaria en el contencioso que tiene en La Haya Perú con Chile. <br />
<br />
Los mártires y héroes genuinos del pueblo, trabajadores, campesinos, rabonas, soldados desconocidos, casi nunca son recordados, en cambio se endiosan apellidos notables y se ejercita la contaduría de historias acordadas entre bambalinas pudientes y acérrimas aficionadas a saquear las intensas riquezas de que sigue gozando el país. Para los de abajo, como diría Mariano Azuela en su inolvidable novela sobre la Revolución Mexicana, este año en su centenario glorioso; para quienes hicieron de una patria chúcara que casi nunca los reconoce como suyos, el homenaje más intenso y más respetuoso por su sacrificio en San Juan, Chorrillos, Barranco y Miraflores, y en todo el Perú. <br />
<br />
Fue, la guerra de rapiña que Chile emprendió contra Perú en 1881 y hasta 1883-84, un suceso que aún no ha sido analizado genuinamente. Y tampoco, por cierto, superado. <br />
<br />
(Fdo.<b> Herbert Mujica</b>).<br />
<br />
<blockquote><b><span style="color: #0b5394; font-size: large;">HISTORIA, MADRE Y MAESTRA </span></b><br />
<b>ANEXOS</b> (Escrito por <b>Alberto Llanos</b>- periodista ayacuchano)<br />
<br />
El desastre acaecido en Lima debe analizarse en dos etapas: los preparativos en sí y el desenlace, al conformar cada episodio aspectos diferentes de un mismo drama e, igualmente, fue el suceso que contó con nuevos factores que no ocurrieron en los acontecimientos previos, como la movilización masiva de la población capitalina y su conjunción con elementos nativos provenientes del ande central. <br />
<br />
Debe destacarse que, en la campaña del sur, fueron movilizados casi exclusivamente ciudadanos de esos departamentos, combatiendo en Pisagua, Tarapacá, Moquegua, Tacna y Arica, soldados nativos de los departamentos comprometidos y de los vecinos como Arequipa, Puno y Cusco. Para la batalla de Lima, convergieron a la capital, sea en forma de batallones o para formar parte de estos, movilizables, muchos de ellos nativos procedentes de todo el Perú, lo cual se produjo por la confusión que Piérola hiciera en los ejércitos del Norte y el del Centro, dejando el segundo ejército del Sur en Arequipa, al cual le cambió de denominación dándole el nombre de la ciudad y dejándolo al mando del prefecto del Solar.<br />
<br />
<b>¡MUERA EL GUSANO DE PIÉROLA…!</b><br />
<br />
En la batalla de Lima, Piérola asumió el mando absoluto del ejército, ordenando y disponiendo por encima de los militares profesionales y las más de las veces, prescindiendo completamente de ellos y de los consejos que le dieran. Nadie llegó a precisar el grado de conocimientos sobre táctica o estrategia que poseia el dictador, si es que tuvo alguno. <br />
<br />
Debe destacarse también que, en Lima, por primera vez se utilizó armamento producido íntegramente en el país, en las factorías de Lima, especialmente cañones. En la campaña del sur, se usaron parte de los rifles Chassepot modificados en Lima para mejorar su sistema de tiro. <br />
<br />
Igualmente, surgieron iniciativas de paz que, de prosperar, hubieran llevado al fin de la contienda. Por último, surgió en el Perú una fuerza que se puso al servicio del invasor y fueron los chinos, que vieron la oportunidad de liberarse del vasallaje, casi esclavitud, a que estuvieron sometidos. <br />
<br />
<b>EL TODAVÍA BRUJO DE LOS ANDES</b><br />
<br />
En Miraflores el héroe de la jornada fue Andrés Avelino Cáceres, quien a cargo de un sector de la defensa, se multiplicó en sus esfuerzos, conteniendo uno tras otro los ataques enemigos mientras sus fuerzas se reducían por la creciente cantidad de muertos y heridos que sufría. <br />
<br />
Y sus esfuerzos que pudieron tener diferente final, no fueron alcanzados por carencia de refuerzos, que, a escasos kilómetros esperaban las órdenes de avanzar y que nunca llegaron. Era demasiado pedir a Cáceres lo imposible, pero estuvo a punto de lograrlo con su espíritu combativo, conocimientos y experiencias militares y, especialmente, su indomable patriotismo que lo impulsó a continuar luchando en defensa de la patria, en busca de un solo objetivo, que los adversarios desaparecieran del suelo nacional, que éste no fuera hollado por ningún enemigo, por eso, en medio de la derrota producida al final del día, se retiró del campo de batalla con una sola idea: proseguir la guerra contra el invasor en el lugar que fuere, pero continuar resistiendo. <br />
<br />
Sabría agenciarse recursos y el futuro lo encontraría defendiendo el honor nacional. Recogió el mensaje de Grau y Bolognesi. Sabiendo que sus sacrificios no fueron en vano, no podían serlo, ya que eso hubiera implicado la desaparición del país como organismo de características propias: una bandera y escudo y también fronteras sagradas que seguiría defendiendo. Los demás podían huir o incumplir su deber. El no, seguiría en la lucha. <br />
<br />
Los chilenos, siguiendo sus consignas y órdenes gubernamentales; en el pueblo de Miraflores, recién capturado, dieron rienda suelta a su venalidad criminal y espíritu de rapiña, frente a la alegre mirada de jefes y oficiales, incluido el ministro de guerra Sotomayor, sabiendo que, sin participar directamente, recibirían su parte del botín, para eso hicieron la guerra y la razón de capturar la capital donde suponían se encontraba el gran tesoro y, en espera de ese momento, prepararon sus bombas incendiarias y reconfortaron sus instintos depredadores y asesinos pensando en la orgía de sangre y fuego que desatarían sobre el infeliz Miraflores. <br />
<br />
<b>CHILENOS IMPÍOS E INCRÉDULOS</b><br />
<br />
Como el ejército chileno ya había recibido con unción, la bendición del Sumo Pontífice León XIII, deseándoles la victoria y suponemos absolviéndolos de todo pecado cometido o por cometer en suelo peruano, los capellanes del invasor, fueron los encargados de justipreciar libros, documentos e incunables, además de objetos de arte y cuadros que contenía la Biblioteca. Con la minuciosidad que caracteriza al que roba con calma y ventaja, visitaron y se hicieron mostrar lo mejor de las obras y dónde estaban ubicadas, expresando profundo interés de bibliómanos, aunque sus lecturas nunca pasaron de breviarios y misales. El director, doctor Manuel Odriozola, sin sospechar la mala fe de los eclesiásticos, mostró los tesoros y obras valiosas que las estanterías contenían y los sacerdotes con gran empeño anotaban la información y solicitaron les mostrara otras más, hasta que se agotó la valiosa muestra. Se despidieron y ofrecieron regresar al día siguiente. <br />
<br />
<b>LADRONES, RANDAS, CLEPTÓMANOS, CACOS…</b><br />
<br />
Durante la noche, tal como acostumbró efectuar sus rapacerías el ejército chileno, todas las valiosas obras que Odriozola mostrara a los beatíficos padres, fueron sustraídas y, el oficial chileno, frente a la queja, informó que efectivamente había visto sacar los libros pero como eran en tal volumen y cargados en carretas a la vista de todos, pensó que no se trataba de apropiación ilícita, además, las autoridades de ocupación, frente a la denuncia de la desaparición de los libros, expresaron "que persona alguna tenía derecho de examinar los actos de las autoridades chilenas".<br />
<br />
Días después de este primer robo a la Biblioteca, se presentó el carnicero de Arica, coronel Lagos, en compañía de una comitiva de chilenos vestidos de etiqueta, para que por lo menos se dijera que eran ladrones de guante blanco, y recorriendo las estanterías, comenzaron a recoger de ellas las obras que les interesaron y dispusieron llevárselas, frente al pedido de un recibo, Lagos contestó que más bien entregara las llaves del establecimiento porque mandaría recoger todo su contenido y efectivamente, recogieron por carretadas, más de cincuenta mil libros que componía el patrimonio bibliográfico, aparte de más de ochocientos manuscritos, que se les consideraba "verdaderas joyas" y otros documentos, todo lo cual, en su mayor parte, se encuentran en la Biblioteca Nacional de Santiago y en bibliotecas privadas, expresión de ese increíble latrocinio. <br />
<br />
Después de desmantelar la Universidad y Biblioteca Nacional, los invasores prosiguieron con el Archivo Nacional y siguieron con la Escuela de Artes y Oficios, de donde se llevaron toda la maquinaria de los talleres y los libros de ciencias. El célebre reloj de Ruiz. Luego, la entrada al saco que no se produjo después de Miraflores, se convirtió en robo descarado, cínico, pero ordenado y metódico, desmantelaron y se llevaron hasta las rejas de los edificios, en esa forma, fueron sustrayendo los archivos de los ministerios y el de Palacio de Gobierno, porque Piérola, en su huida, ni siquiera se le ocurrió que los documentos fueran retirados, al contener toda la documentación secreta de la diplomacia peruana y de situaciones internas de uso muy restringido. <br />
<br />
<b>…MUCHOS PERUANOS AYUDARON A ROBAR</b><br />
<br />
No sólo saquearon el íntegro de la maquinaria de los talleres de producción de municiones y la fábrica de pólvora, sino que igualmente transportaron a Valparaíso la imprenta del Estado, cargando con toda la maquinaria de impresión, tipos y demás elementos de impresión. Igualmente sustrajeron toda la imprenta del diario privado "La Patria". El papel que no pudieron llevar, lo remataron en las calles de la ciudad. <br />
<br />
De los ministerios y Palacio de Gobierno, no sólo extrajeron los documentos, sino que los vaciaron en cuanto a equipos, maquinarias y mobiliario y, algunas de esas piezas fueron a decorar las casas de algunos colaboradores.<br />
<br />
Se apropiaron del contenido del Palacio de la Exposición, comenzando por los objetos de arte. Trasladaron a Santiago una valiosa obra del pintor Merino sobre Colón exponiendo su proyecto del nuevo mundo, que había obtenido el gran premio de la exposición de Paris. Igual trato recibió la Sociedad Fundadores de la Independencia de la que se llevaron entre otros, hasta los retratos de San Martín y Bolívar. De parques, calles y paseos públicos de la ciudad sacaron las estatuas de ornato, figuras de animales y otros. De la Escuela Militar, no sólo hurtaron libros y mobiliario, sino que barrieron hasta con el menaje de cocina y servicio de comedor. En el jardín botánico, además de llevarse los equipos, hicieron lo propio con infinidad de plantas y destruyeron las que dejaron. <br />
<br />
<b>¿Y DÓNDE ESTABAN LOS PIÉROLAS Y LOS PRADO?</b><br />
<br />
También se apropiaron de las rentas municipales destinadas a la educación y, los ingresos aduaneros, fueron destinados en gran parte al sostenimiento del ejército de ocupación y, la diferencia, se remitió a los cofres del tesoro chileno en Santiago. Se hicieron dueños del cobro de aduanas desde el 22 de enero de 1881 y al 31 de diciembre de ese año, recaudaron algo de tres millones de pesos. En 1882 los ingresos subieron a más de cinco millones cien mil pesos. Según Lynch, lo que se llevaron de las aduanas fueron casi ocho millones de pesos. En ese análisis no están comprendidos los cupos que en forma continua aplicaron a ciudades y ciudadanos. <br />
<br />
Para mantener al ejército invasor, decomisaron el ganado donde lo encontraran, siendo diezmado sin contemplación, por eso, al producirse la desocupación, la riqueza ovina del país fue reducida a un 20%.<br />
<br />
La libertad de expresión quedó suprimida por completo, disponiendo Lynch por decreto del 27 de mayo de 1881, que los directores de diarios y revistas fueran chilenos y, con un nuevo decreto del 5 de junio de ese año, se prohibió la publicación de libros, periódicos, folletos, e incluso hojas sueltas sin permiso del cuartel general. Él 7 de setiembre se impuso severas penas a quienes contravinieran lo decretado y, por último, el 14 de diciembre se dispuso que nadie pudiera publicar "noticias del enemigo".<br />
<br />
Las fortalezas del Callao fueron desmanteladas y los cañones trasladados a Chile. La ciudad se cubrió de luto, suprimiéndose fiestas y festejos y la población procuró salir sólo lo imprescindible a las calles para no tropezar con la soldadesca de ocupación. <br />
<br />
La depredación continuó en provincias, donde no sólo eran los saqueos a las propiedades públicas o privadas, sino la destrucción sistemática de cultivos, además de fusilar o castigar cualquier forma de oposición o resistencia e, incluso sin ella, procedieron a la aplicación de castigos, ya abolidos desde los tiempos de la esclavitud, como la flagelación, que podía ser seguida o no del fusilamiento, en otros casos se aplicaron los castigos sin juicios ni tribunales, a simple capricho de la oficialidad y las más de las veces sobre simples supuestos. Castigos y depredaciones se incrementaron conforme la resistencia en los Andes se acentuó y cualquier sospecha de vínculo con ella, fue penada capitalmente. <br />
<br />
<b>EL FIN NO TENDRÁ FIN…</b><br />
<br />
Los restos de la marina de guerra, al verse liberados del tutelaje del Dictador y frente a la caída de Lima y Callao, lo cual les privó de una base de operaciones, decidieron hundir la flota antes que cayera en manos enemigas. Manuel Villavicencio como jefe, pese a encontrarse en la fortaleza de San Cristóbal, ordenó que el segundo jefe, procediera a cumplir las indicaciones y Arístides Aljovín, el 16 de enero, hizo destrozar la maquinaria e incendiar la "Unión" la cual se hundió al norte de la bahía del Callao. Años después se retiró el mástil de la nave que fue lo único que quedó por encima del agua y llevada a la escuela naval, donde sirve de símbolo a las futuras generaciones navales de una tradición, cual es, que la escuadra jamás se ha rendido, en conjunción, con la misma determinación que ha envuelto al ejército en su actuar. Junto con el hundimiento de "La Unión", se destruyeron otras naves como el "Atahualpa", y los transportes "Rímac", "Limeña", "Marañón", "Oroya" y el "Chalaco", así como lanchas o embarcaciones menores, todas fueron incendiadas y hundidas y no cayeron en manos enemigas, acto que despertó la cólera de los adversarios. Y seguirá…<br />
<br />
<b><span style="font-size: x-small;">Todos los derechos reservados © 2007 - 2009 - Julio Alberto Llanos Paredes</span></b></blockquote><b><span style="color: #990000; font-size: x-small;"><span style="color: black;">N R.-</span>El administrador del blog asume una aceptación crítica del fondo del tema tratado en este post, pero discrepa de aquellas palabras o frases subidas de tono que en nada ayudan al esclarecimiento de la história.</span></b>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-84187476796532529742009-12-19T18:37:00.000-08:002011-04-06T18:13:06.921-07:00Entre el complejo de Adán y el dolor de la amputación: imaginarios contemporáneos de la Guerra del Pacífico<b>Fuente <a href="http://blog.pucp.edu.pe/media/avatar/511.pdf">PUCP</a></b><br />
Por: <b>Daniel Parodi Revoredo</b>•<br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El proceso de globalización mundial y la relativa pérdida de vigencia del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Estado-nación obligan al historiador a preocuparse por analizar procesos y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">relaciones que exceden este marco. Así, la actualidad le señala la necesidad</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">de estudiar estructuras y relaciones que se han desarrollado y se desarrollan</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">en escenarios regionales de mayor envergadura.<b style="color: #073763;">1</b></span><br />
<br />
<div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>1. Reescribir la historia es posible: a propósito de la memoria y la</b></span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>posmodernidad</b></span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El pasado y el presente de Perú y Chile han establecido entre sí una conflictiva</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">relación, en la cual las memorias históricas de ambas partes recrean una</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">dialéctica que tiñe la realidad con imaginarios colectivos que dificultan un mejor</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">entendimiento. Parece entonces que ambos países actuasen contracorriente,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">mientras que el mundo global apuesta por la integración.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Es por ello que en el presente ensayo nos proponemos establecer qué tipo de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">relación entre pasado y presente confronta a Chile y el Perú, cuáles son sus</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">orígenes remotos, sus motivaciones presentes y de qué manera podría ésta</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">armonizarse para crear nuevos sitios de memoria y trasmitir imágenes positivas</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">del pasado, que coadyuven a fortalecer los lazos de amistad y la integración</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">entre ambos pueblos.</span></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La posmodernidad propone el fracaso del proyecto ilustrado, la crisis de los</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">grandes paradigmas, así como la crítica de los grandes relatos y de la Historia</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Universal Occidental.<b style="color: #073763;"> 2</b> Esta nueva visión del mundo plantea a la disciplina</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">histórica el reto de una renovación, la que debe considerar la fragmentación de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">los discursos, la multiplicación de puntos de vista y la revalorización de la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">memoria.<b style="color: #073763;">3</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Con respecto a esta última, Todorov nos recuerda que “(…) la neurosis es el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">apartamiento del ser conciente de algunos episodios del pasado (…) y que la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">curación pasa por recuperarlos para colocarlos en una posición periférica, a fin</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">de controlarlos y desactivarlos”.(Todorov 2000:24).<b style="color: #073763;">4</b> El mismo autor enfatiza en</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">la labor de selección que ejecuta la memoria, en donde unos recuerdos son</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">suprimidos y otros conservados.<b style="color: #073763;">5</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Del mismo modo que la memoria individual, la historia contribuye a fijar la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">reminiscencia de los pueblos y su proceder se asemeja al del sujeto, en tanto</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">que el historiador “(…) organiza, recorta, distribuye y ordena, distingue lo que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">es pertinente de lo que no lo es” (Beltrán 2002:32).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>2 Cfr. Beltrán 2001: 21-22</b></span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>3 Cfr. Birulés 2002:144 y Beltrán 2002: 27</b></span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>4 La cursiva es nuestra. Todas las demás cursivas que aparecen en el presente artículo también lo son.</b></span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>5 Todorov 2000:15-17</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En el contexto de los estados nacionales, cuya perdida de vigencia no suscribo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">por completo, la labor del historiador se encuadra en el marco de construcción</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ideológica de la nación; la historia que resulta de esta interacción no siempre</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">coincide con los discursos que se han fijado en la memoria popular, sino que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">responde, más bien, al proceso de institucionalización de dichos Estados.<b style="color: #073763;">6</b></span><br />
<span style="color: #073763; font-size: x-small;"><b> </b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #073763; font-size: x-small;"><b>6 Cfr. Hobsbawn y Ranger 2002:20</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">De lo anteriormente planteado se infiere que, así como se recuerda desde un</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">determinado presente, también la historia se escribe desde cierta actualidad,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">en función de los requerimientos de una realidad concreta o de una coyuntura</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">específica. Entonces: “¿Tiene el pasado un sentido distinto al de su</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">evocación?, ¿podemos reconstruir un pasado sin contaminarlo por su</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">interpretación?”.(Brauer 2002:35).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La respuesta a esta pregunta es negativa, el pasado será siempre el que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">nosotros construimos y al historiador le corresponde, más bien, preguntarse</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">desde cuál presente se ha escrito aquel pasado, desde qué realidad se ha</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">evocado el tiempo pretérito. Esta aparente desventaja es la que hoy señala el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">camino de la disciplina histórica y del historiador. Este último debe identificar</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">los “excesos de pasado”, así como a aquellos presentes remotos que nos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">agreden con sus discursos acerca de aquel, en muchos casos teñidos de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">sentimientos de revancha. Sobre este particular, Cruz sostiene que:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">“(…) el mejor servicio que el historiador de hoy le</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">puede rendir a su sociedad es permanecer en el presente</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">intentando encontrar en la actualidad los indicios de permanencia</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">de aquellos momentos pero, sobre todo, contribuyendo a que el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">presente pueda defenderse de la agresión del pasado, de la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">querencia de éste para invadirlo, para luego apropiárselo” (Cruz</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2002:29).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El pasado, pues, no es un hecho terminado, está en movimiento y es</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">susceptible de ser reinterpretado continuamente y adaptado a las nuevas</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">circunstancia, porque “(…) es la fuerza del presente la que ofrece el hálito de la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">esperanza y el coraje de la interpretación del pasado transmitido”. (Gabilondo y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Aranzueque (intro). En Ricoeur 1990:30).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La manera como nos imaginamos el pasado, nuestros imaginarios de lo que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">aconteció, tiñen la realidad con diferentes discursos que a veces nos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">conflictúan. Frente a esto, el historiador, lejos de establecer verdades, debe</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">seleccionar unos hechos sobre otros, con la específica finalidad de buscar el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">bien para la sociedad en la que se desenvuelve.<span style="color: #073763;">7</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">2. El Perú frente a Chile, imaginarios contemporáneos de la Guerra</span></b></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">del Pacífico</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Hasta aquí hemos discutido el rol que en el presente desempeñan la Historia,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">el historiador, la memoria y los imaginarios colectivos, pero no hemos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">mencionado a otro elemento fundamental: la política. Resulta que el pasado</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ocupa hoy una posición de privilegio en los debates públicos <b style="color: #073763;">8</b>, así como</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">también sustituye “(…) al futuro como lugar clave de referencia en el debate</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">político” (Birulés 2002:147).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">De este modo, la política tiene la capacidad de convertir a héroes en villanos y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">viceversa, de enterrar y desenterrar acontecimientos en tiempos en los cuales</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">el presente está salpicado de recuerdos, de memoria y de pasado. De este</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">modo, la política, con frecuencia más que la historia, se convierte en el nexo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">entre pasado y presente, los imaginarios colectivos responden muchas veces a</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">sus requerimientos, activándose a través del impulso mediático o</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">adormeciéndose cuando, de pronto, dejan de aparece en los titulares</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">matutinos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>7 Cfr. Todorov 2002:49</b></span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>8 Cfr Birulés 2002: 142</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En Perú y Chile, los imaginarios de la Guerra del Pacífico se confunden con los</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">problemas presentes, en algunos casos, los más, se desprenden de ellos, en</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">otros, los menos, los ocasionan.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">2.1.- Imaginarios Chilenos: “El complejo de Adán”</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Hobsbawn y Ranger nos dicen que:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">“(…)la tradición inventada implica un grupo de prácticas de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">naturaleza simbólica o ritual que buscan inculcar determinados</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">valores o normas de comportamiento por medio de su repetición, lo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">cual implica automáticamente continuidad con el pasado” (2002:8)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El nervio central de la memoria chilena de la Guerra del Pacífico es aquel que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">difunde la imagen de un país victorioso y que estructura su discurso</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">nacionalista en función de su superioridad frente al Perú y Bolivia, la que,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">económica y socialmente, fue obtenida tras su éxito militar en la mencionada</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">contienda.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">De cara al presente, esta postura se afirma a través de su posición diplomática</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">tradicional que, frente a la demanda marítima boliviana, sostiene que no hay</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">asuntos pendientes entre ambos países. Se añade además a esta postura, la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">afirmación de que la inestabilidad política en Bolivia, y las dificultades de su</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">sociedad, complican el avance de las negociaciones en torno a la mencionada</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">reivindicación. Además, desde los imaginarios chilenos también se vierte el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">discurso que sostiene que el reclamo peruano acerca de la frontera marítima</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">persigue la finalidad de obstruir la posibilidad de un arreglo chileno-boliviano</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">con el fin de dar salida al mar a este último país.<b style="color: #073763;">9</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>9 Cfr. Maldonado 2006:31</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Acerca del Perú, una tesis muy difundida es la del “revanchismo”, discutiendo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">estos imaginarios, Maldonado sostiene que en Chile se piensa que “(…)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">tradicionalmente las FF.AA. peruanas han procurado obtener el armamento</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">más moderno para (…) viabilizar su revanchismo” (2006:30) y realizar el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">supuesto objetivo de recuperar Arica. Esta tesis viene aparejada con la de “la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">disuasión”, que plantea la necesidad de multiplicar las adquisiciones bélicas</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">chilenas “(…) como seguro frente a las pretensiones revisionistas peruanas</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">(…)”. (2006:31).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sin embargo, es posible que la difícil convivencia entre la memoria y el olvido</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">sean los rasgos más distintivos de la recordación de la Guerra del Pacífico por</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">parte de amplios sectores de la sociedad chilena. Así, subyace subterráneo en</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Chile el discurso que sugiere el olvido colectivo del mencionado conflicto. De</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">este modo, se afirma que sólo la colectividad peruana lo recuerda y se</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">encuentra saturada de pasado, mientras que la sociedad chilena ha superado</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">el acontecimiento y vive mirando hacia el futuro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Esta postura nos lleva a otra compleja dicotomía: la del olvido frente al silencio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sobre este último, Michael Pollack sostiene que (…) “En ausencia de toda</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">posibilidad de hacerse comprender, el silencio sobre uno mismo -diferente del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">olvido- puede ser una condición necesaria para mantener la comunicación con</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">el entorno (…).”<b style="color: #073763;">10 </b>(1993:p.38)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">No pretendemos en estas líneas desentrañar los imbricados lazos de un</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">discurso, que como en toda colectividad, se entremezcla con muchos otros,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">pero no podemos descartar la presencia del silencio, tanto en la percepción</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">chilena acerca de la Guerra del Pacífico, así como en la construcción del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">discurso sobre este acontecimiento. Es así como se priorizan batallas y hechos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">victoriosos sobre aspectos más difíciles de procesar como la posesión forzada</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">del territorio peruano o los excesos cometidos por la soldadesca durante la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ocupación.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>10 Todos los fragmentos del artículo de Pollack citados, han sido traducidos por el autor de esta nota.</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">De este modo, la memoria, el olvido y el silencio parecen estar presentes en la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">construcción del discurso chileno acerca del conflicto que es materia de este</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">estudio, lo que enriquece las posibilidades de su estudio y plantea el reto de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">profundizarlo en futuras investigaciones.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">2.2.- Imaginarios peruanos: “El dolor de la amputación”</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">“Dicen los que lo han sufrido, que el peor de los dolores, el dolor más</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">insoportable es el dolor fantasma, el que deja como único rastro de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">su existencia aquel miembro desgajado del resto del cuerpo que lo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">abandonó para siempre” (Cruz 2002:31).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La memoria peruana de la Guerra del Pacífico parece no haber asimilado aún</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">la realidad de la pérdida de la provincia de Tarapacá hace 126 años. El</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">recuerdo de ese trance nos remite a la tesis de Todorov acerca de la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">recuperación literal, que es aquella en donde establezco “(…) una directa</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">contigüidad (…) entre mi pasado y presente (…) y extiendo las consecuencias</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">del trauma a todos los instantes de mi existencia”. (2000:30-31).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Visto de ese modo, la nación peruana parece saturada de pasado, el que se</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">confunde constantemente con el presente y le impide distinguir a la realidad de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">la evocación. Es así que el “deja vu” invade el ser nacional obnubilando la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">reflexión, como si se confundiese “(…) nuestro recuerdo y viejas metas, con su</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">posibilidad real”.(Cruz 2002:31)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En términos más concretos, el discurso peruano principia con la mención al</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">geoestratega chileno Diego Portales y sus planteamientos acerca de la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">necesidad de una expansión de Chile hacia el sur y de su liderazgo en el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Pacífico Sudamericano. Este pensamiento, real durante el siglo XIX, se cree</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">vigente hasta la actualidad y fomenta la desconfianza peruana.<b style="color: #073763;">11</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>11 Cfr. Maldonado:2006: 33</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Se deriva de esta premisa general, la amenaza de una agresión chilena,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">sustentada en planteamientos geoestratégicos vinculados al control de los</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">recursos naturales con los que cuenta el Perú y que son escasos en Chile.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
<span style="font-size: small;">“En ese sentido, el Perú aparece como posible abastecedor de gas</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">natural para la industria y el consumo domiciliario de combustible,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">electricidad y agua para el desierto de Atacama (el lago Titicaca)”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">(Maldonado 2006: 33)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Otro imaginario, muy difundido en el Perú, es el que sostiene que desde</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">siempre Chile ha sido un país que obtiene ventajas indebidas de una serie de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">productos y recursos tradicionales peruanos. Así, el origen del Pisco y la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">chirimoya, así como el registro chileno de cierta variedad de papa y la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">comercialización de un tradicional postre limeño refuerzan la percepción</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">peruana acerca del vecino como la de un país voraz, del que no se puede</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">confiar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En suma, el caso peruano no es solo el del exceso de pasado, sino también de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">memoria y de recuerdos, los que se retroalimentan con controversias del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">presente, las que algunos casos carecen de sustento real. Sobre este</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">particular, Cruz crítica la saturación de memoria que supone (…) que todo se</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">represente una y otra vez, que en cierto sentido nada desaparezca por</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">completo (…). (2002: p. 20)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Es así que vastos sectores de la colectividad peruana parecen avocados a</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">repetir una y otra vez cada batalla, a sufrir una y otra vez las pérdidas</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">territoriales y a reivindicar, una y otra vez, un resarcimiento. El tiempo peruano</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">que vincula la Guerra del Pacífico con la actualidad, parece inmerso en un</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">espiral eterno donde el paso a una diacronía lineal no es posible.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La situación, entonces, nos remite a las heridas del pasado que duelen siempre</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">y cuya cicatrización parece depender de otros elementos como el perdón, lo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">que requiere, entre otras medidas, desarrollar un vínculo más cordial con y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">desde el Estado y la colectividad a los que se perciben como autores del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">agravio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">3. Una política de la reconciliación exitosa: el ejemplo</span></b></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">francoaleman</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El Perú y Chile no son los únicos países del orbe que en algún momento de su</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">desarrollo independiente se han enfrentado militarmente. Muchos otros</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Estados han escrito en su pasado páginas sangrientas que pudieron ser – y en</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">algunos casos lo fueron – más devastadoras que la Guerra del Pacífico.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Un caso particularmente interesante es el de Francia y Alemania. Alrededor de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">setenta millones de muertos es el saldo de las dos guerras mundiales del siglo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">XX, las que tuvieron entre sus principales contrincantes a franceses y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">alemanes. Para los nacionales de ambos países basta con tener setenta años</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">para ser sobreviviente del último de estos conflictos y haber sido conciente del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">mismo. En otras palabras, existe aún en ambos países toda una generación de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ciudadanos que ha vivido y recuerda la Segunda Guerra Mundial, con la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">consiguiente edificación de memorias e imaginarios colectivos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sin embargo, menos de dos décadas después de concluida dicha</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">conflagración comprendieron las autoridades francesas y las de la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">desaparecida Alemania Federal que era necesario un acercamiento</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">entre sus estados, sus gobiernos y sus pueblos. Fue así que en 1963</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">se firmó el Tratado del Eliseo que “(…) permitió hacer realidad su</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">histórica reconciliación (…) ”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #0b5394; text-align: justify;"><i><span style="font-size: small;">http://www.francia.org.mx/Embajada/cancilleria/mae/tratado_eliseo-</span></i></div><div style="color: #0b5394; text-align: justify;"><i><span style="font-size: small;">130103.html</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Las consecuencias del acuerdo fueron múltiples: en primer lugar, se creó una</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">serie de instituciones para vincular ambos países y a sus pobladores. Entre</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ellas se destacan el Alto Consejo Cultural Francoalemán, la Universidad</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Francoalemana y la oficina Francoalemana para la juventud, la que en los</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">últimos 40 años ha permitido el intercambio entre siete millones de jóvenes de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ambas nacionalidades.<b style="color: #073763;">12</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>12 <i>http://www.francia.org.mx/Embajada/cancilleria/mae/tratado_eliseo-130103.html</i></b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">De igual forma, tras el fin de la Guerra Fría se creó el Centro Marc Block, con</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">sede en Berlín. El nombre que lleva esta institución es sintomático, Marc Block</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">fue un destacado historiador francés de origen judío, ejecutado por los nazis en</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">1944.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El impacto del mencionado tratado y sus positivas consecuencias son enormes,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">tan es así que actualmente su fecha de suscripción, por si misma, se ha</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">tornado en un sitio de memoria. La conmemoración anual de este evento lo ha</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">convertido en un potente vehículo para la difusión de nuevos discursos que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">vinculan a franceses y alemanes, lo que supone, por añadidura, la celebración</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">de su amistad. La percepción que del otro tiene cada una de las colectividades</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">a las que hacemos referencia se ha modificado tanto, que ya desde la década</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">de los años ochenta sus principales autoridades conmemoran juntas las</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">batallas más sangrientas de las guerras que en el pasado las enfrentaron.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Así, en 1984, Francois Mitterrand y Helmut Kohl se estrecharon las manos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ante las tumbas de Verdún, donde tuvo lugar uno de los enfrentamientos más</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">largos y penosos en la historia de la humanidad. Del mismo modo, en el año</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2004, Gerhard Schroder participó de las celebraciones del 60 aniversario del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">desembarco Aliado de Normandía.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Todas estas conmemoraciones se han constituido en sitios de memoria: se</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">celebraron para recordar acontecimientos del pasado, pero serán recordadas</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">por si mismas, debido al alto contenido simbólico de su realización.</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Finalmente, una “Historia en Común” es ya la cotidianidad para los estudiantes</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">de las escuelas secundarias francoalemanas. Desde marzo de 2006, un sólo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">texto escolar acerca a estos adolescentes a la historia de su país y la del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">vecino. No se trata de una historia oficial que fusiona maniqueamente las de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">cada parte. Más bien, los futuros ciudadanos francoalemanes se están</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">formando en el conocimiento del pasado y la cultura del otro, enfatizando</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">similitudes pero también respetando diferencias. En dicho texto, muchos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">capítulos narran dos versiones del mismo acontecimiento y existen también</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">pasajes históricos que sólo narran acontecimientos de la historia de una de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ambas naciones, para así ser conocida por la otra. <b style="color: #073763;">13</b></span><br />
<br />
<div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>13 Cfr. http://www.diplomatie.gouv.fr/label_France/60/es/21.html</b></span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sobre este particular, sostuvo el ex ministro francés de educación, Francois</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Fillon que:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">“Hemos conocido siglos en los que la historiografía alimentaba el rencor</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">entre nosotros. Hoy queremos aprovechar la oportunidad de convertirla</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">en el pilar de nuestra unión”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #0b5394; text-align: justify;"><i><span style="font-size: small;">(http://www.diplomatie.gouv.fr/label_France/60/es/21.html)</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La implementación de políticas como las que acabamos de describir nos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">remiten al debate en torno a la dicotomía existente entre memoria oficial y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">memoria subterránea. Sobre este particular, Michael Pollack sostiene que:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">“(…)Todo trabajo orientado a homogenizar la memoria de un grupo tiene</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">límites, no puede construirse arbitrariamente. Debe satisfacer ciertos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">requisitos de justificación. Es muy poco probable construir una memoria</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">exnihilo, su imposición es casi imposible”. (1993 p. 35).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sostiene también Pollack que los colectivos a los que se dirigen estos nuevos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">discursos difícilmente serán asimilados por aquellos, si no son de algún modo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">afines con sus intereses y expectativas, tampoco lo serán si no se renuevan y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">adaptan a las circunstancias venideras.<b style="color: #073763;">14</b></span><br />
<br />
<span style="color: #073763; font-size: x-small;"><b>14 Cfr. Pollack 1993: 35</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sobre este particular, creemos que la claridad de los objetivos estatales puede</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">ser la mejor clave para que políticas de este tipo alcancen el éxito, en la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">medida en que sean compatibles con las aspiraciones de los colectivos a las</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">que se dirigen.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Para el caso francoaleman, es probable que la meta principal de ambos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">estados –la reconciliación, la pacífica convivencia, y la integración política y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">económica- haya sido percibida como necesaria por los diferentes colectivos</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">que se desenvuelven en el seno de sus respectivas sociedades. Así las cosas,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">con mayor o menor resistencia en el tiempo, éstos lograron identificarse con</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">aquellos discursos y asumirlos como propios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">Política del perdón alemana</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Tras el fin de la Guerra Fría y la difusión de múltiples historias que reafirman la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">identidad de las minorías, los alemanes han desarrollado una política del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">perdón con la finalidad de acercarse a aquellas colectividades contra las cuales</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">se cometieron excesos durante la Segunda Guerra Mundial o en otros</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">contextos históricos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En 1997, como parte de la conmemoración del sesenta aniversario del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">bombardeo a Guernica, Alemania pidió públicas disculpas al pueblo vasco, por</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">la agresión que tuvo lugar en 1937, durante la Guerra Civil española.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Asimismo, en el año 2000, el entonces Presidente Federal alemán Johannes</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Rau visitó Kalavitra, localidad griega que durante la segunda Guerra Mundial</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">sufriera la ejecución de 1300 de sus habitantes “(…) lo que constituyó una</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">señal pública y oficial de que Alemania pidió perdón por lo sucedido”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #0b5394; text-align: justify;"><i><span style="font-size: small;">http://www.holocaust-education.de/?site=pp_import_de_0000055&lp=es</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Ese año, el mismo mandatario tomó la palabra ante la Knesset, Parlamento</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">israelí, y pidió disculpas por los crímenes de Guerra cometidos por el régimen</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">nazi.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En síntesis, el desarrollo de una política del perdón ha favorecido el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">acercamiento entre el Estado y pueblo alemanes con aquellos colectivos que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">fueron víctimas de excesos durante la Segunda Guerra Mundial. Además de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">favorecer el acercamiento entre las partes; estos eventos simbólicos también</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">se han convertido en sitios de memoria, cada uno de ellos expresa un acto de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">reconciliación y como tal es recordado y conmemorado cada año; sientan pues</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">un hito en el camino para mejorara las relaciones entre colectividades</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">distanciadas por acontecimientos de su pasado común.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Estas políticas y gestos oficiales, sin constituirse por si mismos en la cura para</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">antiguas heridas abiertas en diferentes colectividades, constituyen un punto de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">partida imprescindible cuando se trata de revertir el exceso de pasado que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">suele presentarse en aquellas sociedades que han experimentado el trauma</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">de una ocupación y/o una agresión de carácter militar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Lo que se logra con ellas es generar discursos nuevos acerca del otro, los que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">discurrirán en los mismos espacios en donde ya se encuentran instalados los</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">antiguos. Su eficacia para introducir otros recuerdos en la colectividad</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">dependerá de cuán compatibles resulten con las reales expectativas de los</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">colectivos a las que se dirijan, así como de su continuidad en el tiempo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Asimismo, deben corresponder a las necesidades específicas de dichas</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">poblaciones y ser capaces de integrarse con los discursos espontáneos y</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">subterráneos que se originan en ellas.<b style="color: #073763;">15</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>15 (Cfr. Pollack 1993: 35)</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">A manera de conclusión</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">¿Es posible que el pasado, la memoria y la historia dejen de dividirnos a</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">peruanos y chilenos?; ¿es posible acaso cambiar esos imaginarios tan</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">profundamente arraigados?, ¿es posible, en fin, una política de la memoria que</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">reconcilie a Chile con el Perú y viceversa?.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Iniciaré mi respuesta a esta interrogante retomando lo que señalé líneas arriba</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">y que atañe la política, cuyo discurrir en el presente la hace protagonista del</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">proceso de selección de los acontecimientos del pasado. Así, la difusión de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">discursos comunes e integradores para conciliar las memorias de las</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">colectividades peruana y chilena difícilmente alcanzará la meta de la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">reconciliación sin el respaldo de sus políticos, a través de sus decisiones.</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Más allá de los acuerdos entre los dirigentes de ambos estados, parece claro</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">que las políticas a aplicar en un caso y en el otro distan de ser las mismas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Afuer de resultar discutibles a la luz de la historiografía de cada país, los roles</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">asignados a cada uno de ellos son más bien opuestos, dicotómicos y se</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">desprenden del triunfo chileno en la Guerra del Pacífico: vencedor-vencido</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">conquistador-conquistado; agresor-agredido.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">No quisiera en las últimas líneas de esta breve disertación fungir de “gurú” de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">estas problemáticas y proponer una solución que resultaría pretenciosa frente a</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">la complejidad de la cuestión. Pero si ambas partes – en este caso los Estados</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">y sus autoridades – llegasen a admitir la necesidad de superar la incidencia de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">estas negativas imágenes en sus respectivos colectivos, podrían comenzar</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">preguntándose, cada cual a su turno, ¿en qué estoy mal yo?, ¿en qué debo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">mejorar?, ¿como me percibe el otro y por qué?; ¿qué espera el otro de mi?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Quizá la aparente banalidad de estos planteamientos, esconda los atisbos de la</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">solución y talvez, a través de una versión muy sui géneris de psicoanálisis, los</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">estados peruano y chileno resulten capaces de diagnosticar más</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">acertadamente el mal que aqueja la memoria de sus sociedades para tratarlo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">con mejores resultados que hasta ahora y en concordancia con las</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">aspiraciones de los colectivos a los que representan.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><b><span style="font-size: small;">Daniel Parodi Revoredo</span></b></div><div style="color: #0b5394; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Pontificia Universidad Católica del Perú</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><blockquote><div style="font-family: "Courier New",Courier,monospace; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><b>Bibliografía</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">BELTRAN, Miguel Angel.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2001 Pensar la Historia en ¿tiempos posmodernos?. pp.19-41</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En Memoria y Civilización, n4.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">BIRULES, Fina.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2002 La crítica de lo que hay: entre memoria y olvido.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En Hacia dónde va el pasado. El porvenir de la memoria en el mundo</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">contemporáneo. Barcelona, Paidós.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">BRAUER, Daniel.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2002 La fragilidad del pasado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En: Hacia dónde va el pasado. El porvenir de la memoria en el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">mundo contemporáneo. Barcelona, Paidós.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">CRUZ, Manuel,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2002 El pasado en la época de su reproductibilidad técnica.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En: Hacia dónde va el pasado. El porvenir de la memoria en el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">mundo contemporáneo. Barcelona, Paidós.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">GOMEZ RAMOS, Antonio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2002 El espejo deformante de nuestros días.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En: Hacia dónde va el pasado. El porvenir de la memoria en el</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">mundo contemporáneo. Barcelona, Paidós.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">HOBSBAWN Eric y RANGER Terenger (eds.)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2002 La invención de la tradición. Barcelona, Crítica, 2002.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">MALDONADO, Carlos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2006 La Agenda del Sur.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En: Revista Caretas, n 1930.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">POLLACK Michael.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">1993 Memoire, Oubli, silence.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En: Une identité blessée, Études de sociologie et d’histoire, Paris,</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Métaillé.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">REGALADO DE HURTADO, Liliana.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2004 EL rostro actual de Clío. La historiografía contemporánea:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">desarrollo, cuestiones y perspectivas. Lima: Pontificia Universidad</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Católica del Perú, 2004.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">RICOEUR, Paul.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">1999 Historia y Narratividad. Barcelona, Ediciones Paidos, 1999</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">TODOROV, Tzvetan</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2000 Los abusos de la memoria. Barcelona, Ediciones Paidos, 2000</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">MINISTERE DES AFFAIRES ETRANGERES ET EUROPEENES</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2006 (http:///www.diplomatie.gouv.fr/label_France/60/es/21.html)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sitio web oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia;</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">contiene información sobre la institución y enlaces de interés</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">(consulta 5 de septiembre)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">EMBAJADA DE FRANCIA EN MEXICO</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2006 ( www.francia.org.mx/Embajada/cancilleria/mae/tratado_eliseo-</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">130103.html).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sitio web oficial de la Embajada de Francia en México; contiene</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">información sobre la institución y enlaces de interés (consulta 2 de</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">septiembre)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">APRENDER DE LA HISTORIA: nazismo y holocausto en la educación alemana</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">2000 Kalavrita: una comunidad griega</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">(www.holocaust-education.de/?site=pp_import_de_0000055&lp=es)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">(consulta 9 de septiembre de 2006)</span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">* Profesor del Departamento de Humanidades de la PUCP. Este artículo es un avance de la tesis doctoral</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">del autor y acaba de ser publicado. La referencia bibliográfica es la siguiente: PARODI REVOREDO,</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Daniel. "Entre el \"dolor de la amputación\" y el "complejo de Adán": imaginarios peruanos y chilenos de</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">la Guerra del Pacífico\", en Claudia Rosas Lauro (editora). El odio y el perdón en el Perú. Siglos XVI a</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">XXI. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2009, pp. 169-180.</span></div><div style="color: #073763; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">1 Cfr. Beltrán 2002:35</span></div></div><a name='more'></a>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-65999967402012004562009-12-19T18:23:00.000-08:002011-04-06T18:14:59.267-07:00Chile, Entre la Institucionalidad y el Sueño Imperialista<b>01/02/09</b><br />
<b><a href="http://blog.pucp.edu.pe/item/44096"><span style="color: #3d85c6;">Palabras Esdrújulas</span></a></b><br />
<br />
Por <b>Daniel Parodi Revoredo</b><br />
<br />
<b>Nota:</b> <i><span style="color: #073763;">El presente artículo replica a otro titulado </span><b><a href="http://www.elpais.com/articulo/internacional/Peru/instituciones/respeto/derecho/elpepuint/20090121elpepuint_10/Tes"><span style="color: #3d85c6;">“Perú, instituciones y respeto al derecho”</span></a></b> <span style="color: #073763;">de la autoría del Internacionalista chileno Juan Emilio Cheyre, que apareció publicado en el Diario El País de España, en su edición del 21/01/2009.</span></i><br />
<br />
Tras la Revolución Francesa de 1789, el moderno concepto de nación se convirtió en referente obligado de la ideología estatal. Junto con él, la bandera, el himno, las efemérides patrias y la historia oficial delinearon la doctrina que adhirió el conjunto de individuos al estado-nación en construcción. <br />
<br />
La República de Chile no es la excepción a la regla. El relativo orden institucional que experimentó durante el transcurso del siglo XIX, así como su exitosa inserción económica en los mercados internacionales, son hasta hoy recogidos por su discurso y su historia oficiales. Estos proyectan en su colectividad la imagen de un país triunfador, estable y desarrollado. <br />
<br />
Las imágenes aludidas suelen provenir de referentes reales; pero el discurso que las enuncia se corresponde más con el imaginario, que es un estadio intermedio entre la realidad y la ficción. De hecho, la narrativa nacionalista tiende a resaltar los aspectos positivos y a omitir- o matizar- aquellos que no lo son tanto. <br />
<br />
Por ello es pertinente recordar que, entre los años 1973 y 1989, los destinos de Chile fueron regidos por una de las dictaduras más feroces de América Latina, caracterizada por la sistemática violación de los derechos humanos. Posteriormente, el sistema judicial chileno no fue capaz de ejecutar un procesamiento eficaz contra el dictador Augusto Pinochet. De hecho, la orden internacional de extradición con fines de juzgamiento, dictada por el juez de la Audiencia Nacional de España, Baltasar Garzón, obtuvo mejores resultados que la justicia de Chile. <br />
<br />
Por otro lado, la problemática de la mediterraneidad boliviana ha sido reconocida por diversos foros internacionales como factor de inestabilidad socio-política en la región sudamericana. No obstante los reiterados reclamos de la República de Bolivia, Chile niega la existencia de un contencioso entre ambos estados. Es cierto que en 1904 ambos países suscribieron un tratado de límites que establece la demarcación fronteriza actualmente vigente, pero también lo es el permanente perjuicio que el confinamiento continental supone para el desarrollo de la actividad comercial boliviana. 1 <br />
<br />
La referida posición chilena se contradice con la asumida por el Perú en un caso análogo: la demarcación de la frontera peruano-ecuatoriana. En 1942, el Perú y Ecuador suscribieron el protocolo de Río de Janeiro que estableció los límites fronterizos entre ambos estados. Posteriormente, el Estado peruano atendió la reclamación ecuatoriana sobre los términos del referido acuerdo, lo que dio lugar, en 1998, a la suscripción de la Paz de Itamaraty. Este convenio le ha puesto fin a un secular conflicto fronterizo y ha potenciado la integración socio-económica de ambos países.<br />
<br />
Acerca de la controversia marítima peruano-chilena, que actualmente ventila la Corte Internacional de Justicia de la Haya, la cancillería peruana propone que la línea media bisectriz entre las perpendiculares a las costas peruana y chilena se constituya en la frontera marítima; de este modo ninguno de ambos países se vería perjudicado por la posición de su litoral con respecto al paralelo geográfico. La postura chilena, en cambio, considera dicho paralelo como frontera. Este enfoque le es muy favorable pues su ubicación litoral, perpendicular al paralelo geográfico, le permite contar con 200 millas marítimas apenas al iniciarse su territorio. No obstante, no ocurre lo mismo con el Perú que alcanza las 200 millas marítimas cientos de kilómetros al interior del suyo. <br />
<br />
A pesar de la evidente inequidad de este enfoque, Chile alega que en dos tratados bilaterales firmados con el Perú -1952 y 1954- se estableció el paralelo geográfico como frontera marítima. Por su parte, el Perú replica que los referidos convenios se suscribieron para regular la actividad pesquera fronteriza y subraya que no son tratados limítrofes. <br />
<br />
En todo caso, la concurrencia peruana a la Corte Internacional de Justicia es expresión de su voluntad por resolver la controversia por la vía regular, con apego a los foros internacionales. Este último particular tiene su correlato en la política interna del Perú. No es casualidad que el ex-Presidente del Perú, Ing. Alberto Fujimori, y su ex–asesor de inteligencia, Vladimiro Montesinos, hayan sido condenados por delitos de corrupción en agravio del Estado y se encuentren aguardando sentencia por crímenes de lesa humanidad y violación a los derechos humanos. La efectividad del sistema judicial peruano al encausar al ex-dictador –sin indultos, ni leyes del olvido y el perdón- es un hecho sin precedentes en América latina. <br />
<br />
La disimilitud entre las políticas internacionales e internas del Perú y de Chile preocupa de cara a la actual tramitación, en la Corte internacional de Justicia de la Haya, de la antes mencionada controversia marítima. Preocupan la poca flexibilidad mostrada por la cancillería chilena en casos análogos y la existencia de remanentes militaristas en sus esferas políticas. <br />
<br />
Además, la colectividad chilena se auto-percibe como políticamente estable y económicamente desarrollada, en oposición al supuesto caos institucional que atribuye al Perú. Por ello, observamos que un fallo de la corte de la Haya contrario a sus intereses podría desencadenar en Chile una corriente de opinión opuesta a su cumplimiento, dirigida por sectores nacionalistas poco dispuestos a realizar concesiones a un vecino que ponderan políticamente inestable y socialmente subdesarrollado. <br />
<br />
Así, la disyuntiva entre la institucionalidad y el sueño imperialista pondrá a prueba al Estado y sociedad chilenos cuando se anuncie el fallo de la Corte Internacional de Justicia. Por el bien de la integración sudamericana, y la de ésta con los foros económicos y políticos mundiales, deseamos que Chile demuestre ser lo que dice: una potencia cosmopolita e institucionalizada que funge de ejemplo para los demás países del continente sudamericano. <br />
<br />
1.- Chile se anexó el territorio litoral boliviano durante la Guerra del Pacífico (1879 – 1883) que confrontó a este país con la Alianza Perú-Boliviana; desde entonces Bolivia perdió su cualidad marítima y se convirtió en un país mediterráneo.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-44380420874961278332009-12-09T19:45:00.000-08:002011-04-06T18:16:53.411-07:00Cien flores<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivdIA-4zbKg5BfCz4IT_7InCBQ-75pXfZwUy34s4zSm0PdwAhIq9itXC3huESWFuc6bioAT0sY_17KoJUzySIO_Mf4Jck28Sv9Xt1-tBVyr1N_835iOHyo0UBZd6a42DjEl3grSbVNqLni/s1600-h/ayacucho-pampa+de+la+quinua-monumento+a+batalla+de+ayacucho.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ps="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivdIA-4zbKg5BfCz4IT_7InCBQ-75pXfZwUy34s4zSm0PdwAhIq9itXC3huESWFuc6bioAT0sY_17KoJUzySIO_Mf4Jck28Sv9Xt1-tBVyr1N_835iOHyo0UBZd6a42DjEl3grSbVNqLni/s640/ayacucho-pampa+de+la+quinua-monumento+a+batalla+de+ayacucho.jpg" /></a></div><br />
<b><a href="http://www.larepublica.pe/node/237323"><span style="color: #3d85c6;">La República</span></a></b><br />
<b>Mié, 09/12/2009</b> <br />
Por <b>Antonio Zapata</b><br />
<br />
Un nueve de diciembre, la batalla de Ayacucho selló la independencia de América, culminando guerras y revoluciones que venían durando largos años. El aniversario que se cumple el día de hoy se inscribe en la dinámica del bicentenario. Varios países latinoamericanos ya han iniciado sus celebraciones y nosotros en el Perú nos hallamos en el partidor. Pero, la independencia es problemática en la tradición peruana porque, como es largamente sabido, somos el último país en liberarse y, peor aún, carecemos de héroes propios. <br />
<br />
Así, con respecto a la emancipación, la cuestión en el Perú siempre ha sido encontrar un motivo para celebrar. Con esta inquietud, la generación del centenario descubrió a los próceres. De acuerdo a Porras, Basadre y Sánchez, el Perú carecía de líderes políticos y militares de la era independentista, pero era el país clave de los antecedentes. Ahí estaba Vizcardo y Guzmán, que había sido el primero en plantear explícitamente el tema de una patria propia de los americanos, como entidad distinta y opuesta a España. La célebre Carta a los Españoles Americanos escrita por el jesuita arequipeño abrió la lucha independiente en todo el continente. Por ello, en el curso de la primera expedición patriota, dirigida por Francisco de Miranda en Venezuela, el folleto que se repartió como propaganda era la famosa Carta de Vizcardo.<br />
<br />
Años después, la generación del cincuenta, a la que pertenece Pablo Macera entre otros, rescató a Túpac Amaru. No éramos el último, sino el primero. Bastaba olvidar a San Martín y recuperar la autoestima, porque el Perú era la cuna del primer grito de independencia en Latinoamérica. Esa idea estaba clara en la historiografía nacional años antes de Juan Velasco. Pero, recién con el gobierno revolucionario de las FFAA, Túpac Amaru fue elevado a la categoría de padre de la patria, verdadero fundador de la emancipación americana. Además, la gesta del cacique de Tinta venía acompañada por un relevante papel de su esposa, Micaela Bastidas. Por ello, el verdadero héroe de la rebelión de 1780 era una pareja, evocando la creación del Tawantinsuyu. Manco Cápac y Mama Ocllo asomaban detrás de Túpac Amaru y Micaela Bastidas. Los primeros fundaron un imperio, los segundos consagrarían la libertad del Perú independiente.<br />
<br />
Pero, luego cayó Velasco y se derrumbó el edificio del nacionalismo militar. Sus principales proyectos y mensajes se desacreditaron. Túpac Amaru fue relegado. Los historiadores resaltaron que su movimiento corresponde a la coyuntura de las reformas borbónicas y que la independencia no había aparecido aún. A esta misma época corresponde la visión descreída de Heraclio Bonilla y su famosa tesis de la independencia concedida.<br />
<br />
Los criollos peruanos no habrían estado interesados en la emancipación y ésta habría venido de fuera, impuesta por ejércitos extranjeros, conducidos por San Martín y Bolívar, obligando a nuestros criollos, que deseaban seguir siendo españoles. Esa fue la opinión de Bonilla, fuente de una enorme polémica en los años setenta.<br />
<br />
Todas estas interpretaciones siguen vivas. Ninguna ha cancelado completamente las anteriores, más bien se han combinado libremente. Ante esa materia prima, la generación actual de estudiosos ha de plantear un enfoque nuevo, que sintetice el parecer del presente frente a la independencia nacional. De acuerdo a cómo marcha el país, posiblemente será la explosión de lo local. <br />
<br />
Acorde con la descentralización, el próximo estudio colectivo de la emancipación ha de subrayar la participación de las diversas regiones en el proceso. Surgirán cien héroes y a ellos se deberán los pueblos, como las cien flores de Mao.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-52142171598427597802009-12-09T19:37:00.000-08:002011-04-06T18:18:43.319-07:00LA BATALLA DE AYACUCHO<b>Extraido del sitio web <a href="http://efemeridesvenezolanas.com/"><span style="color: #3d85c6;">Efemérides venezolanas</span></a></b><br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieRvWSgCKO3vf1xpe0aicwnf_4bJAS1dl_mRgYGrqSV_esBNckzzvXrz0VmzzHIi2HLAjKuni5gDlJCxwy9TtDrGbyT8MtqWUrSYZBiSKVk6H3Ay50Wks3SrSTR8dk237-hrxyVHg42lsa/s1600-h/Retrato+de+Antonio+Jose+de+Sucre.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ps="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieRvWSgCKO3vf1xpe0aicwnf_4bJAS1dl_mRgYGrqSV_esBNckzzvXrz0VmzzHIi2HLAjKuni5gDlJCxwy9TtDrGbyT8MtqWUrSYZBiSKVk6H3Ay50Wks3SrSTR8dk237-hrxyVHg42lsa/s640/Retrato+de+Antonio+Jose+de+Sucre.jpg" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div>El 9 de diciembre de 1824, <b>Antonio José de Sucre</b>, con 6.000 soldados, se enfrenta y vence al virrey La Serna, quien guía 9.320 hombres, en el campo inmortal de Ayacucho, que en lengua quechua quiere decir Rincón de los Muertos.<br />
<br />
Poco antes, Bolívar le había escrito- «Expóngase usted, general, a todas las contingencias de una batalla antes que a los peligros de una retirada». J.A. Cova dice que la Batalla de Ayacucho «no es solamente una épica acción de armas en cuanto a técnica y pericia militar. Es más: la creación de un gran artista, de un supremo artífice que ha vivido soñando con su obra maestra y finalmente la ve realizada con todos los contornos de la obra perfecta. En Ayacucho nada faltó para dar majestad y carácter a la suprema concepción de Sucre».<br />
<br />
Con Ayacucho se dio libertad al Perú y también al Alto Perú, que después se llamó Bolivia. Asistieron a Sucre oficiales de la talla de Jacinto Lara, La Mar, Córdova, Miller, José Laurencio Silva. Sucre ofreció a los vencidos una capitulación tan gloriosa como la misma batalla, por estimar que «es digno de la generosidad americana conceder algunos honores a soldados que han permanecido y vencido catorce años en el Perú.»<br />
<br />
La jornada de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, terminó en el Sur la guerra de independencia que comenzó en el Norte con la batalla de Lexington el 19 de abril de 1775. <br />
<br />
El continente americano, de polo á polo, iba á ser libre. <br />
<br />
Tenían los realistas 9.320 hombres disponibles de todas armas y once piezas de artillería. Sucre sólo contaba con 6.000 hombres de infantería y caballería, y una sola pieza de artillería.<br />
<br />
¿Hay alguien que crea que nuestras fuerzas eran desiguales? No; que allí estaba Córdova, y Silva y Luque, y Lara, y Lamar, y sobre todo Sucre, que valía un ejército. -Este recorría las filas diciendo á los soldados: De los esfuerzos de este día depende la suerte del Sur América. Este será un día de gloria que coronará nuestra constancia. Soldados! viva el Libertador, viva Bolívar, el Salvador del Perú! - Tan animadas palabras produjeron un efecto eléctrico y fueron seguidas de «vivas» entusiastas!...<br />
<br />
Valdez atacó nuestra división Lamar, y, con tal ímpetu, que por el momento la obligó á ceder.- En el acto Sucre que con una serenidad inalterable vigilaba desde un punto llamado la Sabaneta, los movimientos de ambos ejércitos, ordenó á Córdova que cargara sobre el centro enemigo, y reforzó la división Lamar. - Córdova se desmontó de su caballo y desnudando la espada lo mató. «Soldado, les dijo gallardamente, yo no quiero medios para escapar y sólo conservo mi espada para vencer. Adelante, paso de vencedores! « - Y no fue fanfarronada; porque cayó sobre dos batallones de la división Villalobos y sobre ocho escuadrones y los arrolló en un momento.- Nada pudo resistir su carga.- Monet corrió con su división en ayuda de Villalobos; pero Córdova la desbarató también. En breves instantes, Monet estaba herido, varios jefes habían perecido, y los soldados se dispersaban con pavor. Dos batallones quisieron formarse, pero Córdova no les dio tiempo...<br />
<br />
- Al frente de la caballería colombiana estaba Silva. ¿Podrían los realistas sufrir su terrible choque? Silva herido gravemente desde el principio, vertiendo sangre, era irresistible. No pensaba en la muerte, sino en la libertad y en la gloria, y se entraba furioso por las lanzas castellanas.- Atónito el Virrey, ordenó adelantar la reserva que mandaba Canterac, con la intimación expresa de hacer el último y más desesperado esfuerzo. Todo fue en vano! Nuestros soldados (señaladamente los colombianos) eran hombres a toda prueba, regidos por capitanes valerosísimos, ganosos todos de honra, fieles á los intereses de la independencia y determinados á perder la vida o reconquistar la libertad de la América: ¿qué triunfo podía obtenerse contra estos hombres? Al principio el combate había sido infeliz en nuestra izquierda; pero muy luego se restableció la pelea, y nada pudo resistir la embestida simultánea de nuestras tropas. La derrota se hizo general entre los realistas, y como dice el parte oficial, la derrota fue completa y absoluta. Lamar persiguió á los vencidos atravesando profundas y escabrosas cañadas que se le interponían.- Córdova trepó con sus batallones las ásperas faldas del Condorcanqui é hizo prisionero al Virrey. Lara marchó por el centro y continuó la persecución. Los españoles se vieron cortados en todas direcciones. El triunfo fue nuestro, alcanzado á impulsos del valor y del heroísmo. Contra doble fuerza pelearon nuestros soldados; y en la tarde de aquel espléndido y venturoso día, nuestros depósitos contaban más prisioneros que tropas para custodiarlos. ¿Qué arbitrio quedaba á los realistas? - Morir o entregarse......... Ellos se entregaron!! - A las cinco y media de la tarde se presentó en nuestro campo el Comandante Mediavilla, ayudante de campo del General Valdez, solicitando por el General en Jefe para proponer una capitulación. Luego vinieron los Generales Canterac y Carratalá, y ajustaron con el modesto Sucre las condiciones de aquel tratado, que se firmó en Quinúa.<br />
<br />
Canterac firmó la capitulación por la prisión del Virrey.<br />
<br />
Los términos de este convenio fueron: lº. que serían transportados á costa de la República todos los individuos del ejército español que quisieran regresar á su patria, socorriéndoles entre tanto con media paga, y que se admitirían en el Perú en su mismo empleo á los que prefiriesen continuar sirviendo en este país; 2º. que ninguna persona sería incomodada por sus opiniones y servicios prestados a la causa del Rey, y que se permitiría salir del Perú y disponer dentro de tres años de sus propiedades á todas las personas que quisieran ejecutarlo; 3º. que los Generales, Jefes y Oficiales prisioneros en la batalla y en la campaña anterior quedarían en libertad, conservando todos los capitulados el uso de sus espadas y uniformes, y la más completa seguridad para reunir sus intereses y familias, trasladándose al efecto á los lugares que escogieran; más no podrían volver á tomar las armas contra la América en la guerra de independencia, ni trasladarse á punto alguno ocupado por las armas de la metrópoli; 4º. que se entregarían él Ejército Unido Libertados los restos del español y todo el territorio que dominaban las tropas reales hasta el Desaguadero, junto con las guarniciones, parques, maestranza, almacenes militares y los demás objetos correspondientes al Gobierno de la Península. Debía comprenderse la plaza del Callao, que se entregaría al Libertador, permitiéndose á los buques españoles de guerra y los mercantes hacer víveres en los puertos del Perú, por el término de seis meses, y aprestarse para su largo viaje, á cuyo efecto se les franquearían los correspondientes pasaportes para salir con seguridad del Pacífico y seguir á los puertos de Europa.<br />
<br />
Por efecto de este convenio quedaron en nuestro poder, como prisioneros de guerra los Generales Laserna, Canterac, Valdez, Carratalá, Monet, Villalobos, Ferraz, Bedoya, Somocurcio, Atero, Cacho, Landazuri, GarcíaCamba, Pardo, Vigil y Tur, 16 coroneles, 68 tenientes coroneles, 484 ofíciales y toda la tropa. Aunque las fuerzas realistas disponibles en Ayacucho alcanzaron á 9.3 10 hombres, que fueron batidos por 5.780 de nuestros valientes, no perdieron arriba de 2.400 entre muertos y heridos; mucha parte de la tropa, abandonando las armas, se escapó furtivamente.<br />
<br />
Es esta la célebre batalla de Ayacucho que consumó la independencia americana.- El comportamiento de nuestras tropas fue brillante por extremo en aquel glorioso día; pero nada hubo comparable con el ardimiento de Córdova, que destrozó la mayor parte del ejército español. Córdova fue ascendido á General de división en el mismo campo de batalla. Apenas contaba veinte y cinco años de edad! - Hé aquí las palabras de un testigo presencial y por su carácter muy exacto y justiciero. «Sucre, dice el General Miller en sus Memorias, expuesto durante la acción á todos los peligros, porque se halló donde quiera que su presencia fue necesaria, hizo pruebas de la mayor sangre fría, su ejemplo produjo el mejor efecto.- Lamar desplegó las mismas cualidades y con una enérgica elocuencia conducía los cuerpos al ataque y los conservaba en formación. El heroísmo de Córdova fue la admiración de todo el mundo.- Lara estuvo brillante de actividad y de disciplina.- Gamarra ostentó su tacto habitual.- Los coroneles O'Connor, y Plaza, los oficiales de los cuerpos. Carvajal, Silva, Suárez, Blanco, Braun, Medina, Olavarría que hicieron alarde de tanto valor en Junín, se distinguieron otra vez en Ayacucho». Miller, añadiré yo para completar el cuadro, Miller á la cabeza del regimiento de Húsares de Junín, se comportó con una inteligencia y un valor sereno dignos de él, que era tan ilustre militar.<br />
<br />
Nueve de diciembre de 1824. ¡Día de gloria y de esplendor en los anales de nuestra libertad! ¡Día de bendición, en que lució la suave aurora del contento y de la más magnífica esperanza! En él, una batalla brillante, la más mágica de la historia, fijó para siempre el destino de nuestro suelo, y los españoles abandonaron esta tierra codiciada, cuyas riquezas fueron origen de tanta ruinas!.<br />
<br />
La obra estupenda que se inició el 19 de abril de 1810 quedó allí terminada. ¡Dióse el grito en Caracas de independencia, y al cabo de catorce años de lucha sin ejemplo, un venezolano digno amigo y alumno de Bolívar, selló con un prodigio en el Perú, la empresa el designio de nuestra emancipación... !<br />
<br />
(Larrazabal - Vida del Libertador).<br />
<br />
<b><span style="font-size: x-small;">DE LA VIDA DEL GENERAL SUCRE ESCRITA POR EL LIBERTADOR- BATALLA DE AYACUCHO (FRAGMENTO)</span></b><br />
<i><blockquote><i>El ejército recibió todos los auxilios necesarios debidos, sin duda, tanto á los pueblos peruanos que los prestaban como al Jefe que los había ordenado tan oportuna y discretamente.</i><br />
<br />
<i>El General Sucre después de la acción de Junín se consagró de nuevo a la mejora y alivio del ejército. Los hospitales fueron provistos por él, y los piquetes que venían de alta al ejército, eran auxiliados por el mismo General: estos cuidados dieron al ejército dos mil hombres, que quizá habrían perecido en la miseria sin el esmero del que consagraba sus desvelos á tan piadoso servicio. Para el General Sucre todo sacrificio por la humanidad y por la patria, parece glorioso. Ninguna atención bondadosa es indigna de su corazón: él es el general del soldado.</i><br />
<br />
<i>Cuando el Libertador lo dejó encargado de conducir la campaña durante el invierno que entraba, el General Sucre desplegó todos los talentos superiores que lo han conducido á obtener la más brillante campaña de cuantas forman la gloria de los hijos del nuevo mundo. La marcha del ejército unido desde la provincia de Cochabamba hasta Huamanga, es una operación insigne, comparable quizá á la más grande que presenta la historia militar. Nuestro ejército era inferior en mitad al enemigo, que poseía infinitas ventajas materiales sobre el nuestro. Nosotros nos veíamos forzados á desfilar sobre riscos, gargantas, ríos, cumbres, abismos, siempre en presencia de un ejército enemigo, y siempre superior. Esta corta, pero terrible campaña, tiene un mérito todavía que no es bien conocido en su ejecución: ella merece un César que la describa.</i><br />
<br />
<i>La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del General Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina. Maniobras hábiles y prontas desbarataron en una hora á los vencedores de catorce años, y á un enemigo perfectamente constituido y hábilmente mandado. Ayacucho es la desesperación de nuestros enemigos. Ayacucho, semejante á Waterloo, que decidió del destino de la Europa, ha fijado la suerte de las naciones americanas. Las generaciones venideras esperan la victoria de Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad, dictando á los americanos el ejercicio de sus derechos y el sagrado imperio de la naturaleza.</i><br />
<br />
<i>El General Sucre es el padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol: es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará á Sucre con un pié en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por su espada.</i><br />
<br />
<i>Lima: 1825.</i></blockquote><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
</i>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-20401718764660749742009-12-09T19:16:00.000-08:002011-04-06T18:20:20.838-07:00Capitulación de Ayacucho<b>Extraído de <a href="http://www.analitica.com/Bitblio/sucre/ayacucho.asp"><span style="color: #3d85c6;">Analítica.com</span></a></b><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqnKuCadcfKADB3fpzQn8Tfq24fSUuCNf7cyj4D7ssbFquLV-ZVXm-Qr7yK8MSTg4yYTBybagmQpz1xolPLbO2XLTo__Mix1TCAgJxC9c1DYkliQd195-U89xEXvavPCa6w8LnbcX8jesi/s1600-h/antonio+jose+de+sucre-capitulaci%C3%B3n+de+ayacucho-batalla+de+ayacucho.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ps="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqnKuCadcfKADB3fpzQn8Tfq24fSUuCNf7cyj4D7ssbFquLV-ZVXm-Qr7yK8MSTg4yYTBybagmQpz1xolPLbO2XLTo__Mix1TCAgJxC9c1DYkliQd195-U89xEXvavPCa6w8LnbcX8jesi/s640/antonio+jose+de+sucre-capitulaci%C3%B3n+de+ayacucho-batalla+de+ayacucho.jpg" /></a></div><b><span style="color: #0b5394; font-size: x-small;"> Antonio José de Sucre <br />
</span>[1824]</b><br />
<br />
«Don José Canterac, teniente general de los reales ejércitos de S. M. C., encargado del mando superior del Perú por haber sido herido y prisionero en la batalla de este día el excelentísimo señor virrey don José de La Serna, habiendo oído a los señores generales y jefes que se reunieron después que, el ejército español, llenando en todos sentidos cuanto ha exigido la reputación de sus armas en la sangrienta jornada de Ayacucho y en toda la guerra del Perú, ha tenido que ceder el campo a las tropas independientes; y debiendo conciliar a un tiempo el honor a los restos de estas fuerzas, con la disminución de los males del país, he creído conveniente proponer y ajustar con el señor general de división de la República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe del ejército unido libertador del Perú, las condiciones que contienen los artículos siguientes:<br />
<br />
»1° El territorio que guarnecen las tropas españolas en el Perú, será entregado a las armas del ejército libertador hasta el Desaguadero, con los parques, maestranza y todos los almacenes militares existentes.<br />
<br />
»1° Concedido, y también serán entregados los restos del ejército español, los bagajes y caballos de tropas, las guarniciones que se hallen en todo el territorio y demás fuerzas y objetos pertenecientes al gobierno español.<br />
<br />
»2° Todo individuo del ejército español podrá libremente regresar a su país, y será de cuenta del Estado del Perú costearle el pasaje, guardándole entretanto la debida consideración y socorriéndole a lo menos con la mitad de la paga que corresponda mensualmente a su empleo, ínterin permanezca en el territorio.<br />
<br />
»2° Concedido; pero el gobierno del Perú sólo abonará las medias pagas mientras proporcione transportes. Los que marcharen a España no podrán tomar las armas contra la América mientras dure la guerra de la independencia, y ningún individuo podrá ir a punto alguno de la América que esté ocupado por las armas españolas.<br />
<br />
»3° Cualquier individuo de los que componen el ejército español, será admitido en el del Perú, en su propio empleo, si lo quisiere.<br />
<br />
»3° Concedido.<br />
<br />
»4° Ninguna persona será incomodada por sus opiniones anteriores, aun cuando haya hecho servicios señalados a favor de la causa del rey, ni los conocidos por pasados; en este concepto, tendrán derecho a todos los artículos de este tratado.<br />
<br />
»4° Concedido; si su conducta no turbare el orden público, y fuere conforme a las leyes.<br />
<br />
»5° Cualquiera habitante del Perú, bien sea europeo o americano, eclesiástico o comerciante, propietario o empleado, que le acomode trasladarse a otro país, podrá verificarlo en virtud de este convenio, llevando consigo su familia y propiedades, prestándole el Estado proporción hasta su salida; si eligiere vivir en el país, será considerado como los peruanos.<br />
<br />
»5° Concedido; respecto a los habitantes en el país que se entrega y bajo las condiciones del artículo anterior.<br />
<br />
»6° El Estado del Perú respetará igualmente las propiedades de los individuos españoles que se hallaren fuera del territorio, de las cuales serán libres de disponer en el término de tres años, debiendo considerarse en igual caso las de los americanos que no quieran trasladarse a la Península, y tengan allí intereses de su pertenencia.<br />
<br />
»6° Concedido como el artículo anterior, si la conducta de estos individuos no fuese de ningún modo hostil a la causa de la libertad y de la independencia de América, pues en caso contrario, el gobierno del Perú obrará libre y discrecionalmente.<br />
<br />
»7° Se concederá el término de un año para que todo interesado pueda usar del artículo 5°, y no se le exigirá más derechos que los acostumbrados de extracción, siendo libres de todo derecho las propiedades de los individuos del ejército.<br />
<br />
»7° Concedido.<br />
<br />
»8° El Estado del Perú reconocerá la deuda contraída hasta hoy por la hacienda del gobierno español en el territorio.<br />
<br />
»8° El Congreso del Perú resolverá sobre este artículo lo que convenga a los intereses de la república.<br />
<br />
»9° Todos los empleados quedarán confirmados en sus respectivos destinos, si quieren continuar en ellos, y si alguno o algunos no lo fuesen, o prefiriesen trasladarse a otro país, serán comprendidos en los artículos 2° y 5°.<br />
<br />
»9° Continuarán en sus destinos los empleados que el gobierno guste confirmar, según su comportación.<br />
<br />
»10. Todo individuo del ejército o empleado que prefiera separarse del servicio, y quedare en el país, lo podrá verificar, y en este caso sus personas serán sagradamente respetadas.<br />
<br />
»10. Concedido.<br />
<br />
»11. La plaza del Callao será entregada al ejército unido libertador, y su guarnición será comprendida en los artículos de este tratado.<br />
<br />
»11. Concedido; pero la plaza del Callao, con todos sus en seres y existencias, será entregada a disposición de S. E. el Libertador dentro de veinte días.<br />
<br />
»12. Se enviarán jefes de los ejércitos español y unido libertador a las provincias unidas para que los unos reciban y los otros entreguen los archivos, almacenes, existencias y las tropas de las guarniciones.<br />
<br />
»12. Concedido; comprendiendo las mismas formalidades en la entrega del Callao. Las provincias estarán del todo entregadas a l os jefes independientes en quince días, y los pueblos más lejanos en todo el presente mes.<br />
<br />
»13. Se permitirá a los buques de guerra y mercantes españoles hacer víveres en los puertos del Perú, por el término de seis meses después de la notificación de este convenio, para habilitarse y salir del mar Pacífico.<br />
<br />
»13. Concedido; pero los buques de guerra sólo se emplearán en sus aprestos para marcharse, sin cometer ninguna hostilidad, ni tampoco a su salida del Pacífico; siendo obligados a salir de todos los mares de la América, no pudiendo tocar en Chiloé, ni en ningún puerto de América ocupado por los españoles.<br />
<br />
»14. Se dará pasaporte a los buques de guerra y mercantes españoles, para que puedan salir del Pacífico hasta los puertos de Europa.<br />
<br />
»14. Concedido; según el artículo anterior.<br />
<br />
»15. Todos los jefes y oficiales prisioneros en la batalla de este día, quedarán desde luego en libertad, y lo mismo los hechos en anteriores acciones por uno y otro ejército.<br />
<br />
»15. Concedido; y los heridos se auxiliarán por cuenta del erario del Perú hasta que, completamente restablecidos, dispongan de su persona.<br />
<br />
»16. Los generales, jefes y oficiales conservarán el uso de sus uniformes y espadas; y podrán tener consigo a su servicio los asistentes correspondientes a sus clases, y los criados que tuvieren.<br />
<br />
»16. Concedido; pero mientras duren en el territorio estarán sujetos a las leyes del país.<br />
<br />
»17. A los individuos del ejército, así que resolvieren sobre su futuro destino en virtud de este convenio, se les permitirá reunir sus familias e intereses y trasladarse al punto que elijan, facilitándoles pasaportes amplios, para que sus personas no sean embarazadas por ningún Estado independiente hasta llegar a su destino.<br />
<br />
»17. Concedido.<br />
<br />
»18. Toda duda que se ofreciere sobre alguno de los artículos del presente tratado, se interpretará a favor de los individuos del ejército español.<br />
<br />
»18. Concedido; esta estipulación reposará sobre la buena fe de los contratantes.<br />
<br />
»Y estando concluidos y ratificados, como de hecho se aprueban y ratifican estos convenios, se formarán cuatro ejemplares, de los cuales dos quedarán en poder de cada una de las partes contratantes para los usos que les convengan.<br />
<br />
<b>Dados, firmados de nuestras manos en el campo de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824.</b><br />
<br />
<b><i>José Canterac.-Antonio José de Sucre</i></b>.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-31029029599257438672009-12-09T18:38:00.000-08:002011-04-06T18:21:57.813-07:00BATALLA DE AYACUCHO (9 de diciembre de 1824)<b><span style="color: #0b5394; font-size: x-small;">INDEPENDENCIA DE HISPANOAMERICA (1810 - 1824)</span></b><br />
<br />
<b>Extraído del sitio<a href="http://www.ingenierosdelrey.com/guerras/1810_hispanoamerica/1824_ayacucho.htm"> <span style="color: #3d85c6;">Ingenieros del Rey</span></a></b><br />
<br />
<div style="text-align: center;"><b>El general D. Antonio José de Sucre derrotó al virrey La Serna en el campo de Ayacucho, que en lengua quechua quiere decir "Rincón de los Muertos". La derrota española supuso la independencia del Perú y del Alto Perú, este último llamado posteriormente Bolivia. </b></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfGxrh-LZqpdHVesw62mS9eTGapwN1ZjEDcAxb9FG8TGN7XUf8pzTVOMmJVBqvHL555Z8jah1UPIjyaJtD2QeT10QTXUz82V2AJSuBzVuEit8SPUbYdB8FehrGFoLmy0u-G49bDUA3FnYE/s1600-h/Batalla+de+Ayacucho.+Pintado+por+Antonio+Herrera+Toro+hacia+1890,+seg%C3%BAn+boceto+de+Mart%C3%ADn+Tovar+y+Tovar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ps="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfGxrh-LZqpdHVesw62mS9eTGapwN1ZjEDcAxb9FG8TGN7XUf8pzTVOMmJVBqvHL555Z8jah1UPIjyaJtD2QeT10QTXUz82V2AJSuBzVuEit8SPUbYdB8FehrGFoLmy0u-G49bDUA3FnYE/s640/Batalla+de+Ayacucho.+Pintado+por+Antonio+Herrera+Toro+hacia+1890,+seg%C3%BAn+boceto+de+Mart%C3%ADn+Tovar+y+Tovar.jpg" /></a></div><b><i><span style="color: #073763;"><span style="font-size: x-small;"> Batalla de Ayacucho. Pintado por Antonio Herrera Toro hacia 1890, según boceto de Martín Tovar y Tovar</span>. </span></i></b><br />
<b>ANTECEDENTES </b><br />
<br />
Después de la victoria conseguida sobre el teniente general Canterac en la batalla de Junín el 6 de agosto de 1824, el ejército de Simón Bolívar llegó penosamente en su persecución a las orillas del río Apurimac. Bolívar o no pudo por estar destruidos los puentes o no quiso cruzar el río; lo cierto es que ordenó al general Jose Antonio Sucre hacerse cargo de todo el Ejército Unido mientras él se retiraba a la costa. <br />
<br />
Las intenciones de Bolívar ante esta polémica decisión son inciertas, pues algunos ven en su retirada personal el temor a un enfrentamiento con el ejército realista, acampado y reunido frente a él en Limatambo, mientras que otros lo interpretan como su deseo de organizar en Lima el gobierno de la naciente República a la vez que pedía refuerzos a Colombia. El caso es que las órdenes dadas al general Sucre eran las de organizar los cuarteles de invierno en Andalhuaylas y Abancay, pues se acercaba la temporada de lluvias y no era previsible ningún movimiento por parte de las tropas realistas. <br />
<br />
Mientras tanto, el virrey La Serna comenzó una intensa actividad: reunió más reclutas, intensificó su instrucción y reorganizó su ejército, que quedó de la siguiente manera: <br />
<br />
9.800 soldados de Infantería, divididos en tres columnas al mando de los generales Valdés, Monet y Villalobos. <br />
<br />
1.500 jinetes de Caballería, al mando del brigadier Ferraz, encuadrados en las siguientes unidades: los Granaderos de la Guardia, los Húsares de Fernando VII, los Dragones de La Unión, los Dragones de Lima, el Escuadrón de San Carlos y la Compañía de la Guardia del Virrey. <br />
<br />
16 cañones de Artillería organizados en cuatro baterías, al mando del brigadier Cacho. <br />
<br />
El teniente general Canterac fue nombrado Jefe de Estado Mayor del virrey, sin mando de unidad, siendo su segundo el general Carratalá. <br />
<br />
Reorganizado el ejército, el virrey decidió dirigirse hacia Huamanga, que distaba 85 leguas de Cuzco. Marchó por un camino quebrado y sin apenas provisiones, pues Canterac las había consumido en su retirada anterior. El 29 de octubre llegaron a Jaquira y, desde allí, por las cumbres de Chuquibamba y Mamara, llegaron a Huamanga el 16 de noviembre. Como anécdota, una partida volante del intendente del ejército, don Francisco Martínez de Hoz, se hizo con el equipaje del general Sucre, abandonado precipitadamente por los independentistas al abandonar uno de los pueblos del camino. <br />
<br />
El 18 de noviembre el virrey reunió su ejército en las alturas de Matará y retrocedió sobre el río Pampas, con ánimo de cruzarlo y ocupar los altos de Unipa. Su intención era atraer a los rebeldes hacia un lugar favorable para el ejército real en la batalla que se avecinaba. Pero al comenzar la marcha desde el río, supo que los independentistas estaban yan en posesión de las cumbre de Unipa, por lo que retrocedió hasta la otra orilla del río. <br />
<br />
El general Sucre no quería arriesgarse a una batalla en campo abierto con los realistas, debido a la superioridad numérica de éstos, por lo que siguieron una serie de días en constantes maniobras y escaramuzas en las que el general Sucre trataba de llevar a los realistas a un lugar favorable para él. <br />
<br />
<b>PREPARATIVOS</b> <br />
<br />
En sus marchas y contramarchas, el Ejército Unido llegó a la pampa de Ayacucho, al este y en las cercanías del pueblo peruano de Quinua, a tres leguas de Huamanga, el 6 de diciembre de 1824; contaba con 5.780 soldados de infantería y caballería y una sola pieza de artillería. En su despliegue, ocupaba el valle llamado de Ayacucho, de unos 800 metros de largo por 600 metros de ancho. <br />
<br />
El ejército realista llegó a Ayacucho persiguiendo al enemigo el 8 de diciembre de 1824. El virrey La Serna ocupaba las alturas de Condorcauqui, una posición inmejorable situada enfrente del valle y separada en parte de él por un barranco practicable para la infantería, pero de difícil acceso a la caballería; no obstante, ésta podía pasar por un espacio llano de unos 200 metros. La posición de los rebeldes independentistas, aunque dominada, tenía sus dos flancos asegurados por sendos barrancos, y en su frente la caballería realista no tenía espacio para obrar de un modo uniforme. <br />
<br />
El virrey La Serna deseaba que los independentistas le atacaran, pero el general Sucre no parecía estar dispuesto a ello, pues sabía que Simón Bolívar se acercaba a marchas forzadas con dos fuertes columnas que, según sus noticias, habían llegado ya al Cerro de Pasco. Pero el virrey, sabiendo que en aquellas ásperas sierras no tenía suficiente forraje para los caballos, y temeroso que los rebeldes se retirasen una vez más, decidió atacar. Por su parte, el general Sucre había recibido una carta de Bolívar en la que éste le decía: "Expóngase usted, general, a todas las contingencias de una batalla antes que a los peligros de una retirada.", por lo que, temeroso de ser tachado de cobarde si rehuía el combate y deseando la gloria de una posible victoria sin Bolívar, decidió aceptar la batalla. Desplegó sus tropas de la siguiente manera: <br />
<br />
Derecha: División del general Jose María Córdoba (2.300 hombres), formada por los cuatro batallones: Bogotá, Voltigeros, Pichincha y Caracas. <br />
<br />
Centro: División del general Guillermo Miller, formada por dos regimientos de caballería: Granaderos de Colombia y Húsares de Yunín. <br />
<br />
Izquierda: División del general Jose de La Mar (1.580 hombres), formada por cuatro batallones: 1°, 2°, 3° y Legión Peruana. <br />
<br />
Reserva: División del general Jacinto Lara (1.700 hombres), formada por tres batallones: Rifles, Vencedores y Vargas, desplegados detrás del centro. <br />
<br />
El virrey La Serna desplegó las tropas realistas en las faldas del cerro Condorcauqui, frente a la línea de los independentistas, de la siguiente manera: <br />
<br />
Derecha: División del mariscal de campo Jerónimo Jerónimo (2.006 hombres), formada por cuatro batallones (Cantabria, Centro, Castro 1° Imperial) y dos escuadrones de Húsares. <br />
<br />
Centro: División del mariscal de campo Juan Antonio Monet (2.000 hombres), formada por cinco batallones: Burgos, Infantes, Victoria, Guías y 2° del Primer Regimiento (el de Fernandinos); y el escuadrón de Alabarderos del Virrey. <br />
<br />
Caballería: División del brigadier Valentín Ferraz, desplegada entre el centro y la izquierda. <br />
<br />
Izquierda: División del mariscal de campo Alejandro González Villalobos (1.700 hombres), formada por cinco batallones. <br />
<br />
Reserva: División del general José Carratalá (1.200 hombres). <br />
<br />
Artillería: Seis piezas con la división del mariscal Valdés; el resto delante de la línea. <br />
<br />
El general Sucre arengó a las tropas y recorrió las filas diciendo a los soldados: "De los esfuerzos de este día depende la suerte del Sur América. Este será un día de gloria que coronará nuestra constancia ... Soldados: ¡viva el Libertador! ¡viva Bolívar, el Salvador del Perú!". Tan animadas palabras produjeron un efecto eléctrico y fueron seguidas de "vivas" entusiastas procedentes de las tropas. <br />
<br />
<b>LA BATALLA</b> <br />
<br />
La primeras horas del día se pasaron con fuegos de artillería y de los cazadores. A las diez de la mañana los realistas situaron al pie del cerro Condorcanqui cinco piezas de artillería. El general Sucre ordenó a sus tiradores forzar la nueva posición artillera, y ésta fue la señal de comienzo de la batalla. <br />
<br />
El mariscal Valdés (derecha) ordenó a sus batallones atacar la división del general La Mar (izquierda). Los españoles atacaron con tal ímpetu y empuje que obligó a los batallones de La Mar a ceder y retroceder. En la refriega, un batallón de Valdés se adelantó más de lo debido y sufrió un potente ataque enemigo que le mató a su jefe, el coronel Rubín de Celis; por su parte, los dos escuadrones de húsares de Valdés, San Carlos y Flanqueadores de la Guardia, también fueron batidos en esos primeros momentos. <br />
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Visto el éxito del ala derecha, los mariscales Monet (centro) y Villalobos (izquierda) adelantaron sus divisiones para atacar el centro y derecha de la línea enemiga. Sin embargo, esta maniobra fracasó gracias al contraataque que realizó inesperadamente el general Sucre. En efecto, el general Sucre, que observaba la batalla desde un lugar llamado la Sabaneta, se dió cuenta de que las tropas del centro realista no estaban aún ordenadas y que el ataque del general Valdés aún no se había resuelto. Por ello ordenó al general Córdoba (derecha) que atacara al centro de la línea realista protegido por la caballería del general Miller, mientras reforzaba la maltrecha división del general La Mar, primero con el batallón Vencedor y luego con el Vargas, dejando al batallón Rifles en reserva. <br />
<br />
Recibida la orden de ataque, el general Córdoba desmontó su caballo, desnudó su espada y lo mató. Luego arengó a sus tropas diciendo: "Soldados, yo no quiero medios para escapar y sólo conservo mi espada para vencer. Adelante, paso de vencedores.". Y así comenzó la carga de la división del general Córboba, que se lanzó cayó sobre dos batallones del general Villalobos protegido por ocho escuadrones del general Miller. <br />
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Al verlo, el brigadier Ferraz comprendió el peligro en que se encontraba Monet de ver envuelta su ala izquierda, por lo que lanzó a la carga los cuatro escuadrones que tenía disponibles, pues los demás aún no habían descendido al valle, contra la caballería enemiga. Los escuadres de Miller retrocedieron un momento ante el impetuoso ataque de los realistas, efectuada a unos cien pasos de distancia de la línea de infantería propia; pero la infantería del general Córdoba continuó inalterable su carga, acabó con la caballería de Ferrar, que tuvo que retirarse con graves pérdidas y arrolló la infantería realista. <br />
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El mariscal Monet corrió en ayuda de la tropas de Villalobos con su división, pero sus fuerzas fueron atacadas por las tropas del general Córdoba, que también las desbarató. Tras breves minutos de lucha, el mariscal Monet resultó herido, varios jefes realistas fueron muertos y los soldados se dispersaban con pavor. En tan desesperada situación, el teniente general Canterac, que mandaba la reserva, se arrojó en los más recio de la pelea para contener la fuga de los realistas, tratando de recomponer y formar dos batallones realistas. Pero el general Córdoba, apoyado por el general Lara y sus tropas, los atacó, impidió su acción y desbarató al batallón Gerona, mientras que en su ataque, el general Miller, al mando de los Húsares de Junín y la caballería colombiana, ponía en fuga al regimiento de caballería realista Granaderos de la Guardia. El general Córdoba trepó con sus batallones las ásperas faldas del Condorcanqui e hizo prisionero al virrey La Serna, que tenía seis heridas, aunque todas leves. <br />
<br />
El general Lara marchó por el centro con la reserva y continuó la persecución. Desechas ya las fuerzas realistas del centro y la derecha de los generales Monet y Villalobos, solo quedaba el general Valdés luchando briosa y desesperadamente en la izquierda. Viendo lo inútil de sus esfuerzos, logró, por medio de una hábil maniobra, situarse a retaguardia del ala izquierda enemiga y atacarla con decisión. Pero todo fue en vano, porque el general La Mar, que se había unido a la persecución de los realistas, sostuvo con firmeza el ataque y rechazó a las fuerzas de Valdés con el apoyo de la caballería de Miller. Como resultado, las tropas del general Valdés tuvieron que retirarse precipitadamente hacia las cumbres de Condorcauqui. Valdés trató de suicidarse, pero, rodeado de algunos cuantos jefes y oficiales españoles, se unió al teniente general Canterac, quien pudo replegarse a las alturas con unos 200 escasos hombres de caballería. <br />
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La derrota española fue completa y absoluta. La fuerzas realistas perdieron unos 1.800 muertos y 700 heridos, catorce piezas de artillería, dos mil quinientos fusiles y muchos artículos de guerra; la mayor parte de la tropa realista se escapó furtivamente abandonando las armas. Por su parte, las pérdidas de los rebeldes independentistas fueron 310 muertos y 709 heridos. Tan sangrienta batalla duró unas cuatro horas y revela el tesón y ensañamiento con que se combatieron ambos ejércitos. <br />
<br />
El comportamiento del general Córdova, que destrozó la mayor parte del ejército español, fue magnífico. Fue ascendido a general de división en el mismo campo de batalla ¡¡¡... con apenas veinticinco años de edad ...!!!. <br />
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El general Miller, en su Memorias, dice lo siguiente sobre la batalla de Ayacucho: <br />
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"Sucre, expuesto durante la acción á todos los peligros, porque se halló donde quiera que su presencia fue necesaria, hizo pruebas de la mayor sangre fría, su ejemplo produjo el mejor efecto.- Lamar desplegó las mismas cualidades y con una enérgica elocuencia conducía los cuerpos al ataque y los conservaba en formación. El heroísmo de Córdova fue la admiración de todo el mundo.- Lara estuvo brillante de actividad y de disciplina.- Gamarra ostentó su tacto habitual.- Los coroneles O'Connor, y Plaza, los oficiales de los cuerpos. Carvajal, Silva, Suárez, Blanco, Braun, Medina, Olavarría que hicieron alarde de tanto valor en Junín, se distinguieron otra vez en Ayacucho". <br />
<br />
<b>LA CAPITULACIÓN DE AYACUCHO</b> <br />
<br />
Tras la batalla, el teniente general Canterac quedó sin fuerzas realistas disponibles a sus órdenes, sin posibilidad de replegarse a ningún sitio y con el virrey preso. Por ello, cuando a media tarde se presentó en el campamento un emisario del general La Mar con proposiciones de una honrosa capitulación, no tuvo ningún reparo en aceptar la rendición de todo el ejército español y la evacuación del territorio peruano. <br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimEgdWFk3ytY8q3_BmsHRH4yR_z8UNKrCPrSBdkYnS6X6nE4PHGaBS3-yRIddxxEYlIz2i8iCl-SMpRq4h3uTJbIqkkeajbrB4uJveSwI70d9kNPhvwwwbkYKZOGqQCuEZtc6vYiygHdMb/s1600-h/ayacucho-pampa+de+la+quinua-batalla+de+ayacucho.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ps="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimEgdWFk3ytY8q3_BmsHRH4yR_z8UNKrCPrSBdkYnS6X6nE4PHGaBS3-yRIddxxEYlIz2i8iCl-SMpRq4h3uTJbIqkkeajbrB4uJveSwI70d9kNPhvwwwbkYKZOGqQCuEZtc6vYiygHdMb/s640/ayacucho-pampa+de+la+quinua-batalla+de+ayacucho.jpg" /></a></div><b><i><span style="color: #073763; font-size: x-small;"> Monumento a la victoria de Ayacucho </span></i></b><br />
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A las cinco y media de la tarde el comandante Mediavilla, ayudante de campo del mariscal Valdés, se presentó en el campamento del general Sucre para proponer la capitulación. Tras él se presentaron los generales Canterac y Carratalá, acompañados por el general La Mar, quienes ajustaron con Sucre las condiciones del tratado, que se firmó a las 14:00 horas del día siguiente, 10 de diciembre. Sin embargo, aunque la capitulación se firmó en Huamanga entre Sucre y Canterac, al documento se le puso fecha del día 9, como si hubiese sido firmado inmediatamente después de la derrota en el mismo campo de batalla. <br />
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<b>DOCUMENTOS: Capitulación de Ayacucho </b><br />
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El texto de la capitulación tenía 18 artículos. Se referían a la entrega que los españoles hacían de todo el territorio del Bajo Perú hasta las márgenes del Desagüadero, con todos los almacenes militares, parques, fuertes, maestranzas, etc; al olvido de los rebeldes de todas las opiniones en favor del Rey; a la obligación de costear los rebeldes el viaje a todos los españoles que quisieran regresar a España; a la de permitir a todo buque de guerra o mercante español, por un periodo de seis meses, de repostar en los puertos peruanos y retirsarse al Pacífico tras ese plazo; a la entrega de la plaza del Callao en un plazo de veinte días; a la libertad de todos los jefes y oficiales prisioneros en la batalla y en otras anteriores; al permiso para que los oficiales españoles pudieran seguir usando sus uniformes y espadas mientras permanecieran en el Perú; al suministro de algunas pagas atrasadas a las tropas realistas; y al reconocimiento de la deuda que el Perú tenía contraida con el gobierno español. <br />
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También se estipuló que todo español o soldado realista podía pasar al ejército peruano con el mismo empleo y cargo que tuviera en las filas realistas; y que cualquier duda en la interpretación del convenio se resolvería siempre en favor de los españoles. <br />
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La capitulación afectó al virrey La Serna, al teniente general Canterac, a los mariscales de campo Valdés, Carratalá, Monet y Villalobos, a los brigadieres Ferraz, Bediya, Pardo, Gil, Tur, García Camba, Landázuri, Atero, Cacho y Somocurcio; y a 16 coroneles, 68 tenientes coroneles, 484 oficiales y más de 2.000 soldados prisioneros. <br />
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Solo quedaron el general Olañeta en el Alto Perú y el general Rodil en El Callao defendiendo la causa realista española en América del Sur. <br />
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<b>LOS "AYACUCHOS" </b><br />
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Después de la batalla de Ayacucho, los derrotados regresaron a España. El 2 de enero de 1825 el virrey La Serna se embarcó rumbo a España en la fragata francesa Ernestina, junto con los mariscales Valdés, Villalobos, Maroto y otros. Dias despues el teniente general Canterac embarcó hacia España con Las Heras. Una vez llegados a la península fueron acusados de traidores y cobardes. Fernando VII y sus consejeros no podían explicarse de otra manera la derrota sino achacando a estos infelices la responsabilidad de la catástrofe. <br />
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Aun cuando no fueron ellos los que determinaron la caída del imperio español en América, desde ese momento se conoce como «ayacucho» a todo aquel que, en el último momento «arruga» y no enfrenta con gallardía y valentía la batalla crucial. <br />
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La capitulación ha sido llamada por el historiador Juan Carlos Losada como "la traición de Ayacucho" y en su libro "Batallas decisivas de la Historia de España" afirma que el resultado de la batalla estaba pactado de antemano. El historiador señala al mariscal de campo Juan Antonio Monet como el encargado del acuerdo: afirma que este general se presentó en el campamento enemigo a las 08:00 horas del 9 de diciembre; allí conversó con el general Córdoba, mientras sus oficiales confraternizaban con oficiales independentistas. Según el historiador este fue el último intento de acordar la paz, que Monet no pudo aceptar pues le exigian reconocer la independencia. El historiador afirma que Monet regresó al campo enemigo a las 10:30 horas para anunciar el comienzo de la batalla. <br />
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El señor Losada afirma que la batalla fue una comedia urdida por los generales españoles; perdida toda esperanza de recibir refuerzos desde la Metrópoli, sin fe en una victoria sobre los rebeldes independentistas, imposibilitados para firmar la paz sin reconocer la independencia del virreinato, y defraudados por el fracaso de los liberales constitucionalistas en España y por el regreso del absolutismo, pues los generales y oficiales españoles del virrey La Serna no compartían la causa de Fernando VII, un monarca acusado de felón y tiránico, símbolo del absolutismo, el señor Losada dice que los generales urdieron la comedia para regresar a España en calidad de vencidos en una batalla, no como traidores que se rindieran sin luchar. Por ello afirma que “los protagonistas guardaron siempre un escrupuloso pacto de silencio y, por tanto, sólo podemos especular, aunque con poco riesgo de equivocarnos”. Una capitulación, sin batalla, se habría juzgado indudablemente como traición. <br />
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Por el contrario el comandante Andrés García Camba refiere en sus memorias que los oficiales españoles apodados más tarde "ayacuchos" fueron injustamente acusados a su llegada a España: "señores, con aquello se perdió masónicamente" se les dijo acusatoriamente, -"Aquello se perdió, mi general, como se pierden las batallas", respondieron los jefes españoles. <br />
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<b>FUENTES: </b><br />
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<a href="http://www.venezuelatuya.com/historia/batalla_ayacucho.htm"><span style="color: #3d85c6;">http://www.venezuelatuya.com/historia/batalla_ayacucho.htm</span></a><br />
<a href="http://www.analitica.com/Bitblio/sucre/ayacucho.asp"><span style="color: #3d85c6;">analitica.com </span></a><br />
<a href="http://www.efemeridesvenezolanas.com/html/ayacucho.htm">www.efemeridesvenezolanas.com/html/ayacucho.htm</a> <br />
Enciclopedia Wikipedia. <br />
Pi y Margall. Historia de España del siglo XIX. Tomo II. Pág. 626-631. <br />
Juan Carlos Losada. Batallas decisivas de la Historia de España. Ed. Aguilar, 2004. Pág. 249-263.Unknownnoreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-7038751535690722370.post-48751467884098646892009-12-09T18:09:00.000-08:002011-04-06T18:23:50.000-07:00Un Día como hoy: La Batalla de Ayacucho<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpxEB2-k_Gnq3JC_OxB-mDvvrtW9aLNmvgf9hChnzez3fzCi4Z-qT7MplkFxuy1GkOSsNTiQuqpLtqTROF6wWrIGX60neOqIWUxXNjPPFG708dxTJNdo-ygyePlGv2PN-tS53R782EN1ZF/s1600-h/batalla+de+ayacucho.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="452" ps="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpxEB2-k_Gnq3JC_OxB-mDvvrtW9aLNmvgf9hChnzez3fzCi4Z-qT7MplkFxuy1GkOSsNTiQuqpLtqTROF6wWrIGX60neOqIWUxXNjPPFG708dxTJNdo-ygyePlGv2PN-tS53R782EN1ZF/s640/batalla+de+ayacucho.jpg" width="640" /></a></div><b>Extraído del blog <a href="http://arqueohistoria.blogspot.com/2007_12_01_archive.html"><span style="color: #3d85c6;">ArqueoHistoria</span></a></b><br />
<b>09 de diciembre de 2009</b><br />
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Un día como hoy, se selló en los campos de Ayacucho, en Perú, el destino del imperio español en América del Sur. Con la capitulación del ejercito español se consolidaron como independientes las nacientes repúblicas sudamericanas. Todo eso es historia conocida, pero ¿que tan conocida es de verdad?.<br />
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No hace mucho tiempo yo consideraba la<b> Batalla de Ayacucho</b> como la mayoría de la gente en Latinoamérica la considera, ni mas ni menos que como esta escrita en la historia oficial de cada país. Nada mas lejos de mi realidad actual. Una muy buena amiga mía tenía que ser la que me pusiera en camino de descubrir la verdad de los hechos, su comentario en clase sobre la probabilidad de que la mencionada batalla haya sido una farsa (por el oleo de la capitulación y los términos de la capitulación en si, bastante generosos con los realistas) me puso produjo un ímpetu revisionista con respecto a la historia oficial, que finalmente me llevaría a encontrar pruebas mas palpables que una simple pintura.<br />
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Investigando un poco pude descubrir a algunos autores que defienden la tesis de que los jefes del ejército del Rey pactaron su propia derrota con los independentistas en la batalla de Ayacucho, desde un punto de vista diferente al que inicialmente me atrajo a la investigación, pero igualmente válido y mucho más probable de ser cierto.<br />
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El 9 de diciembre de 1824, en Ayacucho, el ejército del <b>virrey La Serna</b> era, sobre el papel, muy superior al de <b>Sucre</b>. Los realistas tenían casi el doble de hombres, 9310 contra 5170, más caballería, mil monturas contra seiscientas, y una abrumadora superioridad en artillería, 14 piezas frente a una sola. Sin embargo fueron rotundamente derrotados: los independentistas sufrieron 979 bajas entre muertos y heridos y, en cambio, causaron a los realistas 2.100 bajas entre muertos y heridos, y les hicieron 2.600 prisioneros, incluyendo a todos los jefes y oficiales: 15 generales, 16 coroneles y otros 552 oficiales, junto al mismísimo virrey.<br />
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Pero no se trató de una verdadera batalla, sino de una farsa sangrienta pactada de antemano.<br />
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Estos militares españoles eran liberales, no se identificaban con la monarquía absolutista que habían reinstaurado los cien mil hijos de San Luis. Además sabían que la causa realista estaba perdida en América. No recibían refuerzos desde hacía cuatro años, y su ejército se componía en un 95% de reclutas peruanos sin ninguna motivación para luchar por el Rey.<br />
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Los militares españoles en Ayacucho hubieran referido rendirse y no derramar una gota más de sangre por causa de un rey felón y tiránico. Una causa que, además, sabían perdida de antemano. Pero si se hubieran rendido no hubieran podido regresar a España, se les habría juzgado por traición y cobardía ante el enemigo. Por eso simularon plantar batalla, dejaron que algunos de aquellos desdichados peruanos murieran en una farsa sangrienta y después, con la coartada asegurada, se rindieron sin mayor dificultad.<br />
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El día de la batalla, a las nueve de la mañana, una hora y media antes de que comenzara la lucha, el general realista Juan Antonio Monet, liberal, acudió al campamento independentista y se reunió con varios jefes rebeldes. Después regresó al campamento realista. ¿Qué trataron en aquella reunión? La versión oficial es que Monet fue a proponerles la paz, pero como los rebeldes pusieron como condición la independencia no hubo acuerdo. La versión revisionista es que Monet fue a ofrecer la rendición de los realistas pero, eso sí, tras un simulacro de batalla.<br />
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Uno de esos indicios es que los términos de capitulación fueron extraordinariamente generosos con los oficiales realistas: se garantizaba su seguridad, se les pondría en libertad y si querían unirse al ejército peruano conservarían su rango y su salario.<br />
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Por otra parte, los oficiales españoles, a su regreso a Europa, no recibieron de Fernando VII ningún nombramiento ni alto cargo, desconfiaba de ellos por liberales. El general Monet, que llegó a ser en 1832 ministro en el gobierno liberal moderado de Cea Bermúdez, fue cesado del cargo por ser demasiado radical: ¿Cómo imaginar que alguien tan contrario al absolutismo estuviera dispuesto a luchar y morir en Ayacucho sólo para que Fernando VII tuviera más súbditos a los que sojuzgar?.<br />
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Centrándonos en la batalla en si, cuando esta se inicio los españoles bajaron del cerro para pelear en una situación mucho más desventajosa, ¿donde se ha visto eso?. Es más, observando el mapa de la batalla, y suponiendo que no sabemos a que bando pertenece cada despliegue...¿Cuál es el que tenía más oportunidades?. ¿El que es superior numéricamente, ocupa una posición privilegiada, y está en disposición de embolsar al otro por los flancos...o el otro?.<br />
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Cuesta creer que militares tan veteranos como La Serna y Canterac (participes de la guerra de la independencia española contra Napoleón, como también muchos generales "patriotas") se condujesen con tanta ineptitud, y que a pesar de su derrota consiguieran una capitulación tan generosa.<br />
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Finalmente, como indique en un principio, el oleo de la batalla de Ayacucho muestra a unos firmantes impecables y si no fuera por el titulo no se notaria que ha habido una batalla trascendental. Como opuesto se puede observar la pintura de la rendición mexicana en San Jacinto ante las fuerzas separatistas texanas de Samuel Houston.<br />
<blockquote><span style="color: #0b5394;"><b><i>“los protagonistas (de la Batalla de Ayacucho) guardaron siempre un escrupuloso pacto de silencio y, por tanto, sólo podemos especular, aunque con poco riesgo de equivocarnos.”</i></b></span></blockquote><b>Fuentes:</b><br />
- <b><a href="http://www.elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos/historia-militar"><span style="color: #3d85c6;">El Gran Capitán - Historia Militar</span></a></b>.<br />
- <b><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Ayacucho"><span style="color: #3d85c6;">Wikipedia - Batalla de Ayacucho</span></a></b>.<br />
- Juan Carlos Losada - Batallas decisivas de la Historia de España.LibroUnknownnoreply@blogger.com0